Inédita la huida de cientos de mexicanos para refugiarse de la violencia
Fredy Martín Pérez.
Cuilco, Guatemala; 26 de julio. – Un grupo de ocho familias, 32 personas de origen mexicano ingresó la noche del jueves a territorio mexicano, al huir de las hostilidades de los grupos criminales que pelean en la Sierra Madre de Chiapas. Con este nuevo ingreso suman 405 las personas que han entrado a Guatemala desde el martes.
Este viernes, el ayuntamientos de Cuilco, municipio donde se ubican los desplazados de los municipios chiapanecos de Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero, llevó a cabo una reunión para coordinar las acciones para la manutención, abrigo y ayuda psicológica de las familias.
El alcalde Andulio Epifanio Roblero Arrega encabezó por la mañana del viernes, una reunión en su oficina, donde se propuso crear un albergue, para alejar a las familias de mexicanos que se encuentran cerca de la línea fronteriza y ubicarlos en un lugar donde no corran riesgos.
Pero durante el evento se informó que las familias no quieren alejarse de la frontera de México, porque desean estar al tanto de sus casas.
Un funcionario de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres, dijo que debían pedirle a las familias que se niegan a moverse a lugares seguros, a que firmen un documento donde quede constancia de que no quieren hacerlo.
Pero el alcalde Roblero Arriaga explicó que el Estado mexicano debería brindarle la seguridad sus connacionales. «Que sea el Estado mexicano el que pueda actuar en la forma correcta y en el tiempo preciso», agregó.
Se tenía previsto la llegada de funcionarios de la embajada de México en Guatemala, pero no se les vio en las comunidades, donde permanece los desplazados.
Quienes si estuvieron en las comunidades, fueron funcionarios del ayuntamiento, del Alto Comisionado de Naciones Unidas para Refugiados (ACNUR), Instituto Guatemalteco de Migración, Cruz Roja, Policía Nacional Civil y Ejército.
Roblero Arreaga planteó que aunado a la ayuda humanitaria, lo que se requiere es establecer un albergue donde se concentre la mayoría de mexicanos y que se alejen de la franja fronteriza con México.
El centro de concentración pudiera estar en La Laguna, poblado que no se ubica en los límites de la frontera con México.
En ese lugar, hay dos iglesias, una católica y otra evangelica, con un puesto de salud y un domo.»Los habitantes de la comunidad están en disponibilidad de poderlos recibir, apoyar, coordinarse y darles los servicios que necesitan».
Como parte de las acciones de atención a las 405 personas, este viernes, llegaron psicólogos para brindar ayuda a los mexicanos que han sido golpeados por la violencia.
Roblero Arreaga pudo constatar durante una visita que realizó el jueves por la tarde, disparos de armas de fuego de los grupos criminales que pelean sobre la carretera federal 201 que enlaza la con la Panamericana y la 200, en la costa chiapaneca.
El alcalde visitó algunas de las aldeas donde están los mexicanos, bajo la custodia de elementos del Ejército y la Policía Nacional Civil (PNC) y fue entre las 18:00 y 19:00 horas del jueves que pudo oír los disparos de armas de fuego desde territorio mexicano.
El jueves ingresó a Guatemala, un grupo de ocho familias, 32 personas que huyeron de la violenta de los criminales que pelean en los límites de Amatenango de la Frontera y Mazapa de Madero.
La coordinadora distrital del Ministerio de Educación, Delmi Elizama Chávez Roblero, detalló el número de mexicanos que se encuentran distribuidos en el municipio de Cuilco son: 240 personas en Ampliación Nuevo Reforma; Monte Rico, 45; Unión Frontera, 40; Oaxaqueño, 12; Jocoquitlán, 35; y Villa Nueva, con 32 personas que ingresaron la noche del jueves.
Durante la reunión, en la oficina del alcalde, dio a conocer que en la aldea Canibal, también hay varias familias de mexicanos, pero no se ha podido contabilizar porque se han dispersado y ubicado en casas de familiares o conocidos.
Explicó que en el caso de los mexicanos que se ubican en Unión Frontera y Monte Rico, comunidades que están «completame en la cercanía de la frontera», están en peligro. «Es un riesgo de seguirlos albergando, porque hay posibilidades de que en cualquier momento se pueda desatar la violencia y ellos están a lo inmediato».
Pero las familias no quieren moverse hacia La Laguna, porque desean «estar pendiente de sus casas», donde dejaron con aves de corral, borregos, burros, vehículos, granos, muebles y aparatos eléctricos, aunque temen acercarse hacia sus lugares y encontrarse con los criminales.
El viernes por la tarde, el ayuntamiento trasladó hasta Ampliación Nuevo Reforma y Oaxaqueño, ropa para adultos y niños.