Con bloqueos carreteros ya cotidianos y con la retención de vehículos empresas comerciales, -la mayoría de las cuales ya no quiere regresar a la cabecera municipal para surtirla de productos básicos- los grupos políticos que se disputan el poder en el municipio tzeltal utilizan esas dos estrategias como fórmula para la presión política.
Sin embargo, sus efectos sobrepasan los límites municipales. Han provocado el enojo de los ciudadanos de los municipios vecinos, el empobrecimiento de sus habitantes porque no acceden a los subsidios federales y también ha inducido a que Oxchuc esté en peligro de una crisis alimentaria sin precedentes recientes en el estado.
Esas acciones de ingobernabilidad y de bloqueos han logrado también efectos adversos entre los ciudadanos de los municipios vecinos, quienes ven reducida su movilidad para llegar a San Cristóbal de las Casas, el centro político y comercial de los Altos de Chiapas. En Ocosingo -el municipio más grande de Chiapas- hay quejas sobre los bloqueos y también sobre la vandalización de la red telefónica. Hay molestias en Palenque, por los retrasos en los arribos de los turistas e incluso los bloqueos afectan a Yajalón.
Si bien, se ha hablado de la crisis política y social en el municipio tzeltal y sus efectos con la población de los municipios vecinos. La atención había sido puesta en la cabecera municipal con sus disturbios y sus bloqueos y poco se ha puesto la atención en sus comunidades. En ese sentido, la cabecera municipal es solo el reflejo de una convulsión social que abarca a todo el municipio.
La realidad es que poco se había divulgado de que el municipio y sus comunidades está a las puertas de una crisis alimentaria. Dos son los elementos que conducen al municipio a este precipicio: la falta de ingresos porque no “aterrizan” los subsidios federales y; el atraso en la preparación del ciclo agrícola.
Esto es importante porque, además la producción de “la milpa” deja escasos rendimientos. Desde ahí empieza el problema alimentario municipal; en una falta de productividad que ya es histórica y que no pasa de una producción agrícola para el abasto familiar y no logra transitar hacia la comercialización y la obtención de más ingresos.
De acuerdo a expertos consultados que han trabajado en programas agrícolas en el municipio tzeltal, para estas fechas se inicia el ciclo agrícola en el municipio, con la preparación de la tierra para la siembra de la milpa.
Sin embargo, en diversas comunidades de Oxchuc es imposible empezar a preparar las tierras. Y es que los habitantes han decidido mejor velar su integridad física y cuidar el poco patrimonio que tienen.
El resultado de este retraso en el inicio del ciclo agrícola pone en riesgo las diversas variedades de maíz y frijol que se cultiva en cada uno de los pisos altitudinales del municipio, y esto; desencadenaría que miles de familias puedan tener escasez en su provisión de lo que produce “la milpa mesoamericana tradicional” es decir; maíz, frijol y calabazas.
Hay que tomar en cuenta también que en el anterior ciclo agrícola algunas comunidades retrasaron su periodo de levantamiento de las cosechas, repercutiendo en la calidad del maíz, el frijol y la calabaza para autoconsumo y por ende, hubo también impacto en la cantidad que se destina como semilla para este nuevo ciclo
En ese sentido, el retraso afectará en el porcentaje de germinación algunas variedades de maíz, frijol y calabaza. Además -insisten los técnicos- si pensamos en el actual cambio climático; esto podría desencadenar una crisis alimentaria y de semillas nativas sin precedentes.
Actualmente el municipio sufre de un aislamiento y desdén por diversos municipios de la región por sus múltiples problemas a los que no se les avizora solución alguna. Pero también es evidente que ya hay una crisis interna por la lenta fluidez de la mayoría de los productos de la canasta básica
A ello se le puede sumar que incluso ya se presentan dificultades para que los originarios de Oxchuc puedan encontrar trabajo en otros municipios, ello se observa principalmente con las mujeres artesanas y con quienes se dedican a la venta y prestación de servicios.
Como en cualquier población, los habitantes de Oxchuc se preocupan por cubrir los gastos familiares de alimentación, salud y educación. Esas necesidades son para el grueso de la población cubiertas con los subsidios, la producción para el consumo y la migración hacia otros lugares.
Como nunca antes, la posibilidad de una crisis alimentaria crece en Oxchuc. ¿Habrá voluntad política primero para reconocerlo y después, para evitarla?