El libro recoge el trabajo de más de dos décadas a su paso en medios como Imagenlatina, Proceso y Milenio
Fredy Martín Pérez.
San Cristóbal de las Casas, Chis; 29 de marzo.- En una antigua casa del barrio de La Merced, de San Cristóbal de las Casas, el pasado sábado el fotógrafo Martín Salas presentó su libro «Un instante». En cualquier momento, que resume su trabajo como fotógrafo en medio impresos, entre estos la revisa Proceso, durante más de dos décadas, que lo llevó por varios estados del país, para documentar campañas políticas, marchas y la presencia de los grupos armados.
Un poco más de 20 personas, entre fotógrafos, amigos y académicos se dieron cita en el «Centro cultural La Resistencia», para escuchar cómo Salas hizo de la fotografía su oficio que abrazó desde hace casi tres décadas.
Rubén López, colega de Salas que participó en la presentación del libro, recordó los momentos cuando cubrían las primeras asignaciones de trabajo en Ciudad de México, pero al paso de las coberturas, consiguió ganarse “un poquito la empatía” de su colega.
Describió que el libro de 192 páginas de Martín Salas “es una autobiografía”, donde la primera gráfica que se encuentra en el volumen, está de cabeza, pero “que es el principio de la fotografía”, mientras que la última gráfica es una vista panorámica de la “que intuyo como el nacimiento, la reconstrucción… todo se acaba, pero va empezar algo”.
En el libro Un instante. En cualquier momento, “vemos al autor tal cuál es”, es decir, comprometido con las causas sociales, con un cuidado extremo de cada toma y con “un sesgo muy natural”, pero se consideró un admirador del trabajo de su colega.
Salas por su parte, repasó que su libro recoge el trabajo de más de dos décadas, a su paso por medios impresos de Ciudad de México, como Imagenlatina, Proceso y Milenio.
El fotógrafo consideró como “un privilegio” haber conocido las tierras del estado de Chiapas, que “tantas cosas buenas trajo para mi”.
“En este libro están más de veinte años haciendo fotografías de prensa, con todo lo que ello signifique: el privilegio de estar en eventos y que la mayoría de la gente no puede (lograr como es estar) al lado de un gran escritor, un presidente de la República, en un sitio de la Sierra, al lado de un grupo guerrillero o en una gran inundación”, describió.
Agradeció a su esposa Cecilia y sus hijas Julia y Violeta, por haber participado en la elaboración del libro artesanal, para la impresión, selección de fotografías, pastas, papeles y realizar el tejido. Es decir, es un proyecto “hecho en casa”.
Y resumió que su libro «Un instante». En cualquier momento, “es el día a día de un fotógrafo de prensa”, pero quien tienen que hablar “son las fotos”.
El organizador del evento, Julio César López, describió al fotógrafo “como un verdadero chilango en peligro de extinción; una especie de cíclope gigante con dos corazones atados al cerebro y al único ojo, el derecho, el utiliza para lograr sus magnificas postales”.
Rememoró que conoció a Salas en 1994, pero aunque no tiene datos sobre su infancia en Coyoacán e Iztapalapa, ahora sabe que fue sonidista del cantante Antonio Aguilar, pero “intentó sin éxito ser luchador profesional en la Arena México”.
“Cuando lo conocí en San Cristóbal de las Casas, Chiapas, Martín Salas venía enviado por la revista Proceso y portaba dos cámaras fotográficas colgadas al cuello y una maleta con lentes y rollos fotográficos, y lo mismo seguía a Manuel Camacho Solís que al Subcomandante Marcos, líder del EZLN en los diálogos de la Catedral”, reseñó.
En Chiapas, Julio César López explicó que conoció de la disciplina y el gran corazón de Martín Salas. “Lo vi aguantar frío y caminar entre el lodo sin quejarse, lo mismo en los Altos que en Las Cañadas o la Selva. Lo vi en San Andrés Larráinzar, Morelia, La Garrucha y Guadalupe Tepeyac, por citar algunos lugares”.
Cuando apareció el Ejército Popular Revolucionario (EPR) Martín Salas “fue de los privilegiados en la cobertura informativa. El es de los pocos fotógrafos que capturaron a los dos movimientos guerrilleros del México contemporáneo
Al final, los asistentes participaron con algunas preguntas a Martín Salas y otros contaron anécdotas sobre el trabajo sobre la fotografía