Rubí Zúñiga

Tuxtla Gutiérrez.- Después de 10 años en el Zoológico Miguel Álvarez del Toro (ZooMAT), se logró la reproducción de dos crías de guacamaya verde, especie considerada extinta en su hábitat en Chiapas, gracias al trabajo de investigación y atención de la especie que se lleva a cabo en el centro regional de conservación, reproducción, investigación y recreación.

Los polluelos de Guacamaya Verde (Ara militaris), nacieron el 25 de junio, después de varios intentos, cuando eclosionaron dos huevos de guacamaya verde en condiciones especiales, pues la madre carece de la mitad del pico, por lo que no podía alimentarlas.

Foto: ZooMat
Foto: ZooMAT

Gabriela Santos, médica veterinaria del ZooMAT y encargada del área clínica de aves del zoológico, informó que la madre de las crías perdió parte del pico “por un traumatismo”  provocado en una pelea con otro ejemplar.

 
Aunque la madre guacamaya no contaba con todo el pico, pudo adaptarse a otro grupo, y comer con su condición, sin embargo no podía alimentar a sus crías, que al nacer pesaron 23 gramos, por lo que estas se sometieron a una crianza artificial.
 

Foto: ZooMAT
Foto: ZooMAT

“Teníamos que estar muy al pendientes de la temperatura, humedad y cuidar que estuvieran en condiciones óptimas. Cuando son muy pequeños comen aproximadamente cada hora, hay que ver su hidratación y temperatura corporal”, informó la especialista.

 
Explicó que en las primeras cuatro semanas, la alimentación de las crías iniciaba a las 4:00 de la mañana con periodos de descanso de tres horas, además  a los 14 días de su nacimiento el área clínica de aves del zoológico usó “un foco incandescente para generar calor”.
 

Foto: ZooMAT
Foto: ZooMAT

“En promedio comen cada tres horas, alrededor de siete alimentaciones al día, y esto se va reduciendo conforme van creciendo, y alcanzan una talla y peso mayor”, señaló  Gabriela Santos.

 
Actualmente las crías cuentan con tres meses de edad, ya están completamente  emplumadas y se encuentran en un proceso de independización, que consiste en dejar de consumir papillas y aprender a comer solas con una dieta sólida  basada en frutas y vegetales.
 

Foto: ZooMAT
Foto: ZooMAT

“Tenía aproximadamente 10 años que no se lograba criarlas, sí habían nacimientos pero desagraciadamente no prosperaban. Ahora tenemos dos ejemplares que por cuestiones de imposibilidad de la madre se criaron a mano, pero están logrados. Esto es un trabajo en equipo, arduo, pero estas son las recompensas”, aseguró el médico veterinario, Joe Miceli Hernández, coordinador estatal para el mejoramiento del ZooMAT.
 
Estas aves están amenazadas debido al tráfico ilegal y la destrucción de su hábitat, y el ZooMAT se ha convertido en el primero en su tipo a nivel nacional en trabajar con estos ejemplares en cautiverio con la finalidad de generar un reservorio genético, logrando al día de hoy el principal y más complejo objetivo: la reproducción.

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