Tuxtla Gutiérrez, Chis. 3 Feb.- Unos 2 mil 500 migrantes centroamericanos a quienes el gobierno extendió “tarjetas Humanitarias” para que puedan transitar por todo el territorio mexicano y buscar trabajo, partieron en caravana esta mañana del parque central de Tapachula.

Ante la falta de recursos, la mayoría pretende seguir la ruta de las anteriores caravanas, hacer paradas en los municipios de la costa de Chiapas para descansar para luego continuar el viaje que pretende llegar a Estados Unidos.

Elida Alvayer, de nacionalidad salvadoreña, dice que por fin podrá cruzar todo México, sin que sea deportada como las dos anteriores ocasiones que lo intentó. Cuenta que no tiene nada que hacer en México, en Estados Unidos tiene familiares en Nueva York, Los Angeles, Atlanta y Texas que la pueden ayudar a conseguir empleo.

Elida abunda que la decisión de migrar es porque necesita sacar a adelante a sus dos hijos que estudian, y en la zona donde vive, Tonatepec en la capital San Salvador, “hay territorios donde uno no puede pasar, y si uno pasa ya corre peligro, entonces tiene uno que moverse para otro lado”. 

Vanesa Aguilar, originaria de Ocotepeque Honduras, platica que es su segundo intento, pero señala que su destino es “irse para arriba”. “No quiero regresar a mi país, ya no se puede vivir, por eso busco lo mejor”. 

No todos los migrantes tienen el sueño de cruzar la frontera con Estados Unidos, Ricardo un hondureño que trabaja en un taller mecánico y que observa el tránsito de la caravana, relata que desde hace tres años vive en Tapachula sin documentos migratorios, por lo que aprovechó el programa de Tarjetas humanitarias para legalizar su estancia. 

“Ya soy legal en México, ya veré que pasa después”, dice. 

En el contingente que busca pernoctar en el municipio de Huixtla, también viajan migrantes que no aceptaron registrarse ante el Instituto Nacional de Migración, otros no alcanzaron a llegar al cerrarse el programa hace cinco días, por lo que cruzaron el río Suchiate para internarse a México. 

Las últimas dos semanas, el parque central de Tapachula se había convertido en un campamento, donde cientos de migrantes ocuparon el kiosco, el teatro techado, el atrio de la iglesia, la plancha del centro de la ciudad y la explanada del Palacio Municipal, donde comen, se asean y lavan su ropa al aire libre, mientras estaban a la espera de la tarjeta humanitaria. 

El jueves pasado, Protección Civil Municipal un albergue para los migrantes en el Centro de Convivencias ubicado en el primer cuadro de la ciudad, muchos accedieron. Pero horas más tarde, más del 50 por ciento de los centroamericanos decidieron regresar al parque central. 

Su presencia generó molestias; dirigentes de cámaras, colegios y organizaciones productivas exigieron en manifiesto público la reubicación de los migrantes.

“Vemos con gran preocupación el tema de las Caravanas de migrantes, tema que nos aqueja y nos da incertidumbre por las consecuencias que esto conlleva: inseguridad, violencia, alertas sanitarias, violación al Estado de Derecho y nuestras leyes, afectación de nuestra economía y nuestras empresas y la mala imagen que se proyecta a los turistas y a quienes visitamos el centro histórico; además del peligro latente al que se exponen nuestra familias y la afectación a la sana convivencia”, señalaron los dirigentes empresariales.

Por ello solicitaron de manera urgente que se inicien acciones pertinentes para retirar a los migrantes del parque central, “es preciso reubicarlos en algún lugar viable para su estancia temporal, o bien para realizar la debida tramitología para su deportación”. 

En Tecún Uman se sigue juntando la gente que viene de Honduras, de El Salvador, de Nicaragua, Haití y de otros países. 

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