“No hay inversión ni público ni privada, no hay seguridad pública y tampoco hay mando político. La ciudad se perdió”: habitantes
El Congreso del Estado, debe de actuar de inmediato para rescatar a San Cristóbal insisten ciudadanos
Buscando opciones electorales que sacudan a una clase política que cerraba los ojos ante el crecimiento de la inseguridad en la antigua Jovel; en el 2018 sus ciudadanos votaron masivamente por MORENA, y su hasta ese momento su desconocida candidata a la presidencia municipal Jerónima Toledo.
El triunfo fue arrollador e inesperado. Los “coletos” le entregaron la confianza a un gobierno que finalmente no solo decepcionó sino que también dejó a la ciudad en las peores condiciones de seguridad posibles.
En el 2021 otra vez, los ciudadanos sancristobalenses acudieron a las urnas para de manera democrática intentar dar un nuevo “golpe de timón” y provocar un cambio. La disyuntiva era elegir otra vez a MORENA, pero con un candidato “soberbio, frío y distante” o inclinarse por un viejo conocido.
Obviamente, las dos opciones no eran las mejores. La lucha electoral fue encarnizada. El candidato de MORENA fue retenido por ciudadanos de una colonia rural del municipio sancristobalense. De hecho también, la disputa electoral llegó hasta los tribunales federales.
Finalmente, en lo que fue calificada de victoria inesperada, llegó a la alcaldía, Mariano Díaz Ochoa por el Partido Verde Ecologista. Pero ni el cambio de gobierno detuvo el problema que más lacera a la ciudad colonial chiapaneca por excelencia: el de la seguridad. Al contrario, la inseguridad creció.
No se había cumplido todavía el mes del nuevo gobierno cuando a las puertas de su propia casa fue ultimado el comunicador Fredy López Arévalo. Por supuesto que los robos a los ciudadanos, a las casas-habitaciones, las balas perdidas en las calles y la anarquía en los mercados públicos continuaron y se incrementaron.
Hace un mes precisamente, el 21 de febrero; la calma de la ciudadanía coleta estalló. Ese día frente a uno de sus hijos, Paula Ruiz de los Santos recibió un balazo que provocó minutos después su fallecimiento. Paula estaba siendo asaltada, mientras salía de laborar como recepcionista en un hotel de la ciudad.
Le intentaban arrebatar su motocicleta, su medio de transporte; al resistirse le dispararon. Paula -madre soltera y único sostén de su familia- dejó en la orfandad a cuatro hijos.
Con esa tragedia se acabó la paciencia de la ciudadanía sancristobalense. El problema es que el gobierno de Mariano Díaz Ochoa no respondió a las expectativas, y ya es calificado de fallido, y eso que el ejercicio de gobierno apenas comienza.
Las revelaciones de Mariano Díaz Ochoa
Consecuencia de la tragedia de Paula, el alcalde coleto dio declaraciones que sonaron como a “mea culpa”. Díaz Ochoa dijo que “todos conocemos a los delincuentes”, también que “hay carpetas de investigación que no se ejecutan” y sobre todo; reveló que San Cristóbal de las Casas no tiene capacidad policial para contrarrestar el fenómeno de la delincuencia local.
Pocos creyeron que esas declaraciones fueran “valientes”. Más bien la opinión pública rápidamente calificó sus palabras como “oportunistas” y dedicadas a una estrategia de “salvar el pellejo” delegando la responsabilidad de la seguridad pública a la federación y al estado.
Experto en el “chapulineo político” a Díaz Ochoa se le olvida que la inseguridad pública en el municipio tiene raíces locales. Desde el gobierno de Marco Cancino, la autoridad local dejó, alentó y cerró los ojos ante el crecimiento de los grupos delincuenciales.
En San Cristóbal crece sin control todo tipo de delitos como el tráfico de estupefacientes, el robo de vehículos, los asaltos a mano armada y las balaceras, de acuerdo a cifras de las autoridades.
Lo que oculta Mariano Díaz Ochoa
Hace pocos días otra vez los ciudadanos coletos sufrieron otra crisis de seguridad. Se reportaron disparos desde el Mercado José Castillo Tielemans. Locatarios se enfrentaron con palos y piedras defendiendo sus espacios de comercio.
Pronto se acusó a Narciso Ruiz, dirigente de la ALMETRACH, de llegar al mercado a intentar cobrar “derecho de piso a sus agremiados, a comerciantes independientes y también a vendedores ambulantes. Durante la gresca se detonaron armas de fuego y los comercios cerraron.
La razón del zafarrancho fue por la intensión del gobierno federal de modernizar el ya viejo mercado con una inversión de 200 millones de pesos a cargo de la SEDATU. El Castillo Tielemans tiene una operación de 52 años y ya representa un riesgo para la ciudadanía.
Los sancristobalenses conocedores del tema, acusan al alcalde Díaz Ochoa de obstaculizar la reconstrucción y de promover la desinformación entre los locatarios y la población. Acusan también que para ello se ha aliado con una facción de los grupos generadores de la inseguridad.
Ese grupo no desea la reconstrucción por todos los negocios ilícitos que manejan en el Castillo Tielemans, como el cobro de piso a las afueras del mercado y los cobros a los comerciantes ambulantes. Por eso, con el conocimiento de la alcaldía, propagan rumores.
Actualmente San Cristóbal de las Casas no tiene inversión. Ni pública ni privada. Los inversionistas le huyen a arriesgar su capital a una ciudad que no puede contener la delincuencia. Por si fuera poco, la inversión pública también es obstaculizada.
Hay en ese sentido una ineptitud de la administración pública municipal que hace del ayuntamiento un ente inoperativo, pero caro, porque los funcionarios cobran su sueldo.
Entre el miedo y la incertidumbre
De igual forma, grupos organizados sancristobalenses lanzan acusaciones concretas porque ya no quieren vivir entre el miedo y la incertidumbre.
Ya ha corrido como secreto a voces que Mariano Diaz apoya a una facción de los grupos delincuenciales que azotan San Cristóbal; lo hace como una estrategia para su propia sobrevivencia política. Para tener un grupo de choque a su disposición y como parapeto para contener o dialogar con los demás grupos.
La acusación es directa: Mariano Díaz ha puesto al frente del proyecto del mercado a Narciso Ruiz, líder de la ALMETRACH. A muchos de los miembros de esa organización, Díaz Ochoa los tiene dentro de la nómina municipal, me sostienen.
El problema es que ellos no son el único actor político de la ciudad que mantiene acuerdos con esos grupos; se cita al ex alcalde Marco Cancino, la diputada local Fabiola Ricci y a la regidora Karen Ballinas, como los personajes que tienen intereses políticos en la obra que tiene un estimado de inversión de 200 millones de pesos.
“Se van a hacer pedazos” es el pronóstico de los coletos entrevistados para este trabajo. El problema es que “nosotros como ciudadanos, quedamos en medio de esa disputa”, me comentan.
El desafuero del alcalde: una vía en estudio
El Congreso del Estado, debe de actuar de inmediato para rescatar a San Cristóbal me insisten ciudadanos entrevistados.
“No hay inversión ni pública ni privada, no hay seguridad pública y tampoco hay mando político. “La ciudad se perdió” se lamentan y es hora de rescatarla sin miedo a los grupos delincuenciales y a pesar de Marco Cancino, Fabiola Ricci, Karen Ballinas entre otros.
¿Que tenemos nuestro favor? se preguntan los ciudadanos. Que a todos estos personajes, en el gobierno estatal nadie los quiere. La tarea es la unidad de todos los sectores sociales sancristobalenses para “rescatar nuestra ciudad que se muere”.
“Pediremos primero que el Congreso del Estado se pronuncie sobre la situación de ingobernabilidad que azota a San Cristóbal”. Solicitaremos que llame a cuentas a Marco Cancino, a Jerónima Toledo, a Fabiola Ricci, a Karen Ballinas, y que ejecute órdenes de aprehensión contra los líderes de los grupos que generan violencia.
Y sobre todo, que la ciudad se sacuda de un vez por todas a Mariano Díaz Ochoa. “Nadie vería mal su desafuero”. Sobre todo si el Congreso es capaz de proponer un gobierno interino que sea representativo de los sectores de San Cristóbal y que gobierne por consenso. Es lo que la ciudad necesita, apuntaron.