Martin Salas

Fundador del periódico La Jornada y de la agencia Imagenlatina, Marco A. Cruz (Puebla, 1957-Ciudad de México, 2021) fue sobre todo maestro y guía en el andar de la fotografía. Antes que nada nos inculcaba un gran cariño y respeto por el oficio. En Imagenlatina se aprendía saliendo todos los días a cumplir las órdenes de trabajo y, al caer la tarde, llegar a la clase magistral, cuando él seleccionaba el material que se mandaba a las redacciones de los diarios y revistas que contaban con el servicio y te marcaba con lápiz de cera la selección a imprimir.

Foto: Marco A. Cruz
Foto: Marco A. Cruz

Presenciar cómo imprimía copias finas era todo un rito después de terminar con el producto del día para Imagenlatina. Comenzábamos con la limpieza del cuarto oscuro, lavar las charolas, preparar los líquidos y asear la zona de las impresoras. Si esa copia ya había sido impresa, sacaba sus apuntes y comenzaba la magia: resguardar zonas, sobreexponer otras, hasta que quedaba la que lo satisfacía. En general se hacía de una a tres copias, hasta que salía la buena.

Foto: Marco A. Cruz
Con esta fotografía Marco Antonio Cruz ganó un concurso auspiciado por la revista Así es, en julio de 1984; la tomó en una cárcel indígena en Acatlán, Puebla, su estado natal, a la que entre con Arnoldo Martinez Verdugo, quien visitaba a los presos; me premiaron Lola Alvarez Bravo, Hector Garcia, Ricardo Pozas y Felipe Ehrenberg, afirma el fotoperiodista. Ese trabajo se incluye en su exposicion Relatos y posicionamientos/ 1977-2017, que se puede visitar en el Centro de la Imagen (Plaza de la Ciudadela 2, Centro Histórico), de 10 a 18 horas, de lunes a viernes. Entrada libre

Si era un negativo que por primera vez se imprimía, lo veía en la ampliadora y determinaba la exposición general, así como las zonas que necesitaban tratamiento especial. Salíamos de la agencia alrededor de las tres horas del nuevo día, listos para seguir dándole al aprendizaje de este generoso oficio.

Edificio Nuevo Leon Terremoto 1985. Foto Marco Antonio Cruz

Mil gracias, Marco, nosotros aquí seguimos con la cámara y con la tristeza de que te hayas adelantado.

Texto original en: lajornada.com.mx 

 

 

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