Tuxtla Gutiérrez, Chis. 18 Nov.- La saxofonista mixteca María Elena Ríos Ortiz, sobreviviente de ataque con ácido, pidió a las y los legisladores del país, impulsar reformas al Código Penal Federal para tipificar como delito y para castigar con varios años de cárcel, a quien arroje ácido o sustancias corrosivas, químicas o flamables a una persona, en particular a las mujeres.
“No hay pena que alcance a cubrir todo el daño que han hecho; parece que estamos en la Edad Media todavía, donde se sigue quemando a las mujeres, porque nos atrevemos a decir que no, a cuestionar, a querernos seguirnos preparando», dijo ante organizaciones feministas que la invitaron a un foro en el marco del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres.
La joven que vive un calvario desde el 9 de septiembre de 2019, cuando un hombre roció con ácido casi todo su cuerpo en la ciudad de Huajapán de León, Oaxaca, señaló que su sueño es que el delito se eleve al rango federal, y se sienten las bases para que se haga justicia cuando ocurra un ataque, y no se califiquen las lesiones como leves, ya que hay secuelas de por vida y daños irreversibles.
“Que los responsables sean castigados, y que las víctimas tengan verdadera reparación del daño de manera digna, porque ser rociada con ácido es una muerte en vida, no es la piel la que se daña, sino el alma”, manifestó.
“Lo que yo he pasado, no quiero que vuelva a sucederle a otra mujer. Ése es mi sueño, que el delito sea federal”, agregó al hacer un llamado también a las y los legisladores locales para reformar también el Código Penal Local.
Dijo que las leyes en este país, de pronto se vuelven muertas ante la impunidad que impera, además que falta perspectiva de género de autoridades encargadas de la impartición de justicia. “Las leyes, no dan ni ganas de leerlas, porque no están en un lenguaje más coloquial”.
María Elena Ríos comentó que aún cuando en el país se han cometido varios ataques con ácido, la Comisión Nacional de Derechos Humanos, no atiende el tema, y ni siquiera cuenta con una comisión. Tampoco las Comisiones estatales de derechos humanos de Oaxaca y Chiapas.
La saxofonista dijo que otro obstáculo que enfrentan cómo víctimas o sobrevivientes es la falta de descentralización institucional.
“Todo está en la Ciudad de México; hay poco acceso para viajar, económicamente es muy desgastante, y es sólo haciendo visible estas agresiones como se podrá llegar a las y los funcionarios públicos, y así validar la perspectiva de género”.
Manifestó : “De nada sirve que exista la supuesta inclusión, por ejemplo, la Cámara de Diputados es la mitad hombres y mitad mujeres, o más uno; pero de qué sirve si seguimos siendo subordinadas».
El otro problema, explicó Ríos, es el racismo, porque «yo no he sabido de un agresor con ácido que no haya sido a una mujer blanca y no una mujer racializada a mí me quiso matar un señor blanco, de ojos verdes».
María Elena Ríos presentó su testimonio en el centro cultural Jaime Sabines de Tuxtla Gutiérrez, en una actividad impulsada por las organizaciones Pacto de Sororidad, Fundación Unidad y Trabajo, la Comisión Ejecutiva de Estatal de Atención a Víctimas y otras.