Por segundo día consecutivo, integrantes del grupo armado «de corte paramilitar» de Santa Martha, Chenalhó, dispararon armas de fuego de grueso calibre en contra de comunidades de Aldama, sin que se reporten personas lesionadas, informó el presidente municipal, Rodolfo Gómez López.
“Los grupos armados de Santa Martha que agredían a las comunidades de Aldama, estaban posicionados en diferentes puntos del sector Santa Martha; y disparan a pesar de la presencia de la policía estatal que se encuentra en el centro de ese lugar y en Caclum”, afirmó el edil.
Dijo que el viernes “los disparos salían desde los puntos conocidos como Tok’oy, Pajaltoj, Tojtic, T’elemax, T’ulvits, Valetik, Chino, Ranchito, Ladrillo, Chuchte y Puente Caridad”.
Este sábado explicó, a las 14 horas con 25 minutos “recibimos reportes del agente de Juxtón de que esa localidad estaba siendo agredida con disparos de armas de fuego desde Chalóntic, situado cerca del centro de Santa Marta”.
Gómez López, relata que en la zona “la situación sigue muy álgida, ya que siguen las agresiones con disparos de armas de fuego, lo que ya fue reportado a los diferentes niveles de gobierno, para pedir su urgente intervención”.
El alcalde recordó que Aldama ya consensó y entregó a las autoridades federales y estatales su propuesta de que las 60 hectáreas se repartan entre ambos pueblos, para poner fin al conflicto que lleva 45 años y ha dejado 26 muertos y varios heridos y miles de desplazados.
“Hay una propuesta de solución de parte de Aldama, sólo estamos esperando que el municipio de Chenalhó y sector Santa Marta la analicen y lleguen a acuerdos también”, comentó.
Precisó que Aldama ha propuesto que se le otorguen 32.5 hectáreas y que el resto, 27.5, le toque a Santa Martha, ya que “desde meses anteriores se consensó con toda la gente y las autoridades de Aldama, con el afán de buscar la paz y la solución definitiva del conflicto; se ha aceptado esta solución que es la propuesta del gobierno del estado”.
Desde hace mas de 45 años, Aldama y Chenalhó, ambos poblados vecinos, se disputan 6o hectáreas de límites, lo que ha dejado una estela de sangre con 26 muertos, varios heridos, constantes hechos de violencia y desplazamientos forzados de familias indígenas.