Durante 10 años en Simojovel llevó a cabo un trabajo pastoral de defensa de los pueblos y señaló el involucramiento de los ayuntamientos con la delincuencia

José Moreno.

Después de una década de servir a la parroquia de San Antonio de Padua, en el municipio de Simojovel, municipio que estuvo controlado por el PVEM y presencia de grupos armados, el sacerdote Marcelo Pérez se despidió del pueblo creyente durante una ceremonia en la que también participó el párroco José Elías Hernández, que también será cambiado.

En su homilía, el sacerdote Marcelo Pérez que llegó hace una década procedente de la parroquia de Chenalhó, dijo que el crimen organizado “anda cada vez más fuerte en los distintos pueblos”.

Por eso exaltó que el pueblo de Pantelhó se haya organizado para desterrar el crimen organizado y trabajar por la paz, en ese municipio cercano a la parroquia de San Antonio de Padua.

En la misa que se llevó a cabo en la cabecera municipal de Simojovel, el párroco dijo que cuando llegó a trabajar en Chenalhó, estaba atemorizado por la masacre de 45 indígenas en Acteal, pero cuando conoció la palabra de los integrantes de Las Abejas, entonces pudo enfrentar sin miedo y con valor su trabajo pastoral en ese municipio.

Explicó “la iglesia de la diócesis de San Cristóbal, es una iglesia liberadora”, es por eso “la iglesia no debe quedarse al margen en la lucha por la justicia”.

Una mujer que hablo en nombre de Movimiento en Defensa de la Vida y el Territorio (Movidete), dijo que ahora que cambian de sede el sacerdote Marcelo, queda su legado y su semilla.

Durante estos diez años de trabajo en este conflictivo municipio de Simojovel, donde en las pasadas elecciones, grupos armados operaron a favor del PVEM, explicó que “la paz es matrimonio de la humanidad es nuestra hermana de todos los seres vivos en la madre tierra”-

Durante la ceremonia religiosa participó el pastor Josúe, de una Iglesia con presencia en la región Altos, quien reconoció el trabajo que ha realizado el sacerdote Marcelo Pérez en estos diez años, en favor sobre todo de los indígenas.

Miembros del Pueblo creyente entregaron reconocimientos al presidente del concejo municipal tradicional de Pantelhó, Pedro López Cortes, Movidete, al Sovedic, organización que integran indígenas zoques contra la extracción de hidrocarburos en Chapultenango, Ixtacomitán, Francisco León y Tecpatan; al Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas; a ambientalistas de San Cristóbal que luchan contra la desaparición de humedales; al Servicio Internacional por la Paz (Sipaz); y al Movimiento Sueco por la Reconciliación.

Finalmente el párroco expuso que con su salida de la parroquia de Simojovel, no se termina su misión, porque “donde quiera hay necesidades de luchar”, por ejemplo San Cristóbal, donde el crimen organizado mantiene atemorizados los habitantes.

Desde la parroquia de Simojovel, en el 2015 el párroco encabezó una peregrinación de Simojovel a Tuxtla Gutiérrez para pedir el cierre de cantinas y prostíbulos en Simojovel, y que el municipio dejara de ser gobernado por “narcopolíticos” que buscaban contender en el proceso electoral de ese año.

Marcelo Pérez Pérez, indígenas tzotzil fue ordenado sacerdote el 2002, como parte de una estrategia que implementó el obispo Felipe Arizmendi Esquivel, para que pueblos originarios fuera atendidos por sacerdotes nativos y en Chenalhó el sacerdote originario de San Andrés Larráinzar, trabajó durante diez años.

Durante el tiempo que laboró en Simojovel, el sacerdote Marcelo Pérez recibió constantes amenazas de muerte de parte del grupo armado “Los Diablos” que opera en esa jurisdicción y extiende su presencia hacia Pueblo Nuevo Solistahuacán y Nuevo Rincón Chamula, donde hace unos días, fue detenido su líder, el excalde Enoch Díaz Pérez.

En el 2018, el entonces candidato a la alcaldía de Simojovel, Ramiro Gómez Domínguez, amenazó al párroco Marcelo Pérez, en su cuenta de Facebook, que se alzaría con el triunfo por segunda ocasión en ese municipio, “pinches muerto de hambre (y) Fuerza Gómez va con todo. Yo tengo en mi mano a los indios de la comunidad y a un líder del pueblo de Simojovel. Ni el (sacerdote) Marcelo va poder hacer nada. Lo vamos a correr del pueblo. Aquí puro Los Diablos ganan”.

Tres años antes, el 13 de junio del 2015, Gómez Domínguez había sido detenido por la Fiscalía, con armas de alto poder, cartuchos y drogas.

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