Se apaga la estrella del superdelegado en Chiapas
José Antonio Aguilar Castillejos creció políticamente de la noche a la mañana, cuando se sumó a Morena; antes había sido tesorero en su natal Ixtapa, luego fue brevemente presidente estatal de Convergencia, siendo regidor en su municipio, salta al Movimiento de Regeneración Nacional donde llega de dirigente estatal, pero continuaba siendo un desconocido para la mayoría de los chiapanecos.
De pronto aparece en un cargo estratégico estatal de la Cuarta Transformación. Aguilar Castillejos sería el nuevo delegado de programas prioritarios del gobierno federal en Chiapas. Es decir, el ”Superdelegado”.
Tres años después de su designación, ante el propio Presidente de la República Andrés Manuel López Obrador han llegado múltiples denuncias de la militancia morenista que le ha documento excesos.
Las denuncias presentadas tanto en la fiscalía estatal como la federal van desde la utilización con fines personales de los recursos y los padrones de Bienestar, el tráfico de influencias y hasta acusaciones de protección a abusadores sexuales a “Servidoras de la Nación”, además de despidos injustificados, violación a los derechos laborales y por supuesto, el desvió de recursos federales.
Incluso, entonces secretaria federal de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval declaraba que Aguilar Castillejos era uno de los nueves superdelegados del país investigados por corrupción por esa dependencia.
Aspirando a ser gobernador
Todos esos excesos y denuncias tienen una explicación, dicen los que conocen los abusos del Superdelegado: “sueña con ser el gobernador del estado y sabe que para eso necesita recursos financieros y acuerdos políticos. Lo primero nunca lo ha tenido y lo segundo tampoco. El cargo le llegó por una suerte inesperada”.
Tener ese sueño -prosigue la fuente- es peligroso si se acumula poder de la noche a la mañana. Ese es el caso de Aguilar Castillejos, vive una realidad virtual en la que se cree el todopoderoso.
Hace tres años, las super delegaciones federales serían el ente de la administración pública federal para hacer llegar los apoyos financieros a los mexicanos más necesitados. Los programas federales son de apoyo a los adultos mayores, a las jefas de familia, también de becas a los estudiantes, apoyos para la producción y otros apoyos diversos.
La instrucción presidencial era que todos esos apoyos fueran ejecutados en cada estado por esa coordinación de delegaciones. En el caso de Chiapas se nombró a José Antonio Aguilar Castillejos como titular, se apoyaría en doce Directores Regionales y la base serían los llamados ”Servidores de la Nación”.
Habría también doce directores regionales porque esa distribución operativa se concibió como un réplica de los doce distritos electorales federales.
En ese tenor, un mes después de la jornada electoral para la elección de la Presidencia de la República, el presidente electo nombra a Gabriel García como coordinador general de los Programas integrales, quien a su vez en Chiapas nombra a su amigo, un desconocido por la mayoría de los chiapanecos, José Antonio Aguilar Castillejos como delegado estatal.
Aguilar Castillejos y Gabriel García se conocieron en el 2015 durante la campaña de Oscar Gurría a la presidencia municipal de Tapachula. Los dos eran coordinados por Pío Lorenzo López Obrador.
Solo pasaron dos meses de la llegada al poder de MORENA para que en Chiapas se comenzaran a construir las estructuras político electorales estatales. La instrucción federal fue que solo habría un ”Padrón Único de Beneficiarios de Programas Federales”. Además, que se contratara a todos aquellos que habían apoyado el proyecto morenista desde abajo. La idea era crear operadores políticos de base.
Precisamente, varios operadores de base acusaron a Aguilar Castillejos de que durante estos tres años, ha creado una estructura paralela para sus aspiraciones personales.
Pronto notaron que al superdelegado la brotaba la historia caciquil familiar. Y es que Aguilar Castillejos es primo de Roberto Aquiles Aguilar, originarios del municipio de Ixtapa que hoy gobierna su sobrino Roberto Jordán Aguilar Pavón y que por ello, inició una estrategia de concretar compromisos y acuerdos económicos con varios presidentes municipales a cambio de beneficiarlos con los programas federales.
En ese sentido, -de acuerdo a una denuncia de los trabajadores que presenciaron la reunión- tan pronto inicia el proceso electoral pasado y ya con una estrategia personal definida, Aguilar Castillejos cita en un ”Bunker” en Tuxtla Gutiérrez a Ciro Sales Ruiz presidente estatal de MORENA y al Diputado local Marcelo Toledo Cruz, acordando la selección de candidatos afines al proyecto personal de Aguilar Castillejos y de ese grupo, que pronto empezó a ser conocido como los “gordos”.
La prioridad de “Los Gordos” era designar el mayor número de candidaturas posibles a la alcaldía y por supuesto las mayores victorias electorales posibles sin importar el partido que represente al candidato.
¿Cómo era eso posible? Muy fácil. Vendiendo las candidaturas. Cobrando más si eran contra MORENA, pero garantizando la inacción electoral de las bases del partido del presidente López Obrador si era necesario. Para eso existe el “Padrón de Beneficarios” alterno. Para usarlo a conveniencia. La idea era allegar recursos para la candidatura de Aguilar Castillejos al 2024.
Esa estrategia explica que MORENA haya pedido una prorroga para ampliar más días, el plazo para presentar la lista de candidatos a las presidencias municipales ante el IEPC.
La táctica era simple: se buscaba que muchos aspirantes fuertes con posibilidades de ganar, no fueran contemplados, y por el tiempo muy corto de inscripción, no encontraran otro partido que les diera la oportunidad de participar, de esta manera; los candidatos afines o los que compraron las candidaturas, serian los beneficiados. La encuesta era un embuste.
Con las elecciones en puerta, ese grupo con Aguilar Castillejos a la cabeza, comenzó a pedir “cuota” a los candidatos de los municipios con mayor presupuesto financiero, Ocosingo, Chilón, Comitán, San Cristóbal de las Casas, Tuxtla Gutiérrez y Tapachula.
Los operadores de ”Los Gordos” serían los directores regionales. Varios renunciaron a la Delegación Federal de Programas para ser coordinadores de la defensa del voto. Obviamente del voto para los candidatos del grupo de Aguilar Castillejos. Fue el caso de los coordinadores de la Región Bochil con José Luis Gordillo, Ocosingo con Hugo Garay Ramírez, San Cristóbal con Cristóbal Bonifaz Solís Molina y Tapachula con Armando Robledo Vázquez.
Durante el proceso electoral estos operadores se dedicaron a la promoción de los candidatos y a conformar la defensa del voto, con el apoyo de los servidores de la nación. Estos últimos denunciaron que fueron obligados. Si no obedecían, les pedían la renuncia.
Entonces el trabajo de los Servidores de la Nación fue muy simple, por instrucciones directas de José Antonio Aguilar Castillejos, era necesario amenazar a los beneficiados con darles de baja de los programas federales si no votaban por el candidato que el superdelegado dijera. Esa decisión confundió a la militancia morenista que pronto pidió explicaciones al dirigente estatal Ciro Sales sin obtener respuesta.
Los abusos y acosos laborales
En la región de Margaritas las trabajadoras “Ana Karen N” y “Jessica N” decidieron presentarse a la Fiscalía de Distrito Fronterizo Sierra a levantar una denuncia por acoso laboral, discriminación.
Primero buscaron a Aguilar Castillejos, pero nunca las atendió. Al contrario, inesperadamente fueron cambiadas de adscripción y recibieron amenazas de fincarles responsabilidad penal ante la Fiscalía General de la República por supuesta malversación de fondos del programa de adultos mayores.
Hartos de todo lo que huela a José Antonio Aguilar Castillejos, los trabajadores de la Delegación de Programas Federales se han organizado y en esta gira por Chiapas del presidente Andrés Manuel López Obrador entregarán pruebas documentales de estos actos de corrupción nepotismo y violación a los derechos individuales. Solicitan que sea relevado del cargo.