Tuxtla Gutiérrez, Chis. 5 Oct.- El despliegue militar puesto en marcha, en las orillas del río Suchiate, “con el pretexto de la emergencia sanitaria, para impedir la entrada a personas que huyen de contextos donde no es posible una vida digna, representa una narrativa de criminalización y estigmatización a los migrantes y con necesidades de protección internacional, así como impide que estas tengan la confianza para expresar las necesidades de protección”.

Lo anterior, lo denunció el Colectivo de Observación y Monitoreo de Derechos Humanos en el Sureste Mexicano, que a través de un comunicado manifestó su preocupación por el uso de narrativas, discursos y operativos de intimidación y de disuasión utilizan mensajes que criminalizan y provocan xenofobia y discriminación.

Foto: Especial
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El Colectivo dijo que el sábado 3 y domingo 4 de octubre de 2020 observó la presencia en las orillas del río Suchiate y los diferentes pasos al río que se encuentran en Ciudad Hidalgo, de agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), Grupo Beta, Guardia Nacional (GN), el Ejército y la Marina con insignias del “PLAN DN III” y portando armas, “lo que representa una narrativa de criminalización y estigmatización a las personas migrantes”.

Explicó que de lado mexicano, en el cruce fronterizo de Talismán, se observó una aparente tranquilidad, mientras que de lado guatemalteco, se veía la presencia de policía y militares. En Tuxtla Chico se tenía la presencia del INM y la Guardia Nacional, mientras que en el tramo carretero entre Ciudad Hidalgo y Tapachula, había un retén con agentes del INM y Policía Federal.

Mientras tanto, “en Guatemala, el gobierno prohibió a cualquier transportista subir, dar aventón u ofrecer servicios de transporte a las personas hondureñas. Por lo que las personas no pudieron avanzar en transporte y realizaron los recorridos enteramente a pie”.

En su informe, el colectivo señala que documentó que, “después de caminar varios kilómetros los diferentes contingentes de personas empezaron a ser detenidos y rodeados por policías y militares guatemaltecos, quienes les ofrecieron transporte de regreso a la frontera con Honduras.

“En algunas ocasiones, las personas fueron subidas por la fuerza a autobuses que les llevaron de regreso a Honduras, en otras, las personas accedieron a subirse debido al agotamiento físico y la imposibilidad de avanzar debido a los constantes retenes que se instalaron en las diversas carreteras hacia la frontera con México”.

Destaca que hasta las 8:00 am del 3 de octubre de 2020, el Instituto Guatemalteco de Migración reportó que habían ingresado a Guatemala, por la frontera de Corinto en el departamento de Izabal, aproximadamente cuatro mil personas hondureñas. De las cuáles, se habían remitido a Migración a 672, y habían retornado de manera “voluntaria”1 a 1,487, por lo que, en total, se regresaron a 1,487 personas de las 4 mil que ingresaron.

Para la mañana del domingo 4 de octubre, señala el informe, “un grupo de aproximadamente 150 personas que había llegado a Tecún Umán, departamento de San Marcos, y frontera con Ciudad Hidalgo, Chiapas, donde fueron atendidos por la Cruz Roja guatemalteca afuera del albergue para migrantes; posteriormente, policías y militares guatemaltecos les subieron a autobuses para regresarles a Honduras”.

En tanto que “en los departamentos de Petén e Izabal, los últimos grupos de personas que seguían en tránsito hacia la frontera con México, fueron detenidos por cercos montados por la Policía Militar de Guatemala en la mañana del domingo 4 de octubre y, tras más de 10 horas de permanecer detenidos, fueron subidos a autobuses que les regresaron a Honduras”.

El Colectivo registró que los agentes de Migración de Guatemala, así como los policías y militares, que encapsularon y detuvieron el paso de las personas, utilizaban como argumento para convencerles de regresar a Honduras que vieran a través de las redes sociales el operativo desplegado en la frontera de Guatemala con México por parte del gobierno mexicano.

Con todo, durante la tarde del 4 de octubre, se registraron pequeños grupos que estaban llegado a algunas partes de la frontera con México.

Por todo lo anterior, el Colectivo hizo un llamado a cesar los discursos discriminatorios y xenófobos que alimentan actos de violencia en contra de las personas en contextos de movilidad, ya que consideró “preocupante el discurso xenofóbico y el despliegue militar puesto en marcha, con el pretexto de la emergencia sanitaria, para impedir la entrada a personas que huyen de contextos donde no es posible una vida digna”.

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