Martin Salas
Fundador del periódico La Jornada y de la agencia Imagenlatina, Marco A. Cruz (Puebla, 1957-Ciudad de México, 2021) fue sobre todo maestro y guía en el andar de la fotografía. Antes que nada nos inculcaba un gran cariño y respeto por el oficio. En Imagenlatina se aprendía saliendo todos los días a cumplir las órdenes de trabajo y, al caer la tarde, llegar a la clase magistral, cuando él seleccionaba el material que se mandaba a las redacciones de los diarios y revistas que contaban con el servicio y te marcaba con lápiz de cera la selección a imprimir.
Presenciar cómo imprimía copias finas era todo un rito después de terminar con el producto del día para Imagenlatina. Comenzábamos con la limpieza del cuarto oscuro, lavar las charolas, preparar los líquidos y asear la zona de las impresoras. Si esa copia ya había sido impresa, sacaba sus apuntes y comenzaba la magia: resguardar zonas, sobreexponer otras, hasta que quedaba la que lo satisfacía. En general se hacía de una a tres copias, hasta que salía la buena.
Si era un negativo que por primera vez se imprimía, lo veía en la ampliadora y determinaba la exposición general, así como las zonas que necesitaban tratamiento especial. Salíamos de la agencia alrededor de las tres horas del nuevo día, listos para seguir dándole al aprendizaje de este generoso oficio.
Mil gracias, Marco, nosotros aquí seguimos con la cámara y con la tristeza de que te hayas adelantado.
Texto original en: lajornada.com.mx