Ciudad Hidalgo, Chis. 20 Ene.- Miles de centroamericanos que viajan en la llamada caravana 2020 se lanzaron este lunes a cruzar por el río Suchiate, la frontera entre Guatemala y México, mientras soldados de la Guardia Nacional los repelieron con gases lacrimógenos; los migrantes les aventaron piedras.
Los migrantes llegaron en la madrugada al puente Rodolfo Robles y pidieron a agentes migratorios paso libre por México en su intento por llegar a Estados Unidos, entregaron una carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Después de las 10 horas la delegada del Instituto Nacional de Migración, Yadira de los Santos, les anuncio que “las disposiciones jurídicas no establecen una calidad migratoria de tránsito, razón por la cual, no es posible obsequiar positivamente su petición”.
Ante la respuesta, los migrantes se lanzaron al río, bajando por el puente, caminaron sobre el Suchiate que en esta época del año baja su cauce y avanzaron con facilidad. Sobre la ribera los esperaban militares de la Guardia Nacional que tenían para contenerlos escudos y toletes.
Los migrantes lanzaron piedras y insultos a los militares, pero la mayoría fueron contenidos y replegados con gases hacia el río Suchiate, otros detenidos, mientras que un grupo de aproximadamente 200 centroamericanos, lograron superar el cerco de seguridad y avanzan sobre la carretera hacia Tapachula, pero están siendo detenidos.
Lo accidentado del terreno de la ribera del rio Suchiate y las piedras, hizo que agentes y migrantes resbalaran y cayeran en varias ocasiones. La ola de centroamericanos trataban de buscar alguna salida, pero los militares de la Guardia Nacional les salían al paso.
«¡Déjennos pasar! ¡Pónganse la mano en el corazón!» gritaba Jorge, un hondureño que viaja con su esposa y dos de sus hijos pequeños. Jorge enseñaba su tarjeta humanitaria que les fue expedida a los agentes hace un año, pero no fue escuchado.
“Pedimos permiso pacíficamente y no se pudo, a uno le ponen un montón de trabas para obtener los papeles”, alegaba con lágrimas en los ojos, Esther Madrid de San Pedro Sula.
Tania, una joven hondureña que intentó cruzar con la caravana, dijo que es mentira que el gobierno de México esté ofreciendo empleo a los centroamericanos, “nos engañan, los están deportando a los que aceptaron registrarse».
Después de media hora de corretiza, caos, gritos y pedradas a los agentes, la mayoría de los centroamericanos fueron replegados al río en dirección a Guatemala; la Guardia Nacional tendió un cerco.