Madre de Karla Yesenia, asesinada presuntamente por el chofer del candidato Carlos Penagos reclama justicia
Las madres «víctimas» de feminicidio no tenemos nada que celebrar este 10 de Mayo; «no tenemos felicidad», porque en el momento «en que nos arrebatan a nuestras hijas nos dejan amargadas, nos dejan muriendo lentamente», afirmó Maricruz Velasco Nájera, madre de Karla Yesenia, hallada muerta el 4 de julio de 2018 en una colonia de Tuxtla Gutiérrez.
Maricruz acudió este día a las puertas del palacio del gobierno donde, acompañada de su esposo Manuel Gómez Cerón, pidió justicia para que el presunto homicida de su hija, Marvin Eduardo «N», procesado actualmente en el centro penitenciario El Amate, sea sentenciado con el rigor de la ley.
“No voy a revivir a mi hija, pero sí haré que paguen y reciban un castigo ejemplar; y no sólo para mi hija, sino para todas las hijas que las han callado», dijo.
El cuerpo de Karla Yesenia fue hallado afuera de una vivienda en la colonia San Francisco, con estallamiento de vísceras, víctima de un supuesto atropellamiento vehicular que la familia rechaza y atribuye a «torturas».
La joven que cursaba la carrera de derecho en la Universidad Salazar había ingresado a prestar su servicio social al Congreso del Estado. Luego se involucró como gestora ciudadana en la campaña de Carlos Penagos Vargas, candidato a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez, quien actualmente es candidato a diputado local de la alianza “Va por Tuxtla”( PRI, PAN,PRD).
Por la muerte de Karla Yesenia fue detenido en esta ciudad el presunto feminicida Marvin Eduardo «N», chofer de Penagos Vargas, cuyas pruebas en su contra, según la Fiscalía General del Estado, fueron «contundentes».
A tres años del hallazgo del cuerpo de la entonces estudiante de 19 años de edad, Maricruz sostuvo que su hija fue asesinada e incluso “torturada”, y que no falleció en accidente vehicular, como argumentó inicialmente la autoridad judicial.
Aseguró que su hija fue golpeada y «le pasaron el carro encima». El 4 de julio «le arrebataron la vida después de la entrega de la casa de campaña( de Penagos Vargas) fueron al restaurante familiar La Palapa de mi Mamá. «La emborracharon para llevarla a la casa del chófer».
Maricruz recordó que el peritaje ministerial estableció que no hubo ultraje sexual, pero por las evidencias «como encontraron la ropa de mi hija, mal puesta, nosotros decimos que sí», sostuvo.
Admitió que aunque no hubo ahorcamiento, sino estallamiento de vísceras por la perforación de un pulmón » porque se le quebraron dos costillas», el estallamiento de vísceras no fué por atropello, fue «por fuertes golpes».
«La tiraron a la calle y le pasaron el carro para hacer creer que fue atropellamiento», afirmó.
El calvario de Maricruz se agudizó en la actual etapa oral del juicio contra Marvin Eduardo»N»‘, debido que el juez no le permite estar presente en las audiencias con el argumento de «los riesgos del Covid-19, y eso va contra mis derechos», alegó la madre.