Foto portada: Maya Goded

Los dueños del Tren Maya son las grandes potencias económicas extranjeras y transnacionales: Xinich

Choles y tzeltales integrados en la coordinadora de organizaciones sociales indígenas de la selva de Chiapas- Comité de Defensa de la Libertad Indigena, Xinich, reiteraron su rechazo a la construcción del Tren Maya, “porque es para seguir el camino del despojo de nuestra tierra y territorio”, además de que “como pueblos originarios no fuimos consultados conforme a derecho; el Estado mexicano violó la ley de consulta a Pueblos Indígenas estipulado en la Constitución y en los convenios y tratados internacionales”.

“La consulta que dice que hizo el gobierno fue simulada y condicionada a cambio de recibir apoyos como pensión de adultos mayores, becas, sembrando vida, entre otros; es así como los llamados servidores de la nación fueron engañando a la población y pueblos indígenas”, manifestaron en un comunicado difundido por el Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba).

En el texto, los integrantes la agrupación cuestiona al presidente Andrés Manuel López Obrador: “Le decimos a usted que, como pueblos mayas y zoques, integrantes de Xinich, nos sentimos burlados, humillados con sus palabras del Tren Maya. Y le preguntamos a usted, señor presidente de México:

¿En qué lugar caben los pueblos indígenas en su proyecto de Tren Maya? Sinceramente le decimos que vemos que es más importante para usted el proyecto del Tren y su inversión económica, que nosotros los pueblos originarios”.

“Aunque diga que el Tren Maya nos traerá beneficios, sabemos que no es cierto. La historia nos da la razón. Los bienes y recursos que hay en nuestros territorios nos lo han quitado a la fuerza, nos lo han despojado con la ley”.

Los pueblos mayas que “vivimos en la región de Palenque le preguntamos a usted: ¿qué centro o zona arqueológica está a nuestro resguardo? ¿Cuántas ciudades antiguas mayas y zoques están siendo administradas por nuestros pueblos? ¿Acaso, señor presidente de México, nos dejan entrar a hacer nuestras ceremonias en esos lugares de nuestros ancestros? ¿De verdad usted cree que el tren que lleva nuestro nombre tenga un espíritu y corazón maya?

“¿O acaso lleva nuestro nombre para seguir engañándonos o en qué momento le consultó a todo el pueblo maya del sureste para que autoricemos el uso de nuestro nombre como pueblos mayas? ¿En dónde y en qué momentos hubo asambleas comunitarias para decidir cómo pueblos sobre el proyecto del tren mal llamado maya? Estas son algunas de las tantas preguntas que nos hemos hecho. ¿Será que usted puede responder señor presidente?”.

En nuestras comunidades expresan los indígenas choles y tzeltales, “estamos sufriendo la Covid-19; estamos sin atención médica, no hay hospitales, estamos sin médicos que nos atiendan, sin medicinas. La enfermedad se ha llevado vidas, pero para eso la mirada del gobierno no existe. Pero sí existen los miles de millones de pesos para la inversión en su proyecto”.

Los pueblos originarios de estas tierras agregan, “nos sentimos amenazados por el despojo de nuestra tierra y territorio. Los dueños del Tren Maya son las grandes potencias económicas extranjeras y transnacionales. Nosotros los pueblos no somos empresarios por lo que el Estado mexicano nos considera parte del paisaje que puede ser contemplado”.

Xinich sostiene que para ellos el Tren Maya, “traerá pobreza y el despojo de nuestras tierras y territorios; el gobierno nos señalará como maleantes por defender lo que es nuestro, y que ha sido de nuestras madres y padres y lo que será de nuestras hijas, hijos, nietas y nietos. Dirá como es su costumbre que somos maleantes por defender lo que nos pertenece. Nos meterán a la cárcel o nos matarán”.

“Además de la pobreza que ocasionará, fomentará que hijos-hijas y nietos-nietas salgan de nuestros pueblos en busca de empleos. Tendrán el trabajo de limpieza, de meseros y lava platos tal vez, ganando una miseria sin seguridad social, como tanto menciona el gobierno que todos están bien y felices, nos quiere aniquilar con este engaño”.

Y de eso “el gobierno quiere que sólo seamos testigos de cómo el tren irá contaminando las plantas, los árboles, los ríos, el viento y cómo serán perjudicados los animales que vuelan y los que andan en la tierra y en el agua”.

Ante ello, dirigiéndose al presidente, manifiestan: “Le decimos a usted que no queremos el tren maya porque al final, podíamos estar despojados de nuestro territorio, contaminados y enfermos, sin que el gobierno nos mire y se interese en resolver los múltiples problemas que tenemos, como ha sido nuestra historia. Aun así, los pueblos empobrecidos por el Estado y las empresas seguimos de pie, seguimos con la dignidad en alto para defender lo que nos corresponde, para defender nuestra madre tierra. Seguiremos luchando y defendiendo nuestros derechos y los de la madre tierra”.

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