Abejas de Acteal exigen informe sobre la masacre de 1997 y se castigue al ex presidente Zedillo

San Cristóbal de las Casas, Chis. 22 Mayo.- Niñas y niños de la Organización Sociedad Civil Las Abejas de Acteal, pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que dicte ya el informe de fondo sobre la masacre de 45 tsotsiles, ocurrida el 22 de diciembre de 1997 en el municipio de Chenalhó, para que sean castigados los responsables, entre ellos “el principal autor intelectual, el expresidente Ernesto Zedillo”.

“Ya han pasado muchos años y nosotros queremos que se castigue a los responsables intelectuales porque no han sido investigados y la violencia ha vuelto a nuestras comunidades. Nos cuentan nuestros padres que los disparos, enfrentamientos y desplazamientos que vemos y escuchamos hoy en día es lo mismo que se vivía” en la década de 1990, señalan en una carta dirigida al organismo.

Como cada 22 de cada mes, Las Abejas de Acteal recuerdan a las victimas de la matanza de 1997 con una misa. Al término de la celebración, una niña leyó el documento enviado a la CIDH.

“A propósito de la violencia de los años 1997-1998, supimos que Ernesto Zedillo Ponce de León está en México. Nos preguntamos: ¿A qué vino con las manos manchadas de sangre? ¿A cosechar lo que sembró de los crímenes que cometió?: 11 campesinos desarmados, asesinados en la comunidad de El Charco, 17 campesinos asesinados en Aguas Blancas, 8 campesinos en El Bosque y la masacre de Acteal cometida en el marco del Plan de Campaña Chiapas 94. La presencia de Zedillo en México es una burla a la justicia y a las víctimas y sobrevivientes de los crímenes cometidos durante su gobierno”, manifestaron.

La masacre fue cometida durante el sexenio de Ernesto Zedillo Ponce de León, a quien nuestros padres y madres han señalado durante más de 27 años su responsabilidad, sin ser escuchados en ninguna instancia, señaló la menor.

“Es por ello que nosotras y nosotros hemos decidido levantar la voz junto a nuestros padres, porque nos duele lo que el Estado y los grandes empresarios nos han hecho con tal de obtener más riquezas. No les importa la vida de los pueblos originarios, ni la de los niños y las niñas; para ellos no somos más que basura, no les importa nuestro dolor, pues hemos sufrido la ausencia de nuestras abuelas y nuestros abuelos, de quienes jamás llegamos a conocer sus rostros y nunca pudimos sentir su cariño”.

Agregaron: “Nos duele mucho no poder abrazarlos, no poder escucharlos. Algunos de nosotros llevamos el nombre de ellos porque eso es lo que nos queda, sus nombres, sus historias, el recuerdo que nos cuentan nuestros padres”.

Las Abejas de Acteal recordaron que en 2009 la Suprema Corte de Justicia de la Nación “liberó a los paramilitares confesos de la masacre de Acteal, con lo que le demostró al pueblo mexicano su complicidad y su incapacidad de impartir justicia”.

Durante la celebración religiosa, los tsotsiles de Acteal relataron la realidad que viven ahora, “lo que vivimos hoy es más peligroso que en 1997, porque los paramilitares se convirtieron en sicarios; por ejemplo, hay más drogas y alcohol. A algunas comunidades llegan hombres armados, juegan en la cancha, convirtiéndolas en refugio de sicarios, todavía hay comunidades que se llaman zonas neutrales o campamentos de paz”.

Afirmaron que, en las comunidades, los niños y las niñas no llegan a la escuela desde 2023, porque los maestros salieron por miedo y no regresaron; “el gobernador (Eduardo Ramírez Aguilar) afirma ‘sin educación no hay transformación’ y ‘¡Chiapas sí puede!’, pero la realidad es otra, pensamos que mientras no se acabe la complicidad de las autoridades con el crimen organizado y sin verdadera seguridad ¡Chiapas no puede!”.

Chiapas Puede, es el programa de alfabetización que el gobierno estatal puso en marcha, pero que los tsotsiles de Acteal afirman que los profesores no llegan a las aulas.

Respecto a la seguridad, los tsotsiles de Chenalhó denuncian que “en algunos lugares se escuchan disparos, aunque no todo el tiempo, lo que quiere decir que no hubo desarme por parte de la Fuerza de Reacción Inmediata Pakal (FRIP)”.

Mientras aseguran, los campamentos de los militares, de la Guardia Nacional y de los policías, no garantizan la tranquilidad de las comunidades; “algunas y algunos han visto señales de complicidad con los que maltratan y amenazan con enfrentamientos. Los operativos de los Pakales, fueron espectáculo aplaudido, los sicarios se escondieron, ahora caminan a cualquier hora del día y nada pasa. Estamos viviendo en una violenta normalidad disfrazada de paz”.

GabyCoutino

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