Ponencia presentada en el Foro: La COMUNICACION en el Siglo XXI, en el marco de la celebración de los 25 años de la Licenciatura en Ciencias de la Comunicación, realizado en las instalaciones de la Universidad  

 

Por: Gabriela Coutiño

La historia mundial revela que cuanto más democrática es una sociedad, más noticias e información tiende exigir.

Mientras más democrática aspire a ser una sociedad; más información, más periodismo y periodistas necesita.

El periodismo es la actividad de reunir, evaluar, crear y presentar noticias e información.

La característica más importante para ser buen periodista es la curiosidad.

En la época actual que es la era de la información y el internet; mucha información se genera y se distribuye con las nuevas tecnologías.

En ese contexto; el valor del periodismo -y del periodista- es más alto, mientras informe con hechos y veracidad.

El periodista actual no solo informa; también clarifica hechos, evidencia el trabajo de los políticos y administradores públicos; denuncia hechos y mantiene informada a una comunidad que cada día exige mayor información.

El periodismo es una forma de comunicación. En un mensaje, en el relato de una historia, en una investigación, el periodista actúa como un conducto, narrando una historia objetiva sobre algo que sucedió o está sucediendo, en base a sus observaciones y descubrimientos.

El periodismo cumple muchos roles diferentes.

En primer lugar, sirve para informar al público.

Es también un medio abierto, lo que significa que la audiencia prevista incluye a toda la comunidad o al público. Una vez que el periodista informa, o envía la comunicación, esa información está disponible para cualquiera que desee recibirla.

El periodismo se basa en la objetividad y la precisión.

Por eso, la esencia del periodismo es proporcionar a los ciudadanos información confiable a través de la disciplina de la verificación

Ahora bien, tengamos presente; que como Walter Lippmann decía: noticias y verdad no son sinónimos.

La función de las noticias es señalar un acontecimiento, la función de la verdad es sacar a la luz los hechos ocultos, ponerlos en relación entre sí y hacer una imagen de la realidad.

Un ejemplo muy claro de ello es lo siguiente:

Todos estamos de acuerdo en que Tuxtla es una ciudad llena de baches.

Con las nuevas tecnologías, incluso ciudadanos; pueden reportar a través de las redes sociales los baches que afectan su colonia.

Un periódico o periodista puede describir cuantos baches existen, en cuantas colonias y escribir incluso un encabezado que diga “Baches desquician la ciudad”.

Podría también llenar las redes sociales con fotos de los baches y hasta memes.

Las nuevas tecnologías abren nuevos espacios para el periodismo y también para los ciudadanos comprometidos.

¿Pero qué haría un periodista y un periodismo comprometido?

Primero preguntarse ¿Porqué hay tantos baches en la ciudad?

¿Cuál es la responsabilidad de los funcionarios públicos?

¿Qué pasó con las partidas presupuestales; las cuales supuestamente son etiquetadas?

Y luego; obviamente, investigar y buscar la verdad.

Esa es la diferencia entre señalar un acontecimiento y hacer un periodismo comprometido en una sociedad democrática.

¿Qué se necesita para ser periodista?

Se necesita comprometerse con la verdad.

Eso hace transpirar y respirar periodismo. Hace vivir la noticia, buscarla y describirla.

En un país como el nuestro, tan desigual, tan injusto, con debilidad institucional; es de reconocerse que ser periodista es dedicarse a un oficio peligroso.

A pesar de ello, el periodismo ha sobrevivido a cacicazgos, malos gobiernos y se adapta incluso a las nuevas tecnologías, por la sencilla razón de que la inmensa mayoría de la ciudadanía mexicana se aferra a la verdad y lo seguirá haciendo.

Una prensa independiente que esté libre de la censura gubernamental se considera esencial para garantizar para fortalecer los derechos humanos.

Sin embargo, los gobiernos de todo el mundo a menudo atacan a los periodistas cuando sus notas e investigaciones parecen ofenderlos o contradecir sus políticas.

Si la censura o incluso el asesinato de un periodista, se lleva a cabo; eso es un signo del deterioro del respeto por los derechos humanos.

Una prensa libre asegura que la competencia política puede tener lugar y que la población está informada sobre las decisiones y conductas de sus líderes. La prensa y los periodistas son esenciales para hacer que los gobernantes rindan cuentas.

El problema es que los políticos siempre harán todo lo posible para evitar la rendición de cuentas.

Por ello, la prensa busca -y debe buscar- la verdad y por eso coadyuva a la construcción de la democracia y la libertad de opinión.

Por ello también; el trabajo del periodista es esencial para la democracia, para buscarla, para implantarla y para consolidarla.

Ahora bien. ¿Cómo ser periodista en Chiapas?

Chiapas caótico, Chiapas de agravios de la clase política, Chiapas de las desigualdades.

Chiapas pobre.

Chiapas y sus ciudades y localidades llenas de marchas, bloqueos, desplazados y deudas gubernamentales.

Un Chiapas en donde la pobreza es sempiterna, pero que nutre y enriquece las carreras políticas de quienes parece que pretenden que esa pobreza siga persistiendo, precisamente para seguir enriqueciéndose.

Una Chiapas bello. Pero donde reina la anarquía.

Ese es nuestro contexto político, social y económico.

Por ello deben de estar bajo la lupa del periodismo crítico todos aquellos que gestionan recursos públicos; sean alcaldes, gobernadores, presidentes y funcionarios.

Hay una ciudadanía activa y con un activismo que crece.

Hay -desde hace por lo menos seis años- una sed de justicia y trasparencia.

En ese Chiapas caótico, de agravios gubernamentales contra la ciudadanía, el periodista chiapaneco tiene que refrendar su compromiso con la verdad.

Se vale contar, se vale hablar de los políticos y de su accionar público.

¿Cómo actúa el periodista chiapaneco en ese contexto local caótico?

Actúan bajo el contexto de ser generalmente empleados por empresarios del periodismo que tienen contratos gubernamentales.

Ello provoca una especie de censura oficial porque los políticos locales ejercen presión sobre los dueños de los rotativos.

Todos los gobiernos locales han ejercido presión sobre la prensa chiapaneca. Unos más que otros, pero al fin y al cabo es presión.

¿Por qué ocurre esto?

Porque México es un país donde la impunidad reina.

Pero para los periodistas y el periodismo comprometido lo más importante es la verdad.

Las prácticas de censura de los dueños de muchos medios y de los periodistas entregados al poder han provocado una decepción social y una falta de credibilidad en el periodismo local.

Pero actualmente la sociedad distingue con claridad entre los periodistas honestos y los que no lo son.

Por eso, en Chiapas como en todo México, el periodismo crítico prevalece.

Hoy en Chiapas, ser periodista crítico debe significar dar voz a los más vulnerables.

Significa dar voz a los pueblos originarios, a los ciudadanos que indignados cuestionan la falta o la baja calidad de los servicios públicos.

Significa escuchar a las mujeres víctimas de la violencia, a los familiares de las víctimas de feminicidios.

A los campesinos agraviados por la falta de apoyo público. A los prestadores de servicios que el gobierno no les paga. A quienes exigen como parte de los derechos humanos fundamentales, una atención médica que falta.

La misión del periodista en México, Chiapas y el mundo es insistir con información veraz, que la sociedad no cierre los ojos ante los problemas.

Mientras se busque la verdad, habrá periodismo y periodistas.

Decía Elena Poniatowska:

Nunca se deja de ser periodista. “Cuando esta hierba pica no hay remedio en la botica”.

Muchas Gracias

 

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