José Moreno.

El coronel retirado Amado Rodríguez Vieyra, que se asentó en Comitán desde la década de los 80 del siglo pasado, para hacerse cargo del área de inteligencia del 24 Regimiento de Caballeria Motorizado de Comitán, que se creó bajo el gobierno del PRI, como una estrategia de seguridad nacional, falleció en las recientes horas.

Su trabajo en plena Guerra Fría y los últimos estertores del bloque socialista, llevó a Rodríguez Vieyra a desplegar una red de agentes en municipios clave para manter estrecho vínculo con los mandos de la 19 Zona Militar de Huehuetenango.

Activistas que trabajaron en la zona recuerdan que fue el primero en llegar al entonces campamento de El Chupadero, municipio de La Trinitaria, el 30 de abril de 1984, donde ocurrió la masacre en manos de los kaibiles guatemaltecos y minutos después arribaron las brigadas médicas de ONG y del Hospital Regional.

Para esos años, sus agentes conocieron los primeros campamentos del EZLN que operaban en Las Margaritas y Ocosingo, pero el gobierno federal decidió archivar la información, porque estaba en puerta la entrada en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y Canadá.

En Comitán, el militar Amado Rodríguez Vieyra, tuvo infinidad de amistades, entre ellos el extinto Jorge Figueroa Mazariegos y muchos hombres y mujeres más.

En 1992, el periodista Elio Henríquez Tobar documentó en La Jornada, como un grupo de soldados del 24 Regimiento de Caballeria, al mando de Rodríguez Vieyra, llegó hasta la comunidad Paso Hondo, para arrebatar un camión que un lugareño había adquirido con Jorge Figueroa Mazariegos, por haberse atrasado en los pagos.

Le sobreviven su esposa Yolanda y sus hijos Francisco Javier, Juan, Hiram y Gaby.

Desde su retiro de las Fuerzas Armadas, se refugiaba en su casa de descanso denominada Yolanda, en el barrio Los Sabinos.

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