8 Julio.- Para exigir seguridad pública, justicia social, programas sociales y respeto a los migrantes que ingresan a México por la frontera sur, Pueblos originarios, sacerdotes y fieles católicos de las parroquias de los municipios de Simojovel, El Bosque, Amatán y Huitiupán, realizaron una peregrinación parroquial por la Paz y la Justicia.
La marcha que se concentró en la cabecera municipal de Huitiupan, reunió a representantes comunitarios y creyentes tzotziles, choles, zoques, quienes pidieron «mirar con caridad» a los migrantes y defender sus derechos ante los agravios padecidos en el país .
Los católicos denunciaron «la falta de médicos, fármacos y el completo abandono en que se encuentran sus clínicas comunitarias».
Las autoridades comunitarias, eclesiales y familiares protestaron por los peligros y la creciente violencia alentada por la proliferación del alcoholismo y la drogadicción en la región, en medio de la permisividad y la negligencia institucional.
En un documento señalaron que la salud pública, «nos tiene en un gran abandono. Desde hace meses nos encontramos sin medicamentos y mucho menos doctores que puedan brindar la atención requerida».
Los manifestantes pobladores de comunidades pobres y marginadas, denunciaron se les dificulta acudir a las cabeceras municipales en busca de servicios médicos públicos, más aún, pagar consultas y adquirir medicamentos.
Manifestaron que en la región hay muchas necesidades, falta empleo y programas sociales de prevención de adicciones, que orillan a los jóvenes al alcoholismo y la drogadicción. “No sólo la venta desmedida de alcohol sino también de droga provocan estragos familiares y sociales en nuestros jóvenes», alertaron.
El sacerdote Marcelo Pérez dijo que en la zona hay una ola de vicios e inseguridad tolerada por las autoridades. El religioso señaló el caso e violación y posterior fallecimiento de la niña Rosa, de 12 años. La pequeña «con deseos ayudar a su familia buscó trabajo en una cantina clandestina establecida en las orillas de los ríos durante Semana Santa».
Cuando salía de trabajar fue interceptada y violada por cuatro personas que siguen libres en Huitiupán y representan «un peligro para la población porque no se ha hecho justicia y no hay ningún detenido» por esos delitos.
Respecto al fenómeno migratorio, consideran que las fronteras, son producto del egoísmo y el racismo humano, y ante esas actitudes debe anteponerse la conciencia ciudadana y las necesidades de quienes migran, con quienes » somos iguales en dignidad».
La peregrinación parroquial por la Paz y la Justicia, encabezada por el sacerdote tzotzil Marcelo Pérez, párroco de Simojovel y clérigos de las otra parroquias participantes de la región, expresaron que los migrantes dejan su terruño empujados por la violencia y las necesidades económicas.
Al cruce por México, ya se por sí doloroso, se añade que detrás de los migrantes van los pandilleros que los asaltan y hasta los matan, además de «diversos grupos policiacos quienes también se dedican a extorsionar y robar a los migrantes», manifestaron.