Los dos mil extranjeros de por lo menos ocho nacionalidades integrantes de la caravana “por la justicia, la dignidad y la libertad del pueblo migrante”, decidieron permanecer este martes en el municipio de Huixtla, para descansar después de tres días de caminar, además de reorganizarnos, informó el activista Luis García Villagrán, uno de los organizadores.

Los migrantes se asentaron en las afueras de la parroquia San Francisco de Asis del lugar, ocupando toda la calle para evitar ser sorprendidos por elementos del Instituto Nacional de Migración y de la Guardia Nacional.

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El sacerdote Heyman Vazquez Medina, defensor de los derechos humanos, los recibió ayer con alimentos calientes, así como les proporcionó un espacio para tomar un baño. El religioso se comprometió a proporcionar dos raciones de comida al día; por lo que apoyado por los fieles sirven dos mil platos a igual número de personas.

En el grupo viajan 68 mujeres embarazadas, decenas de bebes, niños y niñas.

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“Hoy nos vamos a quedar en Huixtla para replantear todo, para reorganizarnos y sobre todo a descansar porque esperamos la jornada más difícil de Huixtla a Mapastepec, que son 60 kilómetros y donde la estrategia militar del Instituto Nacional de Migración (INM) tratará de desintegrar la caravana”, como en ocasiones anteriores, dijo García Villagran.

Indicó que por lo mismo, los migrantes se quedaron en la parroquia de Huixtla y sus alrededores, ya que el domo en el que inicialmente se instalaron las anteriores caravanas resultó insuficiente, además que temen ser rodeados por las fuerzas de seguridad.

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El activista explicó que el grueso de la caravana ha ido en aumento, aunque agentes del Instituto Nacional de Migración han detenido a pequeños grupos los que, como se encuentran amparados por la justicia mexicana, son llevados a albergues de Tapachula, otros los han internado en la estación migratoria, pero luego los sueltan.

La caminata comenzó el sábado en Tapachula con mil 500 migrantes que buscan llegar a la Ciudad de México, en protesta por la dilación en la respuesta a su solicitud de asilo o de libre tránsito en México.

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