Foto portada: Frayba
La impunidad en el caso ha ocasionado una descomposición alta del tejido social: Las Abejas
Indígenas tsotsiles, familiares y sobredientes de los 45 masacrados el 22 de diciembre de 1997 en la comunidad de Acteal en el municipio de Chenalhó conmemoraron con una celebración religiosa que presidió el obispo auxiliar de San Cristóbal de las Casas, Luis Manuel López Alfaro, el 23 aniversario de la matanza.
“Seguimos sin justicia desde hace 23 años en que nuestros hermanos ofrecieron su vida como precio para parar la violencia del gobierno mexicano en contra de las comunidades en resistencia a sus proyectos para apoderarse de la tierra de los pueblos y dárselas a los ricos, con el propósito de hacer jugosos negocios con empresas trasnacionales que requieren controlar nuestros territorios”, señaló a agrupación Las Abejas de Acteal en un pronunciamiento.
El Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Frayba), manifestó que “el actual gobierno tiene la oportunidad histórica de no quedarse en el reconocimiento de disculpa pública, mediática y frívola”, sino de “estar a la altura de la exigencia de derechos que los pueblos han impulsado por décadas, de llevar a cabo acciones contundentes que conlleven a la investigación y sanción” de los responsables de los hechos.
Pedro Faro Navarro, director el organismo dijo que “ha llegado el momento de que el Estado mexicano actual, reconozca públicamente la existencia del Plan de Campaña Chiapas 94’ y el impacto de los crímenes de lesa humanidad en la vida comunitaria de la población de las zonas Altos, Norte y Selva de Chiapas, en el marco de guerra de contrainsurgencia iniciada para aniquilar al Ejército Zapatista de Liberación Nacional y a quienes se organizan desde la autonomía”.
Afirmó que la masacre de Acteal, “es un efecto directo de la política genocida elaborada por el Estado e implementada por el Ejército mexicano y grupos paramilitares en Chiapas, tal y como se señala en el Plan de Campaña Chiapas 94’. Los sucesos en Acteal el 22 de diciembre de 1997, son una herida que se mantiene abierta para las víctimas, sobrevivientes, sus familias y para todas las personas que nos indignamos y persistimos en su lucha que es nuestra.
“Para que las masacres como la de Acteal no permanezcan en el contínuum de injusticias que existen en nuestro país, es necesario que se derrumbe el monumento Estatal de la impunidad y se deje de trivializar las violaciones graves a los derechos humanos”, declaró.
Las Abejas a su vez pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que “agilice la emisión del informe de fondo” del caso y que “haga públicas las conclusiones de sus investigaciones y recomendaciones al Estado mexicano para que se haga verdadera justicia enjuiciando a los autores intelectuales y materiales”.
“Seguimos sin justicia desde hace 23 años en que nuestros hermanos ofrecieron su vida como precio para parar la violencia del gobierno mexicano en contra de las comunidades en resistencia a sus proyectos para apoderarse de la tierra de los pueblos y dárselas a los ricos, con el propósito de hacer jugosos negocios con empresas trasnacionales que requieren controlar nuestros territorios”, manifestaron.
“Estamos conmemorando 23 años de una herida abierta, de mantener la memoria y la resistencia ante la guerra desatada en contra los pueblos. Los sobrevivientes queremos que todo el mundo sepa que vamos a seguir buscando la justicia hasta alcanzarla, que no nos hemos vendido, que no aceptamos la solución amistosa que el gobierno federal ofreció; que respetamos a muestro hermanos que aceptaron la oferta del Estado, pero nosotros no nos cansaremos hasta que se sancione a los responsables materiales e intelectuales. Queremos y exigimos justicia, lo que pasó en Acteal no debe de repetirse”.
Señalaron que al acordar en septiembre pasado una solución amistosa con un grupo de sobrevivientes de la masacre, “el gobierno pretendió dar carpetazo al caso Acteal ofreciendo dinero para obras públicas a familiares y sobrevivientes sin que los responsables de la sean enjuiciados. Apuesta a que el cansancio y desgaste debiliten a las víctimas de la violencia y que aceptaran cualquier condición”.
Las Abejas subrayaron: “toda la impunidad en el caso ha ocasionado una descomposición tan alta del tejido social que la violencia se ha disparado en direcciones inimaginables. Los paramilitares conservaron sus armas desde 1997, y todos estos años han seguido siendo beneficiados con presupuesto público para incrementar su arsenal.
“Estamos en lucha para que en las comunidades la justicia no sea un jugoso negocio para algunos, sino para que en nuestro país y comunidades sino una forma para solucionar verdaderamente los problemas sin dinero de por medio. La justicia en México es un negocio y está plagada de corrupción. No nos engañemos en creer que todavía se va a componer el sistema de justicia mientras el poder esté en manos de los ricos, de partidos políticos y de los paramilitares, narcos y demás criminales”, manifestaron.
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