Tuxtla Gutiérrez, Chis. 26 Marzo.- La pandemia del Coronavirus frenó al menos un 80 por ciento la movilidad en la frontera sur, de migrantes y mercancías que tradicionalmente  a través del río Suchiate comerciantes de México y Guatemala mantienen un flujo constante.

Desde el 16 de marzo, el gobierno de Guatemala tendió un cerco sanitario y desplegó a la Policía Nacional Civil y a tropas de su Ejército en los puertos fronterizos que mantienen con México, donde brigadas de salud colocaron una cinta impidiendo el paso de extranjeros, mientras que a sus connacionales les toman la temperatura y los someten a una cuarentena de 21 días.

La emergencia sanitaria que durante años ha fluido por la frontera sur con intensidad por los cientos de pasos irregulares tiene un impasse, tanto en el flujo migratorio como en las deportaciones, y los procesos administrativos tanto del Instituto Nacional de Migración, como de la Comisión Nacional de Ayuda a Refugiados (COMAR) han suspendido sus procedimientos para resolver tanto el asilo político como la estancia regular. 

Foto: @GabyCoutino
Foto: @GabyCoutino

En la ciudad de Tecun Umán localizada en la linea fronteriza con México el gobierno del departamento de Ayutla decretó el pasado domingo 22 de marzo, toque de queda a partir de las 16 horas, donde nadie puede estar en las calles y quienes incumplan la disposición son detenidos por la Policía Nacional Civil de ese país.

Los albergues tanto de las iglesias como de la sociedad civil que brindan ayuda humanitaria a los inmigrantes también anunciaron el cierre temporal de sus instalaciones, tanto del lado de Guatemala como en territorio mexicano.   

La Casa del Migrante de Tecún Umán, de la orden de los Scalabrinianos incluso suspendió la celebración del Viacrucis del Migrante que año con año lleva a acabo para mostrar los peligros que corren los extranjeros en su transito por México hacia Estados Unidos.  

Por el cierre de la frontera y la emergencia por la pandemia, miles de migrantes que se encuentran asegurados en las estaciones migratorias del país, y de Tapachula donde se ubica la estación mas grande llamada Siglo XXI permanecen confinados, debido a que los retornos asistidos a Centroamérica fueron suspendidos. 

La desesperación llevó el pasado lunes a los migrantes centroamericanos asegurados en Tapachula a protestar amotinandose en el interior exigiendo su repatriación a sus países de origen.  

El Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, afirmo en un comunicado que la revuelta en la Estación Migratoria Siglo XXI se registró alrededor de las cinco de la tarde, cuando un grupo de entre 50 y 70 personas centroamericanas, se concentraron en el patio para protestar por la prolongación indefinida de los tiempos de detención, y exigir su puesta en libertad o devolución a sus países de origen. 

Los migrantes, manifestaron temor por contraer el virus COVID-19 y anunciaron su intención de iniciar una huelga de hambre si no se les ponía en libertad, afirma el Colectivo. 

Para apaciguar la protesta, entró la brigada de seguridad interna de la Estación Migratoria, compuesta por agentes de la Policía Federal (PF), y posteriormente arribaron alrededor de 20 agentes de la Guardia Nacional (GN), quienes llegaron a disuadir al grupo usando chorros de agua y gas pimienta. 

Una vez que lograron reducir al grupo, los agentes arrastraron a las personas a los baños, donde no hay cámaras de vigilancia, y en una medida de castigo y aplicando violencia absolutamente desproporcional, elementos de la Guardia Nacional  golpearon a las personas y les condujeron a un autobús, con rumbo desconocido, denunció el Colectivo en un comunicado.

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