Columna vertebral

¿Puente al progreso?

Raúl Vera

Ausentes y temerosos, los pobladores que viven en la zona de la Concordia, platican sobre la “promesa cumplida” que hoy inauguró el presidente Andrés Manuel López Obrador; el tan esperado puente. En sus propias palabras: “esto no genera grandes esperanzas, más bien genera temor e incertidumbre.” Su presagio es que será para el uso de los grupos del crimen organizado, que se disputan el control de la zona.

El chalán que por años dio paso a las comunidades y ejidos que quedaron dividas por las aguas del embalse de la presa la Angostura, hoy sigue con su trasiego normal, mientras a cuarenta metros de altura, sobre la cinta asfáltica del puente se lleva a cabo la inauguración oficial de esta infraestructura que solo está terminado del lado de la Concordia y del otro lado en dirección de Chicomuselo, se está iniciando la construcción de un segundo puente “Rizo de Oro”.

El presidente de la república prometió que el segundo puente estará listo en el mes de septiembre, un promesa inverosímil después de que los concordeños esperaron cincuenta años por el primer puente, y cerca de seis desde que quedó inconcluso en la administración de Manuel Velasco, hoy gran aliado del partido en el poder.

La espera inició de manera oficial en 1976, cuando la Comisión Federal cerró las compuertas de la presa la Angostura y una a una fueron desapareciendo vegas, agostaderos, cascos de hacienda y finalmente la Vieja Concordia, donde quedaron enterrados los restos de este pueblo fundado en medio del liberalismo mexicano.

Metros abajo de donde el acto oficial se celebra, el chalán sigue haciendo lo que le es propio: el trasiego de vehículos, tráileres, motocicletas: porque, pese a la inauguración no hay paso en el nuevo puente, ni este día ni en los días subsecuentes a la inauguración. A un costado de la bajada al embarcadero están las huellas de las últimas batallas que los grupos del crimen han protagonizado. El enfrentamiento 3 de abril es el más reciente, ese día los videos mostraban cuerpos de sicarios abatidos por las ráfagas, se mencionó de manera extraoficial 25 muertos, en diversos escenarios de la región de la Concordia. A un costado de la bajada, frente a una capilla de la virgen de Guadalupe, está abandonado un chalán que tiene una leyenda en una esquina “Jesús Cristo es mi libertad” en esa esquina hay 10 impactos de bala que atravesaron el metal de grueso espesor.

Los motivos de la disputa por el territorio, son el tráfico de migrantes, droga y armas que las bandas suelen transportar por esta zona. La ruta de la montaña y la de la presa son usadas para llevar migrantes, la una en tráileres y la otra en lanchas. El accidente de diciembre del 2021 en Chiapa de Corzo, nos demostró su capacidad de transporte de migrantes.

Un nuevo elemento se ha incorporado a la disputa por el territorio: la minería. Mientras esperábamos el chalán que nos llevaría al otro extremo de la presa, un lugareño nos comentó que un tráiler había descargado material mineral, específicamente barita, en la orilla del embarcadero.

Los tesoros de la sierra, como tituló su novela Bruno Traven, narra como unos gambusinos encuentran una veta de oro, su pase a la felicidad que con la llegada de unos bandidos se convierte en un paso a violencia y la muerte, algo similar sucede con los habitantes de esta región. La sierra de Chiapas, no solo alberga un t mineral; estudios realizados en 1974 por la Dirección de Energía Nuclear, dependiente de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y dirigida entonces por el poeta tabasqueño Pepe Gorostiza, revelaron la presencia de uranio, barita, mercurio, oro y otros metales en la sierra. Estos estudios fueron liderados por el ingeniero chiapacorceño Mario Aguilar Penagos y entregados a la recién fundada UNACH para la creación de la carrera de minería, cosa que nunca sucedió.

Los estudios de la CFE tuvieron un efecto directo hasta el sexenio de Vicente Fox y Pablo Salazar en el gobierno de Chiapas, «En Chiapas se otorgaron un total de 97 concesiones desde el 2000 hasta agosto del 2009, abarcando un total de un millón 115 mil 130.447 hectáreas, lo que representa el 15.21% del territorio estatal (11,151.3044 km²)» La exploración minera se inició con fuerza durante el sexenio del entonces presidente Vicente Fox Quesada y del gobernador chiapaneco Pablo Salazar. (Gustavo Castro, «La Explotación Minera en Chiapas. El caso de Chicomuselo.»)

A finales del sexenio de Enrique Peña Nieto se inauguró, en el ejido Pablo A. Sidar el batallón 101, de la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA); a unos kilómetros de la cabecera municipal de Chicomuselo. Su objetivo; blindar la frontera. Un batallón consta de mil elementos, pero desde que comenzó la violencia jamás han salido a defender a la población o a poner orden. Un ejemplo más que funda el temor de los lugareños sucedió este domingo, a dos días de que el presidente estuvo en la zona inaugurando el puente, y a escasos dos kilómetros del batallón 101, se registraron enfrentamientos entre grupos de la delincuencia.

Los pobladores platican que este día es especial porque hay mucha vigilancia por la llegada del presidente, pero que mañana será un día normal, donde en cualquier momento su vida corre peligro por los enfrentamientos, los cuales nunca pensaron que iban a llegar a la puerta de su casa “lo escuchábamos lejos, allá por Chamic” cuentan, nos piden omitir su nombre y no ser fotografiados. Uno de ellos cuenta que el tres de abril se tiró al agua, para salvar la vida, ya que quedó en medio de la balacera que se desató en la bajada a la presa.

La añeja demanda de un puente que conectará a la Concordia con el progreso, hoy se ha convertido en un puente al miedo, a la incertidumbre, una señora comenta; no sabemos a quién le va servir ¿a nosotros o al crimen? Lo que hace dos años hubiera sido motivo de festejo, hoy es motivo de miedo.

En el viaje de regreso la vigilancia que se vio en todo el camino de ida y de día, desapareció. La carretera recién encarpetada y con señalizaciones nuevas, lucía limpia, con casetas de policia abandonadas, desolada, apenas siendo las 7 de la noche, en el camino nos topamos a varios carros de policias, Guardia Nacional y ejército abandonando la zona. Una mujer joven nos recomienda salir lo más pronto posible por el peligro del camino y nos dice «este pueblo se muere a las ocho de la noche, nadie sale y sus calles se quedan vacías».