Tuxtla Gutiérrez, Chis. 17 Sep.- El Movimiento de Mujeres en Defensa de la Madre Tierra y Nuestros Territorios, aseguró que en Chiapas, “en los últimos seis meses en todas las regiones hemos constatado el aumento exponencial del crimen organizado”.
Al concluir su sexta asamblea en el municipio de Tonalá, en la región de la costa, las mujeres provenientes de las regiones Zoque, Tsotsil, Tseltal, Ch’ol, Costa, hicieron un pronunciamiento, en el que advierten “el incremento del consumo de droga en las y los jóvenes, la cooptación de ambas por parte de organizaciones criminales, el aumento de trata de personas, la explotación sexual, los levantones, las desapariciones, las ejecuciones y el sobrevuelo de drones se ha vuelto cotidiano.
“Nos hemos dado cuenta que en los enfrentamientos, participan personas provenientes de otros estados cuyos cuerpos se suman al número de personas no identificadas”, señalaron.
Reunidas para analizar, reflexionar, compartir, aprender, sanar colectivamente y compartir la palabra común, las mujeres expresaron su preocupación por el contexto de violencia e inseguridad que estamos viviendo en nuestro estado.
“Reprochamos el despojo de la tierra y el territorio, la vulneración de la sociedad por la construcción del Tren Transístmico en nuestro territorio. También denunciamos los abusos en los costos de los recibos de luz, el hostigamiento, los cortes de energía, los apagones constantes que descomponen nuestros electrodomésticos”, manifiestan en un comunicado conjunto.
Las mujeres de la Región Altos, expusieron que, de marzo a septiembre del año en curso, se han percatado de la situación en torno al crimen organizado, “se ha agravado cada vez más en los territorios de Chenalhó, Pantelhó y extendiéndose a Chalchihuitán. Esta situación se está contagiando como una enfermedad”.
Aseguran que los enfrentamientos armados, detonaciones y bombas, así como la quema de casas han provocado desplazamientos forzados. “Donde antes eran nuestras parcelas, hoy sólo queda un olor a muerte, los zopilotes sobrevuelan los cuerpos que no podemos recuperar, ya no podemos ir a nuestras parcelas, esta situación nos genera mucho miedo y nos imposibilita de ir a trabajar en nuestra milpa. Frente a la carencia de los alimentos, tenemos que comprarlos a precios muy altos”.
Las familias afirman-, “se quedan sin posibilidades de comunicación, incluso con las mismas autoridades de la comunidad. Las mujeres somos las principales afectadas porque violentan nuestros derechos y nuestra dignidad.
“Ya no podemos vivir tranquilas, el estar viviendo bajo amenaza constante nos causa consecuencias emocionales, mentales, físicas y espirituales. Las múltiples violencias perpetradas contra nuestros cuerpos, como violaciones sexuales, nos impiden movernos libremente por nuestros territorios. Vivimos con miedo de que recluten a nuestros hijos, hermanos, esposos, que secuestren a nuestras niñas y niños”.
Las mujeres de la Región Norte Selva y Zoque, expresaron que les preocupan “las desapariciones de personas, el encarcelamiento de inocentes, los despojos de tierra hacia los pueblos originarios a causa de los megaproyectos de muerte como el mal llamado Tren Maya, los ecocidios, los monocultivos de palma africana y fragmentación de nuestros territorios, la pérdida de conocimientos y la desvalorización de la medicina herbolaria, así como la pérdida de la soberanía alimentaria”.
Agregaron: Todo lo anterior nos afecta mucho y principalmente a las mujeres en nuestra salud, ha aumentado el cáncer de piel y colón, así como miomas y quistes. También tenemos miedo, desesperación, tristezas, insomnio, incertidumbre y ansiedad.
Las mujeres jóvenes de las distintas regiones, manifestaron su preocupación por el aumento de la violencia en sus comunidades, el aumento de la drogadicción y el avance del crimen organizado. “Nosotras nos sentimos inseguras, preocupadas y tristes porque esta situación nos está rebasando y afecta todos nuestros derechos”.
Fortalecer la organización del tejido social comunitario
Ante tal situación el Movimiento propuso “generar análisis de riesgo y protocolos de seguridad, así como trabajos de sanación colectiva que nos permitan mantenernos fuertes, sanas y alegres; organizarnos entre la sociedad y exigir nuestro derecho a la seguridad y la paz; recuperar la dinámica del cultivo de los alimentos temporales, respetar los ciclos y la capacidad de la tierra para el establecimiento de los cultivos con semillas criollas”.
Ante todo, consideraron que “es necesario y urgente fortalecer la organización del tejido social comunitario, una organización que parta de lo local, colectivo, comunitario para articularnos en redes más amplias para que juntas podamos hacer frente a la situación de desplazamiento, muertes y destrucción.
“Como mujeres y madres queremos proporcionar a nuestras hijas e hijos una vida libre de violencia y de cuidados para su cuerpo, sus emociones y cultura. Queremos un mundo sin miedo donde podamos sembrar en nuestras parcelas, disfrutar de los frutos de la tierra y de nuestro trabajo, donde las mujeres jóvenes y niñas crezcan libres, sanas, con oportunidades y orgullosas de su identidad”.
Las mujeres expresaron su esperanza de “tener una vida digna, una vida feliz, una vida libre de violencia, que salgamos sin miedo y que las futuras generaciones tengan un pensamiento crítico y constructivo”.
En el pronunciamiento hicieron un llamado a “las personas malas para que se den cuenta de que nos hacen daño y que respeten nuestras vidas”, al mismo tiempo les pidieron que “paren los conflictos y podamos vivir con tranquilidad”.
Exigieron respeto para las comunidades organizadas, a la resistencia y a las autonomías. Así como también hicieron un llamado al pueblo en general, “a los y las jóvenes que despertemos la conciencia y denunciemos los atropellamientos y corrupción por parte de las autoridades, también llamamos a seguir hermanándonos desde el rincón más alejado del mundo.
El Movimiento está integrado por la Red de Mujeres de la Costa en Rebeldía, zona costa; Colectivo Defensoras de Nasakobajk (Defensoras de la madre tierra), zona zoque, Colectivo Tsijilba Bij (Nuevo Camino), zona selva Ch’ol y Tseltal, Colectivo Nichim Antsetik (Flor de Mujeres), zona Altos Tseltal, Colectivo Antsetik Ts’unun (Mujeres Colibrí), zona Altos.