Los integrantes de una segunda caravana migrante se enfrentaron con policías en la frontera Guatemala-México, y al lograr cruzar el puente internacional fueron frenados por decenas de policías mexicanos y una valla metálica de más de dos metros de altura, además de registrarse nuevos choques violentos.

                                                                 

Este domingo, el gobierno de Guatemala anunció el despliegue de efectivos en Tecún Umán, para evitar el cruce de los migrantes hacia Ciudad Hidalgo, Chiapas, a través de un puente internacional. Los policías vigilaban la reja entre Tecún Umán y la aduana.

“Estratégicamente la Policía Nacional Civil (PNC) ha implementado varios anillos de seguridad en el perímetro de las aduanas 1 y 2, así como en el parque central de Ayutla San Marcos con la finalidad de brindar seguridad a la ciudadanía guatemalteca”, dijo la agencia en un comunicado.

                                                              

De acuerdo con Reforma, la caravana – integrada por unas 2,000 personas, entre niños, mujeres, hombres y adultos mayores, según organizaciones humanitarias – traspasó la reja de la frontera lo que provocó un enfrentamiento con la policía guatemalteca, que no pudo detenerlos.

Los elementos lanzaron gas lacrimógeno, mientras que los migrantes lanzaron palos y piedras. 

En un comunicado, la Policía Federal de México reportó que con sus elementos y una valla metálica frenó el paso de los migrantes.

“Aún y cuando una parte del grupo de centroamericanos que pernoctaban en Tecún Umán, lograron evadir a la policía guatemalteca, la tarde de este domingo, fueron frenados por las autoridades mexicanas”, señaló la Policía Federal.

                                                              

“Un estimado de menos de mil migrantes cruzaron por el puente internacional Rodolfo Robles, pero al pretender alcanzar territorio mexicano, en el cruce de Ciudad Hidalgo, se toparon de frente con una reja, reforzada con una valla metálica de más de dos metros de altura y más de un centenar de elementos del Instituto Nacional de Migración y de la Policía Federal de México con equipo antimotines”.

En presencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, dice el boletín, “los agentes migratorios encabezados por el Comisionado del INM Gerardo García Benavente y por el Comisionado General de Policía Federal, Manelich Castilla Craviotto, ubicaron a los líderes en la reja y les aclararon que es necesario que el cruce migratorio se realice en forma segura y ordenada además de exhortarlos a acceder a un proceso de ingreso a México en forma legal”.

La mayoría de los migrantes, según la Policía Federal, “accedieron a consultar con sus bases la propuesta del INM, de que ingrese un grupo de 300 migrantes para hacer su trámite y corroborar que no son detenidos”.

                                                                   

A diferencia de lo que se vivió el pasado 19 de octubre, según las autoridades federales, “en esta ocasión se observa que en el contingente viaja una menor cantidad de familias,  no hay muchas mujeres o niños,  en su mayoría son jóvenes o adultos varones, muchos de ellos con el rostro cubierto y con una actitud más agresiva”.

El diario de Guatemala Prensa Libre reportó que un migrante hondureño había muerto en medio de los enfrentamientos con la policía, y citó tanto a socorristas como migrantes, respecto a que fuerzas de seguridad mexicanas habían utilizado balas de goma.

                                                                   

La agencia AFP, citando una “fuente humanitaria”, también indicó en su reporte que la bala de goma había sido disparada por policías mexicanos.

Durante los incidentes “falleció una persona migrante y resultaron heridos migrantes y agentes de la Policía Nacional Civil”, indicó en un comunicado el Procurador de los Derechos Humanos guatemalteco, Jordán Rodas.

En conferencia de prensa, el secretario de Gobernación, Alfonso Navarrete, negó que los elementos de la Policía Federal, al ser desplegados para frenar el paso de esta segunda caravana, hubieran estado armados, y en cambio acusó que fueron agredidos con petardos y piedras.

Los elementos de la Policía Federal no portaban arma alguna, ni de balas de plástico, aseguró Navarrete Prida. En cambio, el secretario dijo que entre las personas que trataron de ingresar a México este domingo, a los que señaló como “agresores”, sí había personas que tenían armas de fuego, y bombas molotov, lo que ya fue reportado a autoridades centroamericanas.

                                                              

“En México no se criminaliza la migración no documentada”, aseguró el secretario de Gobernación, insistiendo en que los migrantes se registren ante las autoridades mexicanas, y si así lo desean acepten el plan presentado por el presidente Enrique Peña Nieto, de quedarse en Oaxaca y Chiapas, e incluso obtener empleo temporal.

                                                             

Una tercera caravana se forma en El Salvador

Hombres y mujeres, con gorras, abrigos, una mochila en la espalda y algunas provisiones partieron este fin de semana, custodiados por la policía, de la plaza El Salvador del Mundo, en el sector oeste de la capital, reportó AFP.

Los migrantes, que buscan emular la caravana que salió el 13 de octubre de San Pedro Sula, desatendieron el llamado del gobierno salvadoreño, que el viernes les pidió no poner en riegos sus vidas viajando en forma ilegal.

“Vamos un poco más de 300 personas, pero esperamos que conforme caminamos hacia la frontera se nos incorporen más compatriotas”, declaró a la AFP Hernán Quinteros, de 48 años, un sargento retirado del ejército.

Para Quinteros, quien participó en la guerra civil salvadoreña (1980-1992), “es doloroso” dejar a sus tres hijos, pero tiene la esperanza de llegar a Estados Unidos porque “es el país de las oportunidades”.

“Uno de joven pasa hasta un año esperando un trabajo que nunca llega, por eso busco el sueño americano”, afirmó por su parte Pablo Figueroa, de 24 años, quien llegó desde la ciudad de Santa Ana para sumarse a la caravana.

Entre las mujeres del grupo está Lorena Cruz, una madre soltera de 38 años que debido al viaje deja atrás a tres hijos de 16, 12 y 10 años, en busca de un futuro mejor para ellos.

“Para mí es una oportunidad (de migrar) que se me presenta con la caravana. Poder viajar con ‘coyote’ cuesta mucho dinero”, confiesa Lorena.

Un agente policial dijo a la AFP que tienen la misión de “garantizar la seguridad” de los migrantes hasta la frontera con Guatemala.

La caravana de migrantes –unos 3,600 según el gobierno mexicano– que se dirige a Estados Unidos ya se encuentra en Tapanatepec, Oaxaca, y retomará su camino hacia el pequeño poblado de Niltepec en la madrugada del lunes.

Con información de la AFP, y Animal Político 

 

 

 

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