Ramírez Aguilar ya alzó la mano, busca la gubernatura; Zoé Robledo no se ha pronunciado, pero su papá si promueve la candidatura del director del IMSS
El presidente Andrés Manuel López Obrador los denomina “corcholatas” y son los aspirantes a relevarlo en el cargo de ser el próximo mandatario nacional. Marcelo Ebrard Casaubón, Claudia Sheinbaum Pardo y Adán Augusto López Hernández son quienes están en el ánimo presidencial. Dentro de MORENA esos nombres para decirlo coloquialmente; serían los “aspirantes”. Otros nombres que seguramente aparecerán, serían simplemente, “suspirantes”.
En Chiapas también se preparan para la sucesión al 2024. Los tiempos electorales constitucionales para la gubernatura, son casi los mismos que los federales. Los aspirantes para gobernar Chiapas solo son dos: Eduardo Ramírez y Zoé Robledo. Los demás -créalo usted que habrá muchos más- solo serán “suspirantes”.
Hablamos de los aspirantes y suspirantes de MORENA. Esto es así porque es el partido hegemónico nacional y estatalmente, porque el resto de los partidos políticos nacionales están en una gran crisis de credibilidad y porque en Chiapas es tradicional el fenómeno del “saltimbanqui” de los actores políticos hacia el partido que más probabilidades tiene de ganar elecciones.
Esta semana que terminó, Chiapas vio llegar de gira oficial a uno de los “aspirantes” nacionales -Marcelo Ebrard- y a uno de los “suspirantes”, el senador Ricardo Monreal Ávila.
Hace tiempo que sometido ¿a la fuerza? a MORENA, el INE dejó de pronunciarse por lo que claramente son actos anticipados de campaña. ¿El IEPC se pronunciará por lo que vimos este fin de semana en el estado?. Es obvio que si el organismo federal no se pronuncia, menos lo hará el instituto estatal.
Esos actos no pasarán por el escrutinio legal. Quizá no por ahora al tratarse de “aspirantes y suspirantes” de MORENA. Es altamente probable que sí actué la maquinaria electoral-legal, cuando actores políticos de la oposición intenten replicar lo que ahora mismo hace el partido hegemónico.
Se destapa una “corcholata” chiapaneca
Era un camino hasta obvio. Las senadurías fueron durante mucho tiempo la antesala para acceder a una gubernatura. La etapa de la “alternancia política nacional” ha cancelado en muchos casos ese escalón. Cada Senador comenzaba el ascenso político que culminada llegando a la gubernatura.
Es el Senador Eduardo Ramírez Aguilar quien es el primero de los aspirantes que alza la mano reconociendo que busca ser el próximo gobernador de Chiapas.
Ramírez Aguilar dijo: “nunca he sido el favorito, siempre me he ganado todos mis espacios en la adversidad, y mi único padrino ha sido el pueblo y esta vez es lo mismo”. Agregó: “Estoy listo, estoy preparado para el momento que se llegue en el terreno que quieran, si quieren un proceso interno, si quieren una encuesta”.
ERA busca la gubernatura, la quiere, aspira a ella. Sabe que tiene de su lado a numerosos alcaldes a los que impulsó en su carrera política.
Sin embargo, habrá que detenerse en dos aspectos fundamentales; el primero lo dijo en entrevista: no es el favorito y la segunda es un duda fundamental. Esa duda es si ERA podrá retener el apoyo político de los alcaldes chiapanecos. Muchos de ellos -se dice- le acercaron apoyos de todo tipo para el evento de destape este fin de semana.
¿Habrá destape de la otra corcholata?
Se dice, se comenta que solo es cuestión de días para que Zoé Robledo, por lo menos haga una declaración política sobre sus aspiraciones.
Si bien Zoé Robledo nunca se ha pronunciado sobre sus aspiraciones a la gubernatura y tampoco “se ha movido” públicamente; su padre, el exgobernador de Chiapas por 66 días, Eduardo Robledo Rincón, si promueve la candidatura de su hijo. Lo hace desde una de sus propiedades en Puerto Arista.
La última de esas reuniones que ha transcendido; son periódicas, fue con empresarios del estado.
Por eso, pudiera decirse que Zoé “quiere y puede”. Pero no ha hecho un pronunciamiento público. ¿espera la “cargada” morenista?
ERA ya se adelantó y el Director General del IMSS tendría que diseñar una estrategia de comunicación para atajar lo que es evidente: la percepción de más “arrastre” social en Chiapas del Senador.
Más arrastre social y más acercamiento con los alcaldes no significa una victoria segura. En la sucesión juegan muchísimos aspectos más. Fundamentalmente uno de ellos juega en contra de ERA y favor de Zoé Robledo: el acercamiento con las élites.
¿Quién de los dos está en el ánimo de Andrés Manuel López Obrador que será el “gran elector” tanto en la designación del candidato federal como a la gubernatura del estado?. Eso es lo que se asegura y lo que la evidencia indica es que es altamente probable que López Obrador -y nadie más- designe al próximo gobernador.
¿Es artificial ese apoyo a Eduardo Ramírez? Recordemos que en Chiapas es tradicional el “saltimbanquismo”. Sin embargo, nada parece indicar que MORENA perderá su fuerza electoral.
De tal manera que tanto el senador como el titular del IMSS tendrían -si quieren ser el próximo gobernador de Chiapas- que asegurar la nominación de MORENA. Obviamente, uno de los dos buscaría la nominación por otro partido político.
¿Pero con el control total de MORENA, es posible arrebatarle a ese partido el estado de Chiapas? Muchos aseguran que eso no es posible.
Algunos escenarios
Las corcholatas, los “aspirantes” y “suspirantes” andan sueltos. Falta todavía mucho tiempo para las elecciones federales y las de Chiapas. Pero el propio presidente López Obrador tuvo que abrir la baraja de la sucesión porque no hay figura política que lo iguale; pero es esencial para su proyecto político preparar a un sucesor o sucesora.
En la visita de Ramírez Aguilar al estado, sobresale la declaración de que no es el favorito. Tiene razón. Porque tampoco lo es su principal apoyo político, el Senador Ricardo Monreal. El actual senador y exgobernador de Zacatecas es “suspirante”, no “aspirante”.
Entonces, es posible -de acuerdo a sus declaraciones- la rebelión del senador. La gran pregunta no es si ERA se rebelará. Seguramente lo hará, la pregunta es que pasará si no es el favorecido.
La pregunta es también si habrá condiciones para que una candidatura fuera de MORENA triunfe electoralmente. Sobre todo, considerando que la ruptura en Chiapas sería producto de un cisma dentro del actual partido hegemónico.
Otro escenario, es el planteado por la falta de un pronunciamiento de Zoé Robledo sobre sus aspiraciones y sobre todo; la necesidad ya si quiere estar en el ánimo popular de comenzar a recorrer Chiapas en eventos masivos y populares.
¿Lo hará?. Algunas voces me dicen que el equipo de trabajo de Zoé Robledo teme sabotajes en eventos masivos. Que no es momento para este tipo de eventos. Que hay que esperar la cargada.
Otra consideración de importancia es el papel del presidente López Obrador. Es el gran elector.
Es tradición política nacional que un presidente o gobernador se retire de la vida pública nacional. Que paulatinamente pierda poder político. Sin embargo, desde la alternancia política, varios expresidentes han hecho públicas sus opiniones.
Habría que aclarar que es muy diferente hacer pública una declaración, que influir políticamente. Andrés Manuel López Obrador aspira a ser el primer presidente desde Lázaro Cárdenas en influir más allá de su sexenio. Está en camino de ser el primer “mandón” de la política nacional en décadas.
De él es el arrastre popular. De nadie más. A AMLO siguen las masas populares que agradecen su política de subsidios. Ni Ebrard ni Sheinbaum y mucho menos Monreal tienen su arrastre.
Por lo que AMLO nominará a quien considere el mejor o la mejor capacitada. Pero ese nominado o nominada lo necesitará para ganar en las urnas y no podrá romper con él.
Lo mismo para Chiapas. Será AMLO quien designe gobernador. Y las apuestas corren a favor y en contra de Ramírez Aguilar o Zoé. Solo uno de los dos estará -desde ahora- en su ánimo.