Rubí Zúñiga/ Alerta Chiapas
Tuxtla Gutiérrez.- Con “un ojo al gato y otro al garabato”, así andan las vendedoras ambulantes de Puerto Arista y comunidades aledañas, pues además de recorrer la playa con sus productos ayudan a la limpieza del centro turístico y cuidan que no exista venta ilegal de especies en extinción, como la tortuga marina.
Con orgullo y responsabilidad las 30 mujeres que integran el grupo portan una playera roja, que las identifica como guardianas de la playa, labor que inician desde las 5:00 de la mañana, pues aprovechan que el calor aún no es tan fuerte para iniciar con la limpia del Santuario de Puerto Arista, que abarca una extensión de 32 kilómetros.
El grupo de mujeres de la costa encabezado por Verónica Pérez y Fanny Cervantes forma parte de un proyecto del Programa de Conservación para el Desarrollo Sostenible (PROCODES), que tiene como objetivo promover que las mujeres y los hombres que habitan en Áreas Naturales Protegidas y zonas de afluencia, aprovechen los recursos naturales y la biodiversidad de manera sustentable para el desarrollo social.
Estas mujeres llevan trabajando tres años, mismos en los que “su apoyo ha sido invaluable”, pues “no solo contribuyen a la limpieza, sino que apoyan en los trabajos para erradicar el tráfico de la tortuga marina”, dijo Luis Arturo Álvarez Márquez, encargado del Santuario Playa Puerto Arista por parte de la Comisión Natural de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
“El trabajo de estas mujeres es muy completo, su labor nos ha ayudado muchísimo, obviamente por la pandemia hemos dividido a las 30 mujeres en grupos muy pequeños para que se enfoquen en espacios pequeños”, dijo el biólogo.
Cada una de las mujeres que integra el grupo decidió de forma voluntaria contribuir a conservar su entorno, pues es este el que también les permite ser activas económicamente con la venta de productos a la orilla de la playa.
Las 30 mujeres demuestran a diario su compromiso con su comunidad, pues además de ser las guardianas de los 5 mil nidos de tortuga marina , que en promedio se encuentran en Puerto Arista, contagian a sus familiares, vecinos y paisanos del amor y el respeto por su playa.