No hay “cacería de brujas” y se respeta la libertad de expresión, pero no hay más impunidad
La deuda universitaria actual; antes exorbitante, hoy es de solo 158 MDP
La Universidad Autónoma de Chiapas se encuentra en un periodo que definirá la vida universitaria para los próximos cuatro años. En días pasados, la Junta de Gobierno hizo pública la convocatoria para que la comunidad universitaria proponga aspirantes para ocupar el cargo de rectora o rector.
En crisis permanente desde el 2010, el actual rector Carlos Natarén Nandayapa llegó al cargo de la máxima responsabilidad universitaria en el 2018. Está ya a pocos días de concluir su encomienda y de acuerdo a la última reforma de la Ley Orgánica de la máxima casa de estudios del estado, es elegible para la reelección.
Natarén Nandayapa no oculta su deseo de continuar al frente de la UNACH. En el contexto de la sucesión, hubo manifestaciones inéditas al interior de la universidad apoyando la continuidad. El mes pasado, docentes y administrativos de distintos Campus de la UNACH le expresaron su apoyo.
En ese contexto, ante la convocatoria para elegir rectora o rector, Natarén Nandayapa fue el primero de los universitarios en solicitar a la Junta de Gobierno su inscripción en el proceso de renovación de la rectoría.
La movilización de la comunidad mostrándole su apoyo indica que la UNACH vive al interior de sus campus, una total tranquilidad y gobernabilidad. Eso no puede negarse.
Como tampoco puede negarse que el camino no ha sido fácil. La Universidad desde el 2010 ha vivido quizá los momentos -sobre todo financieros- más difíciles de su historia.
¿Qué ha hecho posible que no se hundiera la UNACH?
¿Cuál fue la estrategia de trabajo de esta administración para salir de la crisis?
¿Qué saldos positivos y negativos dejaron las medidas tomadas?
Quise buscar una opinión dentro de la Universidad. Una voz autorizada para contrastar lo que tanto se ha dicho en las redes sociales en contra de esta administración universitaria y que incluso, lamentablemente; en ocasiones ha llegado a atacar la vida privada. Eso, es lo que no se debe de utilizar para la libre expresión de las ideas.
En entrevista el Abogado General de la universidad, Enrique Pimentel González Pacheco “agarra vuelo” y comenta que una de las principales problemáticas que detectó el Rector es que el acoso, el hostigamiento, los actos de violencia hacia las mujeres universitarias, “no tenían eco en ninguna de las instancias universitarias”.
“Eso se detectó, que se había incrementado desde el 2015 y hasta el 2018. En ese lapso, se hizo visible la problemática, porque las propias universitarias comenzaron a organizarse al no encontrar respaldo de las autoridades.
“Lo primero que se hizo en esta administración es elaborar un protocolo de actuación para los casos de acoso, hostigamiento sexual, violencia y discriminación” dice enfático el Abogado General de la UNACH.
Recalca también que esa omisión de las anteriores autoridades universitarias, sucedió a pesar de que en el 2008 se creó la “Defensoría de los Derechos Humanos y Universitarios”.
Señala que de ese 2008 al 2018, la defensoría universitaria recibió 98 expedientes de quejas. A pesar de ello, “no cuestionó a ninguna persona, ni catedrático, ni administrativo, ni expulsó a ningún alumno. A nadie”.
“Eso se acabó” continúa, con esta administración rectoral que de acuerdo al protocolo, tiene una “política de cero tolerancia” a este tipo de comportamiento. Pues tan solo durante el primer año de la actual gestión, la defensoría recibió 98 quejas. Misma cantidad de expedientes de los años anteriores.
Esta administración rectoral, “ha rescindido el contrato laboral a 75 personas”, informó el abogado. “De esas 75 personas, se les ha rescindido el contrato a 55 por acoso, hostigamiento y faltas graves de probidad”.
Entre esas faltas graves de probidad hay casos como la “venta de plazas”. También de personas que tienen en su expediente “documentos apócrifos” para acreditar una categoría que no contaban, también de “venta de certificados de inglés” y además, “casos de plagio”.
Estos explica en entrevista, son algunos de los problemas que presentan los expedientes de muchas de las personas que se están manifestando.
Esas personas insiste, “fueron señaladas por alguna instancia de la universidad como probables responsables de cometer una falta grave que ameritaba la rescisión de su contrato”.
Pero aclara el abogado Pimentel que en todos los casos, se dio un seguimiento desde la oficina del Abogado General a un expediente administrativo en donde «se siguieron las formalidades esenciales del procedimiento que ordena la Suprema Corte de Justicia de la Nación».
Y describe que de acuerdo a esas formalidades, las personas fueron debidamente citadas. Además, Se les dio a conocer la acusación que había en su contra. Incluso, se les permitió que nombraran un abogado para que los defendiera si eran miembros de uno de los dos sindicatos universitarios. Se le dio también vista al sindicato. Es decir, todo fue conforme a la ley.
A partir de ello, se dictó una resolución. Declara Pimentel que en caso de que se encontrara una falta grave, que hubiera pruebas suficientes, pertinentes, competentes, se dictaba una rescisión del contrato laboral.
Heredando demandas laborales
Pimental ofrece datos precisos, comenta que la actual administración rectoral tiene 180 demandas laborales. Pero indica que 140 de ellas son heredadas de administraciones anteriores.
Es decir, la actual administración rectoral solo lleva acumuladas 40 demandas en su contra. Además, revela que quienes están acusados de acoso, hostigamiento y que además recibieron una denuncia penal, “pues lógicamente veo difícil que vayan a presentar una demanda laboral contra la Universidad”.
En sus reflexiones, Enrique Pimentel señala que la actual administración rectoral es respetuosa de la libertad de expresión. Rechaza el señalamiento de que exista una “cacería de brujas”
Sostiene también que “lo que existía en la Universidad era una falta de orden y existía además una situación de impunidad”.
Comenta incluso que las irregularidades en los expedientes de los trabajadores académicos, han sido señaladas por la Auditoría Superior del Estado y por la Auditoría Superior de la Federación, en donde “nos han señalado irregularidades que ha cometido la Universidad”.
Entonces -insiste Pimentel- “ante ese tipo de irregularidades incluidos los plagios, lo que se ha hecho es poner orden en la casa y aplicar una política de cero tolerancia.”
El Abogado General de la UNACH aclara también que el orden se ha implementado también en las jubilaciones. Dice que quienes consideraron que ya cumplieron su ciclo laboral y decidieron renunciar, ya se les pudo pagar su finiquito conforme a derecho. Y es que muchas de esas personas no se habían retirado porque «la Universidad no tenía recursos para pagarles el finiquito que la ley establece».
De los números rojos a la viabilidad financiera
Inevitable fue cuestionar al Abogado General sobre las finanzas universitarias pues al inicio de la gestión rectoral, el propio gobierno del estado salió al rescate de las finanzas de la máxima casa de estudios de Chiapas.
Pimentel es enfático: “Si no hubiéramos salido a pagar la deuda; en este momento tendríamos una deuda acumulada de más de 5 mil millones de pesos”. Asegura que “en este momento tenemos una deuda que anda rondando los 158 millones de pesos, que es una deuda mucho más llevadera”.
Insiste en la “política universitaria de cero tolerancia”. Es así porque además -recalca- la propia Auditoría Superior de la Federación puede observar irregularidades. Por ello declara: “tenemos que poner la casa en orden” y, “si poner la casa en orden, genera que tengamos que aplicar la normatividad y llevar a cabo algunas rescisiones; generará malestar y se entiende, pero no acepto el señalamiento de encabezar una cacería de brujas”.
La comunidad universitaria se encuentra tranquila
Pimentel Pacheco reconoce que el relevo rectoral está siendo recibido por la comunidad universitaria con tranquilidad y que se puede constatar si se visitan los campus universitarios. Esa “supuesta efervescencia es solamente en redes sociales” declara.
Son 10 o 15 personas que “abren una página de Facebook y juntan alrededor de 120 personas con parientes y amigos”. Lo que no dicen es que hemos aplicado una política de “cero tolerancia al acoso, al hostigamiento, a la violencia, a la discriminación. Y ha habido una política de poner orden en los expedientes y una política de no permitir situaciones como la deshonestidad académica vía plagio”. Eso -enfatiza- está sustentado en expedientes.
Los estudiantes: prioritarios
Esta administración tiene como prioridad, la atención integral a la comunidad estudiantil. Por ello dice el Abogado General, se ha fortalecido la Defensoría de los Derechos Humanos y Universitarios.
Además, se han establecido las Comisiones de Género en toda la mayoría de las escuelas, facultades e institutos, para que estas comisiones reciban denuncias de primera mano y hagan una labor muy importante de difusión y de capacitación entre tanto estudiantes como administrativos y profesores.
En consecuencia de estas acciones dice Pimentel; se ha inhibido el mal comportamiento de profesores y de administrativos. Además porque se han presentado denuncias ante la Fiscalía.
El rumbo de la Universidad
Contundente, afirma Pimentel que “el camino que debe de continuar la Universidad es el camino del fortalecimiento de su planeación académica, es decir, la Universidad Autónoma de Chiapas debe crecer”.
La UNACH actualmente cuenta con 30 mil alumnos, pero se debe llegar a los 50 mil. Para eso dice el Abogado, la Universidad debe consolidar su apertura para que las muchachas y muchachos de Chiapas sean el motor y la palanca de desarrollo del Estado en las próximas generaciones.
Son tiempos cruciales para la UNACH, la continuidad consolidaría una reingeniería de los procesos universitarios. Pero también, es tiempo de que la comunidad reflexione sobre la universidad del futuro.