La caravana migrante que partió el lunes de Tapachula, en la frontera con Guatemala, se dividió en el municipio de Huixtla, luego de la incertidumbre que creó en un grupo que espera conseguir visas humanitarias.
La muerte de una mujer venezolana, identificada como Yuretzi Narváez, que andaba en silla de ruedas y padecía diabetes, la madrugada de este juevesen el hospital de Huixtla, hizo que muchas familias reflexionaran sobre continuar la caminata o esperar los papeles en la aduana de Cerro Gordo.
«Por eso no vamos a permitir arriesgar a las personas; aquí hay mujeres embarazadas», dijo el activista Luis García Villagran, organizador de la caravana.
Los migrantes que partieron hacia Mapastepec pretenden llegar hoy mismo, «porque supuestamente son hombres fuertes y traen mucho ánimo», aunque en el grupo viajan niños y mujeres, la mayoría de Venezuela, comentó Luis Villagran.
Darwin Terán, un venezolano que viaja con su familia, dijo que la mayoría ,“está en desconcierto; después que nos dicen que ese papel no tiene validez, ahora nos dicen que si tiene validez, no entiendo. Estamos luchando por una visa, ahora nos da un pedacito de cartón. De verdad que estamos en incógnita”, manifestó.
Y es que en entre los grupos de migrantes surgió la versión de que los agentes del Instituto Nacional de Migración no respetan el documento de Forma Migratoria Múltiple, y detienen a los portadores.
García Villagran señaló que espera “porque así se comprometieron las autoridades migratorias, a que emitan un comunicado en el que especifiquen que esa forma migratoria múltiple es un documento válido en todo el territorio nacional por los días que se están marcando».
Después de un día de descanso, alrededor de dos mil migrantes reanudaron la caravana y caminan sobre la carretera del pacífico, hacia el municipio de Mapastepec, ubicado a 60 kilómetros de Huixtla.
En la aduana de Cerro Gordo, las autoridades migratorias no se han dado abasto para atender a todos y entregarles los documentos migratorios que solicitan para que se trasladen a la frontera norte.
“Aquí se quedaron unas cuatro mil personas, realizando los trámites para obtener la forma migratoria y un grupo menor permanece en Huixtla para ser atendido. Los que se quedaron son mujeres y niños que están cansados y no pudieron caminar”, explicó en entrevista el activista.
Un pastor de una iglesia cristiana les donó un recurso para la compra de alimentos. .