La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitió Medidas Cautelares al Gobierno de Chiapas, requiriéndole con carácter de urgente, garantizar sus derechos fundamentales a la vida, integridad personal, patrimonio, así como su seguridad individual y colectiva de los habitantes de los municipios de Aldama y Chenalhó.

En un comunicado, la CNDH exige la irrestricta aplicación de la ley y la observancia plena del Estado de Derecho en ambos municipios tsotsiles; al tiempo que insta a privilegiar el diálogo y la concertación que permitan los consensos necesarios para garantizar la paz y estabilidad social.

Lo anterior a raíz de los hechos suscitados recientemente, así como los ocurridos el 11, 12 y 13 de agosto del año en curso en los cuales habitantes de Aldama denunciaron agresiones con disparos de arma de fuego de alto calibre, provenientes de las zonas limítrofes con el municipio de Chenalhó.

El Organismo subraya que, conforme al artículo 1º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, todas las autoridades, sin excepción y en cualquier orden de gobierno, en el ámbito de sus respectivas competencias, tienen el deber jurídico de promover, respetar, proteger y garantizar los derechos humanos; además de que el Estado tiene la obligación de proporcionar seguridad a las personas.

Tras balaceras registradas en el municipio de Aldama, cientos de indígenas tzotziles han tenido que dejar sus casas para refugiarse en las montañas.

Las agresiones presuntamente llevadas a cabo entre ambas localidades de los Altos de Chiapas, es el resultado de un conflicto agrario entre los dos municipios por extensiones de tierra en su frontera.

Desde mediados de agosto el conflicto se ha intensificado al grado de que hay días que los disparos con armas de grueso calibre no dejan de escucharse durante todo el día.

El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas (Frayba), ha publicado constantemente en sus redes sociales acerca de las agresiones donde indica que son de grupos de corte paramilitar de Chenalhó hacia indígenas de las comunidades de Aldama, quienes han tenido que dejar todo para refugiarse fuera de sus casas.

En un video difundido por el Frayba se pueden escuchar las detonaciones constantes mientras se explica que tras los ataques, mujeres, niños y adultos mayores que viven cerca de las colindancias entre Aldama y Chenalhó, han sido desplazados.

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