La tragedia de ser mujer y ser universitaria
El acoso y la violencia de género en las aulas de educación superior es universal
En Nueva Palestina, Ocosingo; a ocho horas de su hogar ubicado en Tuxtla Gutiérrez, Chiapas; la pasante de medicina Mariana Sánchez Dávalos prestaba el servicio social que por ley le correspondía. Sánchez Dávalos, no soportó el acoso de un médico del centro de salud, donde cumplía el requisito universitario del servicio social. Se quejó ante las instancias correspondientes, pero su queja no fue escuchada.
De pronto, la tragedia se asomó. En la humilde vivienda que le fue proporciona por la comunidad de Nueva Palestina, apareció el cuerpo de Mariana inerte.
La vivienda no cumplía ningún requisito de los contenidos en la Norma Oficial Mexicana que se refiere a las condiciones de trabajo de los prestadores de servicio social de medicina.
Esas condiciones en las que Mariana vivía se sumaron al conocimiento de que la precariedad de la vivienda era también aprovechada por su acosador para violentar -ebrio generalmente- su intimidad. Mariana se quejó con la directora del Centro de salud y no fue escuchada. Incluso había pedido su cambio de adscripción, solicitud que tampoco fue atendida.
Mariana fue hallada muerta el 28 de enero y desde entonces, las protestas de las y los estudiantes chiapanecos comenzaron. En la Secretaría de Salud estatal hubo un silencio casi absoluto y en la Universidad Autónoma de Chiapas una agitación estudiantil que comenzó con una marcha y continuó con un paro de colectivas universitarias.
La tragedia de Mariana fue tendencia en las redes sociales nacionales; también provocó que la Secretaria de Gobernación se refiriera al caso en las “mañaneras”. Allí Sánchez Cordero divulgó que un “grupo especial” llegaría a Chiapas para coadyuvar con las investigaciones. Hasta el momento, ese grupo especial no ha se pronunciado sobre el caso.
Por el caso, la Fiscalía General del Estado ha detenido a Analí «N», directora de la clínica en la que Mariana prestaba su servicio social, “por su probable responsabilidad en el delito de abuso de autoridad”. También se encuentra encarcelado el médico Fernando “N”, como probable responsable del delito de hostigamiento sexual.
La Secretaría de Salud cesó a la encargada del servicio social en la institución, y la Universidad Autónoma de Chiapas separó del cargo a la directora de la Facultad de Medicina. Sin embargo, la protesta estudiantil había iniciado.
El acoso y la violencia sexual es cotidiana en las universidades del mundo
#SciencesPorcs es un hashtag que apareció en las redes sociales francesas en donde se combinaba Sciences y Porcs; como Sciences Po se conoce a la escuela de élite Instituto de Estudios Políticos de París y Porcs es la palabra francesa para cerdos.
Las estudiantes de la prestigiada escuela francesa contaron por las redes sociales del país galo, numerosas historias de agresión sexual, el ambiente sexista en la institución y la pasividad de las autoridades universitarias. El silencio de las víctimas es “perpetuo” dicen los testimonios franceses.
En todo el país francés, de acuerdo con cifras de colectivos feministas universitarios, una de cada 10 estudiantes fue agredida sexualmente y una de cada 20 fue violada. Ello provocó que, en todas las instituciones de educación superior francesas, exista una unidad de atención especializadas a las víctimas, esto desde el 2018. La frase “Nous toutes” o “Todas nosotras” es lo que agrupa a los colectivos feministas de Francia.
En el Reino Unido, el diario “The Guardian” junto con activistas feministas, detectó que en sus universidades los procesos de denuncia por acoso sexual colocaban en una desventaja sistemática a las mujeres acusadoras frente a los hombres acusados de conducta sexual inapropiada. Esto porque en las quejas de conducta sexual inapropiada contra el personal universitario, estas generalmente fueron silenciadas. Anota el diario que las universidades llegaban a acuerdos confidenciales con los acusados.
El rotativo es cofundador de “The 1752 Group” una organización de investigación y cabildeo que aborda la conducta sexual inapropiada entre el personal docente y los estudiantes en la educación superior. Con la organización, se ha diseñado guía para que las universidades aborden este problema.
El movimiento #MeToo en Estados Unidos
Inició en redes sociales en el 2006 con una propuesta de la activista afrodescendiente Tamara Burke. El propósito es romper el silencio. El movimiento que en español sería “Yo también” se hizo viral en las redes sociales americanas.
Pronto llegó a Hollywood y ello provocó la empatía y la sororidad especialmente para con las mujeres más vulnerables que sufren agresiones y acoso sexual sobre todo en sus lugares de trabajo.
En ese contexto, por ejemplo, en la Universidad de California, el sistema de educación superior gubernamental más importante de Estados Unidos y probablemente del mundo se investigó 113 casos de conducta sexual inapropiada que involucraron al personal y profesores en sus 10 campus durante un período que abarcó el 2013 al 2016.
Los 113 casos incluyen acusaciones que van desde conducta inapropiada hasta agresión sexual e involucraron a empleados que violaron la política de violencia sexual y acoso sexual de la Universidad.
El problema en las universidades mexicanas
En el 2019 una investigación de “Milenio” arrojó que el acoso sexual y el hostigamiento es recurrente en las universidades mexicanas. El rotativo documentó que la Universidad de Guadalajara (UdeG) es la institución que más quejas tiene, al registrar 260 de enero a octubre del 2019.
Mencionó casos también en la UNAM, en la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, en la Autónoma de Coahuila y la Universidad Autónoma del Estado de México.
Documentó incluso que las autónomas de Colima y Tamaulipas no cuentan con un protocolo de actuación en caso de acoso y hostigamiento sexual.
627 casos y 71 docentes cesados en la Universidad Autónoma de Chiapas
En la UNACH el problema del acoso y la violencia de género fue inmediatamente atendido por la gestión rectoral 2018-2022. Se creó el protocolo de atención a la violencia de género y, sobre todo; en dos años de gestión, se han cesado a 71 docentes universitarios. Se rompió el tabú de la autonomía universitaria. Concepto en el que se escudaban las anteriores administraciones universitarias para ocultar los abusos.
Sin embargo, luego de la tragedia de Mariana Sánchez Dávalos en la comunidad Nueva Palestina en el municipio de Ocosingo, las universitarias de distintos programas educativos de la UNACH, visibilizaron el problema en la universidad más grande del estado.
Las colectivas realizaron marchas de protestas para después el 2 de febrero, iniciar un paro de actividades académicas que tuvo una duración de 47 días.
Durante los días del paro, las autoridades universitarias y las colectivas se reunieron en distintas ocasiones, interrumpiendo el diálogo también en varias ocasiones. El choque era entre los problemas legales para las denuncias y la convicción de las colectivas de dejar un precedente para que nunca más volviera a ocurrir este tipo de casos en las aulas universitarias.
Finalmente, la semana pasada las colectivas y las autoridades de la UNACH anunciaron que llegaron a acuerdos generales. Aunque las colectivas declararon que el levantamiento del paro está sujeto al cumplimiento de los compromisos por parte de las autoridades unachenses.
Entre los acuerdos se encuentran la formulación de un nuevo reglamento del servicio social que será elaborado por la universidad para después ser consensado por la comunidad universitaria.
La UNACH contará también con un protocolo de actuación en casos de emergencia para el servicio social en el que además se plasmará un mecanismo de prevención, supervisión, y protección con perspectiva de género.
Los acuerdos alcanzados por las partes, implican la creación de un “observatorio estudiantil”, que será parte de la vigilancia conjunta en el aspecto de prevención de la violencia y el hostigamiento entre las colectivas, la comunidad estudiantil y la Defensoría de los Derechos Universitarios.
El Observatorio universitario estará integrado inicialmente por estudiantes de la UNACH, que integran la Red de Colectivas Feministas Universitarias por un periodo de seis meses, y posteriormente se emitirá una convocatoria pública, para quienes cumpliendo con los requisitos puedan participar.
Además, habrá nuevo calendario académico para que las y los estudiantes en paro recuperen el ciclo escolar. Se acordó incluso la realización de una mesa de trabajo con la Defensoría de los Derechos Universitarios para elaborar un informe sobre las acciones de prevención, mecanismos de protección, medidas cautelares y la atención a las denuncias que se presenten.
De acuerdo a los videos que las colectivas universitarias divulgaron en redes sociales, hay 627 quejas de acoso y violencia de género en la UNACH.
De acuerdo también a las activistas feministas que dieron asesoramiento a las colectivas universitarias; ante el número, los directivos universitarios se comprometieron a dar acompañamiento y seguimiento al trámite legal de las quejas ante las instancias correspondientes.
Carlos Natarén Nandayapa, Rector de la UNACH señaló -de acuerdo al comunicado oficial de la UNACH- “que más allá de las diferencias, existen coincidencias que nos unen, que es el interés máximo por eliminar cualquier tipo de violencias que puedan existir dentro de la UNACH”.
Este sábado las autoridades universitarias ofrecerán una disculpa pública.