Gabriela Coutiño

Pocos son los días que quedan para que de acuerdo a la Ley Orgánica que rige su vida académica y administrativa, en la UNACH se experimente un proceso de elección de nuevas autoridades.

La efervescencia se intensifica por varias razones que involucran a las autoridades actuales. Un Rector desgastado y un Secretario General cuestionado.

El primero se quiere reelegir y el segundo, quiere ser rector para culminar un periodo de doce años al frente del segundo puesto en importancia de la máxima casa de estudios de Chiapas.

A los dos candidatos -visibles pero no únicos- la disputa por la Rectoría los divide. Aunque, el legado que dejan a la UNACH los une. Encabezan las peores épocas de esa institución que se endeudó y por ello pasarán a la historia universitaria como sus peores directivos.

Uno de ellos dice que nada de ello es su culpa. Que quien lo antecedió en la Rectoría fue quien ocasionó el desastre. El otro comenta a los docentes que visita en las giras que ha hecho para promover su candidatura que, “el asunto de la resolución de la deuda ya está platicado”.

Como son los dos candidatos visibles; el choque fue inevitable y la disputa por la Rectoría es ya pública. El Rector quiere repetir en el cargo, porque la ley universitaria lo permite. Si no se promueve, el desgaste de su figura sería más claro y profundo. El secretario general cree que puede ser el próximo rector, porque lazos familiares lo unen a un próximo e influyente funcionario “morenista”.

Los dos olvidan que el actual ejecutivo tiene intereses en la UNACH. Su abuelo la fundó; por historia familiar, porque la “decisión” todavía recae en su periodo constitucional como gobernador; es altamente probable que sea quien incline la balanza hacia un candidato de su elección.

El Rector actual decepcionó a la clase política estatal y el Secretario General se acerca a la próxima administración pública. Es probable que ese sea el error de cálculo de los dos candidatos visibles. Olvidar y decepcionar al actual ejecutivo estatal.

Además, varias son las razones que descalifican a los dos candidatos visibles para encabezar el periodo rectoral 2018-2022. La principal es la enorme deuda que arrastra la máxima casa de estudios. Pero no solo es la deuda, es también la incapacidad administrativa de enfrentarla.

Las deudas son enormes y crecen. Los compromisos son ante el ISSSTE y el SAT. A esta última dependencia, la UNACH le adeuda 28.1 millones de pesos y ello le impide acceder a bolsas de recursos de las dependencias federales, porque las reglas de operación de los diversos programas federales son claras: no hay apoyo si hay deuda ante el SAT.

En consecuencia la UNACH solicitó el rescate financiero a las autoridades federales; ante la Secretaría de Educación Pública y el Senado Mexicano.

La deuda de la UNACH que el subsistema de educación federal tiene registrada es de una cantidad estratosférica, porque rebasa el presupuesto anual que la universidad chiapaneca tiene. Es del orden de los mil 500 millones de pesos.

 

Pero los problemas unachenses no solo son de deudas y de la imposibilidad de pagarlas. También es señalada por la Auditoría Superior de la Federación como parte de un esquema irregular de manejo de recursos públicos que los medios de comunicación han denominado “La Estafa Maestra”.

Desde el 2013, la UNACH no puede comprobar los recursos ejercidos y la Auditoría Superior de la Federación con el apoyo de la Procuraduría General de la República, integraron una carpeta de investigación.

https://www.chiapasparalelo.com/opinion/2018/08/pgr-yauditoria-superior-de-la-federacion-integran-carpeta-deinvestigacion-a-unach-y-la-politecnica-de-chiapas/

Tantos años han pasado y la pregunta es evidente: ¿Por qué tanta impunidad?

Ante el panorama de afrontar la deuda, el tsunami de evidencias de irregularidades sobre la “Estafa Maestra” complica el panorama del futuro de la UNACH. Porque se tuvo que pedir el auxilio federal. Ante la SEP y también ante el Senado de la República.

En un evento en el estado de Morelos, el próximo Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador aseguró que habrá rescate a las universidades públicas nacionales, aunque también afirmó que se tendrán que esclarecer las irregularidades y en consecuencia, habrá castigo a los responsables del desastre de las universidades públicas.

Por su parte, el Senado recibió las propuestas de rescate que elaboraron las universidades públicas estatales. Pero estas entre ellas la UNACH- al parecer trasladan el costo del rescate a la base trabajadora, dejando la sensación de impunidad entre la base administrativa y docente.

http://infosen.senado.gob.mx/sgsp/gaceta/64/1/2018-09-11-1/assets/documentos/PA_Rescate_Financiero_Universidades_110918.pdf

 

¿Qué tanto impactará en el rescate de las Universidades la restricción del uso de telefonía celular?

¿Qué tanto también la cancelación del uso de choferes?

Llaman la atención los puntos 5 y 6 de los compromisos de las universidades.

¿Descontarán el sueldo de los trabajadores y docentes universitarios para abonar el pago de la deuda?

¿Qué pasará con los trabajadores jubilados?

Como muchas veces sucede en el país donde reina la impunidad; los compromisos de las universidades ante el Senado nada dicen de los culpables de la crisis. Sin embargo, las medidas de ajuste son draconianas e involucran a la clase trabajadora a pagar los costos.

Pero: ¿Dónde están los culpables? ¿Quiénes son?

Y más importante: ¿Por qué tienen impunidad?

El proceso de cambio rectoral unachense puede sacudirse por los intereses creados.

Acordes con las palabras del líder de MORENA, Andrés Manuel López Obrador, el Senado mexicano llamará a cuentas a la Procuraduría de la República sobre el caso de la “Estafa Maestra”.

http://www.senado.gob.mx/64/gaceta_del_senado/ documento/83509?fbclid=IwAR0K5t5x3D_vRbPCn1Q7AJTPQutdlcF6jSXsz7jdXtjBPa7fvcxNcOXeZ k

De ello depende la sucesión rectoral y también la fórmula para dejar atrás la deuda.

Muchos unachenses esperan una sacudida. Otros no tienen ninguna esperanza. Pero todos piden que se conozcan los nombres de los culpables de la crisis que amenaza ser pagada por los trabajadores universitarios.

Por su parte, los candidatos visibles ya no se podrán sacudir el horroroso legado a la institución que dicen amar: fueron sus peores directivos.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *