21 Junio.- Autoridades federales y estatales habilitaron una bodega donde actualmente funciona Instituto Estatal de Capacitación de la Policía Federal (PF), como una extensión de la estación migratoria “El Cupapé” para albergar a más de 500 migrantes en su mayoría centroamericanos y cubanos que son detenidos por militares y policías de la Guardia Nacional, como parte del plan de contención. 

A las instalaciones ubicadas en el vecino municipio de Chiapa de Corzo sobre la carretera a La Angostura, fueron alojados los cientos  de inmigrantes de diferentes nacionalidades que se encontraban en la Arena “Jorge Cuesy”, y que fueron trasladados durante la tarde noche del jueves a fin de que el Instituto Nacional de Migración (INM) defina su situación migratoria. 

El acondicionamiento del inmueble donde operó la Planta Productora de Moscas Estériles para la Erradicación del Gusano Barrenador del Ganado, corrió a cargo de la Secretaría de Protección Civil que junto con la Secretaría de Salud, colocaron colchonetas, sanitarios, módulos de atención médica y proporcionaron de agua y alimentos.

En el lugar, personal del INM apoyados por policías federales y estatales mantienen un discreto operativo interno de resguardo y vigilancia. Ningún migrante sale del lugar, ya que se mantienen asegurados hasta que las autoridades migratorias determinan que deben de ser deportados a sus países de origen.

La reubicación de la “extensión de la estación migratoria”, se dio ante el numeroso número de migrantes asegurados. “Se deportan 80 un día, pero al mismo tiempo se aseguran 150”, dijo una fuente oficial que señaló que la complejidad de la crisis migratoria.

La fuente explicó que la demora en las deportaciones se debe a que en la ciudad de Tuxtla Gutiérrez no hay consulado de la República de Cuba y Honduras; lo que complica el reconocimiento de las nacionalidades y retrasa el trámite para que sean repatriados; por lo que son enviados a Tapachula desde son enviados a sus países de origen.

Otra versión señala que el que los migrantes fueran llevados fuera de la ciudad presuntamente se debió a quejas del sector empresarial. Según que la cercanía con un centro comercial causaba temor al público y afectaba la imagen del sector. 

El traslado de los migrantes, despertó también la inconformidad de vecinos de colonias aledañas que advirtieron que los  centroamericanos podrían infundir temor en la zona y repercusiones en la vida comunitaria y productiva. 

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