María Luisa Aguilar

El freno a las actividades económicas en México seguirá repercutiendo en el empleo y en los ingresos de las familias mexicanas. Combinado con la pérdida de confianza de inversionistas, según indicadores actualizados de manejo de políticas públicas, repercutirá en la demanda agregada, minando nuevamente la confianza en materia de inversión.

Los cálculos más recientes indican que la Población No Económicamente Activa (PNEA) mostró un incremento de más de 16.7 millones de personas a mayo pasado. La paralización de la economía acumula 19.4 millones de personas que están disponibles para trabajar, pero que no cuentan con las condiciones para reanudar sus actividades, lo que resulta en 14 millones de personas más a lo que se presentó antes de la pandemia.

Tomando en cuenta los niveles de subocupación y desocupación, el impacto de la enfermedad sobre el mercado laboral alcanzó a mayo a 22.6 millones de personas mayores de 15 años.

La pérdida de 1.1 millones de empleos formales en lo que va del año equivale a extraviar 2.5 años para la creación de empleos formales.

El panorama del mercado laboral está bajo presión; la recuperación del empleo, combinado con un menor ritmo de crecimiento, será lento y probablemente se dé hasta en 2024, anticipan expertos.

El crecimiento económico, el consumo y la inversión son los otros tres componentes clave que mantendrán su deterioro en México.

El próximo viernes, el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) dará a conocer los resultados del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) de mayo, una referencia del desempeño del PIB, donde analistas anticipan una caída mayor al declive de -19.9% de abril pasado.

Al cierre de 2020, el consumo privado habrá caído -10.5% frente a los crecimientos de +0.6% y +0.4% de 2018 y 2019, para casa caso, ante la situación de emergencia sanitaria y económica que acentuó la recesión en la que se encuentra la economía desde principios de 2018.

La inversión privada al término de este año mostraría un declive de -20.8%, ampliando en más de 4 veces el retroceso de -4.3% exhibido en 2019.

El crecimiento económico proyectado por bancos globales, grupos financieros locales, agencias calificadoras, economistas y analistas, por su parte, se ha ajustado en forma acelerada.

La OCDE dijo que el PIB de México caería -8.6% este año en caso de que haya más brotes de covid, mientras apenas la semana pasada la Comisión Económica para América Latina y El Caribe (Cepal) ajustó de -6.5% a -9% su previsión del PIB mexicano en 2020.

Entre abril y junio, México exhibió un ajuste en las carteras de inversión de tenedores extranjeros en valores gubernamentales, los cuales trasladaron sus activos a sitios más seguros ante una reducción acelerada de la tenencia sobre activos de economías de mercados emergentes en su conjunto.

Las inversiones de extranjeros en valores gubernamentales mostraron un déficit de 13,568 millones de dólares (mdd) a junio pasado, tomando en cuenta un alza en la tenencia, de 1,966 mdd, y una salida de capitales por 15,534 mdd entre abril y junio.

Fuente:

https://revistafortuna.com.mx/

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