Gabriela Coutiño
El pasado siempre te persigue. Esa es una de las máximas que tienen los mayores.
Algunos sienten el peso de su pasado, otros lo encaran orgullosos y a muchos también, su pasado les importa un bledo.
Estos últimos generalmente son los políticos. Cual chapulines; lo único que les interesa es saltar de un puesto a otro. Cual merolicos, quieren volver a gritar promesas en campaña. Pero rechazan el cuestionamiento público a su vida pública, rechazan la evaluación de su gestión pública. Rechazan también el cuestionamiento popular.
Los políticos son expertos en engañarse a sí mismos y en ese proceso, creen que también engañan a los demás.
Como dice la epístola de los Gálatas: “Porque el que se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña”. El problema es que los políticos terminan engañando a los demás, en este caso a los ciudadanos, pero terminan siendo víctimas del escarnio popular.
Así es el caso de muchos de los políticos chiapanecos, entre ellos el ex alcalde capitalino Fernando Castellanos Cal y Mayor quien es hoy el candidato del Partido Verde Ecologista de México a la gubernatura.
Castellanos Cal y Mayor llegó a la alcaldía tuxtleca en un proceso electoral duramente cuestionado que tuvo como corolario, una efervescencia social-electoral casi nunca vista en Tuxtla Gutiérrez.
La ciudadanía capitalina le mostró su rechazo.
Pero la ciudadanía no controla los órganos electorales ni los tribunales. Ahí fue donde llegó la imposición y en consecuencia, la ciudadania tuxtleca dejó de creer en las instituciones locales y los tribunales electorales federales.
Pero el destino te persigue. Como persiguió a la ciudadanía tuxtleca.
Al ser impuesto Fernando Castellanos y no tener compromisos con la ciudadanía, más que con quienes lo impusieron, los sueños tuxtlecos de ver un gobierno efectivo se esfumaron.
Aún así, nadie se imaginó que la alcaldía encabezada por Castellanos Cal y Mayor superara en ineficacia a la administración de Yassir Vázquez y la de Samuel Toledo. Pero lo hizo; los superó con creces.
Impotentes ante las imposiciones, a los ciudadanos tuxtlecos solo les quedó descargar la ira con memes y textos iracundos en redes sociales.
Lo mismo con Set Yassir, que con Samuel Toledo, pero exponencialmente con Fernando Castellanos, el destino alcanzó a los tuxtlecos con Castellanos Cal y Mayor.
Más allá de la imposición ¿Y el saldo de su gobierno? ¿Porqué la ira social contra Castellanos Cal y Mayor?
En la superficie el caso PROACTIVA, SMAPA, los baches, el alumbrado público, la falta de infraestructura municipal, el despojo de bienes -documentado- protagonizados por sus colaboradores y como cereza en el pastel, los días en que la capital chiapaneca no tenía alcalde. En el fondo, la frivolidad y la indolencia.
Pero la experiencia previa en Tuxtla, demostró que el voto popular no detuvo a Fernando Castellanos y así nos fue.
Hoy de nuevo el destino lo alcanza. De nueva cuenta los tribunales -que no la ciudadanía- lo designan a un nuevo puesto popular.
Y de nuevo también, la ira popular se manifiesta.
Un meme ya célebre en las redes sociales sintetiza la imposición y la reacción de la ciudadanía: Plan A; hacer pedazos a Tuxtla, Plan B, destruir Chiapas.
De nuevo también, la sensación ciudadana fue que no se respeta la voluntad popular. Pero ahora la designación es para la gubernatura del estado.
Una designación por tribunales que se dio luego de semanas y meses de incertidumbre electoral en donde los socios PRI y PVEM no se lograron poner de acuerdo en la designación de candidatos.
Desde el principio el PVEM no quería que Roberto Albores Gleason fuera el candidato de la alianza de los dos partidos. Por ello, el PVEM buscó candidato local a la gubernatura e hizo todo lo que está a su alcance.
En consecuencia, ya siendo el candidato del PVEM y de los partidos locales, Castellanos Cal y Mayor se lanzó en una gira estatal para pedir el voto popular.
Con la designación de los tribunales de Castellanos Cal y Mayor, el destino lo alcanzó de nuevo. Otra vez -como en el caso de la alcaldía tuxtleca- decidieron las instituciones electorales por los ciudadanos y con ello, cambió el mapa electoral chiapaneco.
La designación ¿para que le alcanza a Castellanos Cal y Mayor?
De entrada, ojalá que sea tolerante, que respete a las periodistas que cuestionamos su accionar público.
En las giras, no Castellanos, pero si los candidatos de su partido piden el voto para Andrés Manuel López Obrador. ¿porqué lo hacen?.
En las giras también el acarreo es evidente. Son las bases municipales que los alcaldes ponen a disposición del candidato del PVEM, como también lo hicieron con la rebelión de Eduardo Ramírez Aguilar.
Por el llamado al voto por AMLO y por las bases municipales a su disposición ¿que se espera de la candidatura de Castellanos Cal y Mayor?
Se dice que no le alcanza para ser el próximo gobernador. Que su candidatura es para socavar las aspiraciones de Roberto Albores Gleason.
Si es así; ¿que busca con ello Castellanos Cal y Cal Mayor?.
Ganarse la impunidad ante la eventual presidencia nacional de AMLO y la gubernatura de Rutilio Escandón dicen los enojados priistas.
Si nos alcanza. Eso dicen los simpatizantes de Castellanos Cal y Mayor.
Queremos que se respete nuestro voto y que estas elecciones no se diriman en tribunales, dicen varios actores sociales. Y añaden que ese es el peligro con Castellanos Cal y Mayor de candidato.
Inevitablemente, dentro de poco, los chiapanecos conoceremos el nombre de un nuevo gobernador.
Solo hay cuatro opciones; Albores Gleason y con el se llenará de asesores priistas del centro que se refugiarán en Chiapas ante la debacle que sufrirán con Meade.
José Antonio Aguilar Bodegas que apuesta por el hartazgo ante la incertidumbre electoral chiapaneca. Rutilio Escandón que pone todas sus esperanzas en la marea de AMLO, tanto que no ha cubierto con sus giras todas la geografía chiapaneca y por supuesto, Castellanos Cal y Mayor.
Lo que la ciudadanía pide es que se respete el voto. ¿Eso será posible?