Brenda Toalá es despedida con un homenaje póstumo tras su asesinato en cumplimiento de su deber como policía estatal junto a cuatro compañeros.

El lunes por la mañana, desde la base de la Policía Estatal Preventiva (PEP), de Frontera Comalapa, Brenda Lizbeth Toala Blanco hizo una videollamada a su familia, para preguntar cómo se encontraban sus padres y sus tres hijos, de 8, 10 y 12 años que vivían al lado de sus abuelos y tíos, en Suchiapa.

Por unos segundos, la mujer policía de 33 años de edad, habló con su hermana María de Lourdes para decirle: “Al ratito te marco. Cuídate mucho. Saludos a la familia”. “Esas fueron las últimas palabras que tuve con ella”, asegura María de Lourdes.

Ocho horas después, la familia se enteró en redes sociales que una patrulla de la corporación, a la que pertenecía Brenda Lizbeth había sido emboscada a la altura del basurero de la comunidad Las Champas, en el ejido Cuauhtémoc, de Frontera Comalapa, donde había sido comisionada, justo a un kilómetro de la frontera entre México y Guatemala.

Eran las 13:00 horas de lunes cuando ocurrió la emboscada, pero a los pocos minutos empezó a circular en redes sociales un video y fotografías donde aparece la patrulla quemada. Los hermanos de Brenda Lizbeth entraron en pánico.

Le llamaron a su teléfono de manera insistente, pero la llamada mandaba a buzón. Entonces marcaron a algunos de sus compañeros, quienes confirmaron que en la patrulla 23057 viajaba Brenda Lizbeth y era una de las cinco víctimas mortales del ataque del grupo criminal.

Para esa tarde, las autoridades habían anunciado la quema de la patrulla, pero no confirmaban la muerte de los cinco policías.
Brenda Lizbeth murió junto a cuatro de sus compañeros que recién habían sido comisionados a Frontera Comalapa, un municipio que había entrado en una etapa de relativa paz y tranquilidad, después de cuatro años de hostilidades entre el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG)-Cártel Chiapas Guatemala, contra el Cártel de Sinaloa, que dejó decenas de hombres y mujeres asesinados y desaparecidos, entre ellos el alcalde electo de Frontera Comalapa, Anibal Roblero, el exalcalde del PRI (2008-2010) Irán Mérida Matamoros, el candidato del PT a la presidencia municipal, Rey David Gutiérrez, empresarios y campesinos.

El grupo criminal que atacó a la patrulla, disparó hasta 200 balas con sus fusiles, pero una vez que los cinco policías agonizaban en la unidad, rociaron combustible y le prendieron fuego al vehículo.

Las llamas consumieron los cuerpos de los cinco policías. Automovilistas que pasaron por el lugar vieron los cuerpos carbonizados de los cinco agentes.

A las 11 de la mañana del martes, los cinco cuerpos de los policías Guillermo Cortés Morales, Jesús Sánchez Pérez, Joel Martínez Pérez, Pedro Hernández Hernández y Brenda, llegaron al Servicio Médico Forense (Semefo) de Comitán, donde médicos y peritos de la Fiscalía realizaron las necropsias y las labores de reconocimiento de cada uno de ellos, para luego ser traslados hacia los municipios de donde eran originarios.

El cuerpo de Brenda llegó a las 02:00 horas de este miércoles a la casa de sus padres, para ser velada. Sus familiares ya habían preparado un altar donde permanecería el féretro, pero desde la mañana del martes, varios albañiles trabajaron en el panteón para preparar el lugar donde serían depositados los restos de la joven policía.

Este miércoles desde la madrugada, familiares y conocidos llegaron a la casa donde velan el cuerpo de Brenda Lizbeth, en Suchiapa, un municipio a 20 kilómetros de Tuxtla Gutiérrez, de un poco más de 21 mil habitantes, para traer flores y ofrecer los pésames a sus padres, hermanos y los tres niños que han quedado en la orfandad.

En reciprocidad, la familia ofreció, café, té y comida. María de Lourdes cuenta que su hermana ingresó a la corporación policíaca al finalizar la pandemia.

Primero cubría turnos de 24 horas en la sede de la PEP, pero hace unas semanas, sus jefes la mandaron a comisiones. La más reciente fue a Frontera Comalapa, municipio que permanece en poder de la Policía, Ejército y otras corporaciones, en búsqueda de lograr la paz, después de cuatro años de violencia que provocó el destierro de familias hacia otros municipios de Chiapas y el norte del país.

“Ahí en Frontera Comalapa es donde terminó la vida de ella”, rememora la joven. “Brenda era muy feliz, muy contenta, muy risueña”. “La vamos a recordar como la persona que fue: carismática y feliz”.

“Gracias a todas las personas que nos han apoyado emocionalmente y físicamente. No podemos reclamar nada, más que justicia para ella”.

La familia está en espera de que algún funcionario de la Secretaría de Seguridad Pública diga qué trámites van a realizar para que los niños puedan recibir algún beneficio económico y continuar con sus estudios.

Hasta el martes por la mañana, la familia solo había recibido llamadas de funcionarios para informar, que el cuerpo de Brenda Lizbeth había sido trasladado hacia Comitán.

Este miércoles a las 02:00 de la madrugada llegó a Suchiapa. Funcionarios de la Secretaría de Seguridad Pública tardaron en comunicarse con la familia.

Los primeros que llamaron fueron los compañeros de Brenda que tenía en la corporación. “Nada más de sus compañeros que fueron los más cercanos, pero de su jefe, de sus supervisores nadie se ha comunicado con nosotros. Nos están dando la espalda en estos momentos”.

Este miércoles, el cuerpo de Brenda Lizbeth fue sepultado en el panteón de Suchiapa. “Nadie está preparado para estos momentos, mucho menos así. Ella era una persona tan buena que no merecía tener un final así, al contrario, merecía tener un final bien.

Que tan siquiera veláramos su cuerpo completo, pero desgraciadamente no fue así”, soltó María de Lourdes con voz entrecortada.

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