En días pasados en Chenalhó se repitió una escena que ya casi es cotidiana, mujeres, niños y hombres fueron desplazados de sus hogares.

Eran cerca de 200 indígenas tzotziles que dejaron atrás sus tierras, sus pertenencias y sus animales de traspatio porque sus vidas peligraban. Prácticamente huyeron con lo que traían puesto.

Mientras la noticia de su desplazamiento era divulgada por los medios locales y nacionales, las autoridades del ejido Santa Martha, municipio de Chenalhó, integrado por 20 comunidades dijeron que no permitirían su retorno y que eran familia de paramilitares.

Incluso, tanto desplazados como los comuneros, han reconocido que, como saldo trágico del conflicto interno, ha habido fallecidos por arma de fuego.

El conflicto interno se originó luego de que el Tribunal Unitario Agrario del Estado de Chiapas, determinó que pasaran a los Bienes Comunales de Santa Martha, 22 hectáreas que estaban en disputa con la comunidad de Emiliano Zapata, del vecino municipio de Chalchihuitán.

La asamblea acordó que las tierras se repartieran entre un grupo de 195 comuneros. Sin embargo, según las autoridades ejidales, el 25 de junio, 60 personas fuertemente armadas se inconformaron ante la decisión de la asamblea y comenzaron a levantarse en armas emboscando a los integrantes del comisariado causando daños sólo a un vehículo con 20 impactos de bala”.

El pleito por estas 22 hectáreas es ajeno al conflicto por la disputa de 60 hectáreas que Santa Martha ha mantenido desde hace más de 45 años con sus vecinos del municipio de Aldama, con los cuales llegó a un acuerdo en meses pasados.

En consecuencia, las autoridades comunales señalan que los desplazados son integrantes del grupo armado que violentó a familias enteras en Santa Martha y las comunidades aledañas.

Incluso las autoridades afirman que los desplazados intentaron envenenar el manantial donde toman agua los pobladores de Santa Martha.

No lo hicieron -dicen las autoridades- porque fueron descubiertos y por eso huyeron.

De manera tal que no pueden ser clasificados como desplazados. En su huida, las autoridades comunales afirman que murieron seis personas, esto porque fueron perseguidos para que declararan los motivos de intentar envenenar el manantial.

En su huida -relatan los comuneros- los supuestos desplazados lograron llegar a la comunidad de Polhó y es donde se hicieron pasar por desplazados por la violencia comunitaria.

De hecho, ante la situación relatada por quienes huían, las autoridades de Polhó les proporcionaron refugio.

Incluso, el gobierno del estado a través de varias dependencias activó el plan de ayuda humanitaria para desplazados.

La realidad se supo, en cuanto se divulgó un comunicado de las autoridades comunales de Santa Martha, Chenalhó.

Por eso, las autoridades de Santa Martha, las municipales e incluso en oficinas estatales en donde se le da seguimiento a la situación política de Chenalhó investigan ¿quién o quienes están detrás de este grupo armado que lo único que probablemente lo que busca es desestabilizar Chenalhó?

¿Quién los provee de armas? ¿dónde las escondieron?
Hay rumores incluso de que ex integrantes o integrantes del EZLN se han acercado a grupos paramilitares para desestabilizar municipios marginados.

Al momento, tras la salida del grupo que se dice de “desplazados” en Santa Martha Chenalhó reina la calma social.

Ya no hay un grupo que desestabilice y por lo tanto, las autoridades tradicionales y los agentes municipales han podido reunirse para reconciliar a los habitantes, Por lo pronto, los disparos han cesado.

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