Tuxtla Gutiérrez, Chis. 24 Agos.- Al participar en la presentación del libro titulado Poesías 1889 – 1898, facsímil de manuscrito de Rodolfo Figueroa, con edición y notas suyas, Beatriz Gutiérrez Mûller, esposa del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, afirmó que como su profesión lo indica, literata, seguirá en la investigación de los libros.
“Para los que se preguntan qué hará Beatriz, esta es una de las cosas que voy a seguir haciendo; esta es mi profesión: La de investigar libros y literata”, dijo ante cientos de personas que acudieron al evento realizado en la explanada del Museo de San Cristóbal de Las Casas.
“Como sociedad nos hace bien la paz y creo que las palabras y la poesía en particular son un vehículo para la paz”, expresó.
Gutiérrez, Muller, manifestó que debido al centralismo de los siglos 19 y 20, el poeta chiapaneco Rodulfo Figueroa (1866-1899), “iniciador de la poesía moderna”, “fue más reconocido en Guatemala que en México. Es una pena. Pero también tiene una razón de ser porque estudió medicina allá, y como muchos saben es innegable el vínculo que ha tenido Chiapas con Guatemala”.
Afirmó que Rodulfo tampoco trascendió mucho a nivel nacional “por su prematura muerte; adicional a ese asunto que es circunstancia de la vida, existía otro, que en el siglo 19, y parece que no termina de irse esa idea de que en el centro ocurre todo”.
Por eso señaló que venir a Chiapas es un resarcimiento de un gran poeta que fue olvidado por el centro. “Traer a Rodulfo a San Cristóbal y mañana a Cintalapa donde nació, es hacer justicia a un escritor que hace más de 120 años dejó este manuscrito que por azar cayó en mis manos, y que hoy está para ustedes, para nuevos lectores.
“Vengo a San Cristóbal porque no todo ocurre en el Ciudad de México. En el 19 era igual y en el 20 era igual y no me gustaría que en el siglo 21 sigamos padeciendo un centralismo cultural, artístico literario, donde si no somos significados desde allá no tenemos ningún valor para el resto. Ese es un problema real. Todo ocurría en el centro en aquel lejano siglo 19 y entonces el poeta que no lograba figurar en los periódicos de allá no era conocido”.
Beatriz Gutiérrez manifestó que Figueroa “es uno más de esos autores que hay que sacar por debajo de las piedras, recuperarlos como si fuéramos antropólogos; tallarlos, quitar la yerba y descubrir. Eso es algo que me gusta mucho hacer. Y Rodulfo es un autor chiapaneco que en su momento no gozó de la fama ni la gloria literaria que hubiera querido”.
Comentó que lo anterior se debe “en buena medida a que murió muy joven y que su primer libro publicado no lo vio él ni corrió las pruebas de imprenta ni lo aceptó. Este manuscrito tiene una portadita que dice que es de Rodulfo Figueroa, es una portada en cuero y se echa de menos la edición.
Pero de que es de Rodulfo Figueroa lo es, está autografiado y como se puede apreciar en la versión facsimilar está el documento de su pluma y letra, y yo sugiero que esta ordenación que no es cronológica como el manuscrito, es quizá como a él le habría gustado que su primer poemario saliera ordenado; estos son poemas que corresponde a 1889 y 1898 en la forma como él los transcribió en su libreta que por cierto es de 19 con hojas gruesas, con renglones y como podrá apreciarse en el ejemplar, con una caligrafía muy bonita”, agregó.
Gutiérrez Muller, aseveró que “este país está lleno de talentos actuales y no tan actuales, antiguos y muy antiguos, que lamentablemente están y siguen bajo las piedras. Me gustaría mucho que los literatos como una servidora nos dedicáramos más a rescatar ese patrimonio cultural, literario, histórico, musical porque tenemos un patrimonio escondido que debemos recuperar. Así como los arqueólogos van al monte y limpian las piedras podemos hacer algo parecido: Recuperar a nuestros autores porque hay grandes talentos escondidos en archivos en bibliotecas o periódicos”.
En el evento hubo lectura de poemas de Rodulfo Figueroa a cargo de Carlos Gutiérrez Alfonso, Yolanda Gómez, Virginia Marín, Beatriz Muñoz, Marisa Trejo Sirvent y Diana Cometa.