Un grupo de 138 indígenas tsotsiles que fueron desplazados forzosamente del ejido Santa Martha, municipio de Chenalhó, por un conflicto interno por la disputa de tierras, se encuentran en la comunidad de Polhó, en condiciones precarias.
El grupo compuesto por hombres, mujeres, niñas y niños están refugiados en una bodega, sin alimentos ni camas para dormir. “La gente necesita techo, alimentación y cobijas”, dijo a reporteros José Vázquez Gutiérrez, uno de sus representantes.
Vázquez Gutiérrez, aseguró que los agresores “quemaron decenas de casas y asesinaron a varias personas”, aunque reconocieron que no vieron los cuerpos porque huyeron.
Explicó que el problema se agudizó el 29 de septiembre, cuando “Juan Ruiz Ruiz salió con su familia a ver su cafetal y fue emboscado, pero se defendió”.
En esos hechos murió Alfredo “N”, del grupo agresor, según informó el viernes la Fiscalía General del Estado.
El representante de los desplazados señaló que Ruiz Ruiz, su esposa e hijos “se refugiaron en la casa de Agustín Pérez Alvarez, que está cerca de su cafetal, pero los agresores los rodearon, balacearon, destruyeron y después le rociaron gasolina y le prendieron fuego”.
“Agustín no hizo nada; estaba trabajando en su casa cuando llegó Juan Ruiz con sus familiares algunos heridos, para refugiarse y fueron atacados con saldo de algunas personas muertas”, afirmó.
Según Vázquez Gutiérrez, en esa acción “fueron asesinadas 2 o 3 personas”, aunque reitera que “no se sabe qué pasó con los cuerpos, si se los llevaron o están ahí”.
Hasta este miércoles ninguna autoridad había ingresado a Santa Martha para verificar las denuncias de muertos y casas quemadas.
-Antecedentes del conflicto intracomunitario
Los habitantes de Santa Martha armaron un grupo con Armas hace varios años, para agredir a sus vecinos del
Municipio de Aldama, con quienes se disputaban 60 hectáreas.
Luego de un acuerdo en el que intervino la Subsecretaria de Derechos Humanos, esas tierras se repartieron hace unos meses entre los dos pueblos: a Santa Martha Chenalhó le tocaron 27 hectáreas y media y a Aldama 32 y media.
Previamente, los habitantes de Santa Martha se habían quedado con 22 hectáreas de la localidad de Emiliano Zapata, del también vecino municipio de Chalchihuitán, bajo el acuerdo de asamblea de que se repartirían sólo entre quienes lucharon con sus armas de fuego para ganarlas.
Sin embargo, una vez que por acuerdos auspiciados por las autoridades estatales y federales se hicieron de las 32 hectáreas y media que disputaban con Aldama y las 22 que obtuvieron de Chalchihuitán, comenzaron las diferencias internas entre los pobladores de Santa Martha.
Lo anterior provocó que alrededor de 70 familias se separaran del grupo mayoritario encabezado por las autoridades del comisariado de Bienes Comunales y fueran perseguidas, por lo que desde el jueves de la semana pasada comenzaron las agresiones en su contra.
“Estamos exigiendo que el Ejército y la policía entren a Santa Martha para que cesen las agresiones”, dijo Vázquez Gutiérrez, quien aseguró que otros pobladores están refugiados en comunidades de otros municipios de la región.