Ciudad de México. Las medidas de contención para evitar la propagación del COVID-19 en México han afectado el empleo, los ingresos y la seguridad alimentaria de los hogares, una situación que podría llevar a la pobreza a 76.2 por ciento de la población, es decir, 95.2 millones de personas.
Este es uno de los datos que se vislumbran al analizar los resultados de la Encuesta de Seguimiento de los Efectos del COVID-19 en el Bienestar de los Hogares Mexicanos (ENCOVID-19), un ejercicio que realizó en mayo el Instituto de Investigaciones para el Desarrollo con Equidad (EQUIDE), de la Universidad Iberoamericana.
Al presentar en videoconferencia de prensa los resultados de la segunda ENCOVID-19, la doctora en Economía, Graciela Teruel Belismelis expuso que la tasa de desocupación va en aumento, ya que mientras en abril era de 10.9, para mayo aumentó a 14.6. La metodología de esta encuesta considera que las personas en desempleo son personas no ocupadas, que fueron “descansadas” o que no pueden salir a buscar trabajo.
En el mes de mayo, dijo Teruel, 8.4 millones de personas (14.6 por ciento de la población económicamente activa) se encontraban desempleadas, “descansadas” sin goce de sueldo, o sin poder salir a buscar trabajo por la contingencia. Es decir, 6.5 millones más que al finalizar 2019.
La investigadora precisó que 67.8 por ciento de los empleos perdidos correspondían al sector informal (4.4 millones) y al analizar los datos por sexo se encontró que las mujeres son las que tuvieron mayor tasa de desempleo en este sector. La tasa de desempleo fue de 21.9 para mujeres mientras que en hombres fue de 15.2.
Por otro lado, la doctora en Economía señaló que el ingreso mensual de las personas que perdieron su empleo (en promedio 3 mil 243 pesos) era equivalente a la mitad del ingreso de las que mantuvieron su empleo (7 mil 205 pesos). Este dato sugiere que las personas que perdieron su empleo, en su mayoría mujeres, tenían baja remuneración por las actividades que realizaban.
Los datos, desde una visión desagregada por sexo muestran que las mujeres además ganaban menos dinero, tanto en el empleo formal e informal, por lo que aseguró que son las grandes perdedoras en esta crisis, dijo la investigadora.
La pandemia, de acuerdo con esta encuesta, tiene un efecto directo en los ingresos; por ejemplo 65.1 por ciento de los hogares declararon que sus ingresos se redujeron desde el inicio de la cuarentena. A la par, 1 de cada 3 hogares reportó una reducción de 50 por ciento o más de sus ingresos durante esta época. Entre los hogares que reportan tener un menor ingreso, la caída fue en promedio de 52.1 por ciento.
Frente a esta situación, para el Equide la respuesta del gobierno no ha sido suficiente. Como muestra, 75.3 por ciento de los hogares reportaron no recibir programas sociales o ayudas de gobierno. Sólo 10.8 por ciento declararon recibir las Pensiones para el Bienestar y 7.1 por ciento las Becas Benito Juárez.
Ante este panorama difícil para obtener apoyos gubernamentales, las familias han recurrido a sus redes de apoyo y al endeudamiento para superar las dificultades económicas que enfrentan en esta crisis. Una de las estrategias es pedir préstamos: 24.1 por ciento de los hogares encuestados ha pedido préstamos a familiares o amigos, 17.9 por ciento han dejado de pagar deudas o tarjetas de crédito, 16.9 por ciento han dejado de pagar la renta o servicios como luz, agua y teléfono, y 11.3 por ciento ha recurrido a empeñar o vender objetos de valor.
Los efectos de la crisis por COVID-19 pueden llevar a un retroceso importante en los niveles de bienestar de la población mexicana, por ello el Equide llamó a los distintos actores sociales, gobierno, organizaciones no gubernamentales, sector privado y el público en general, a emprender acciones para mitigar los efectos de esta crisis.
20/AGM/LGL