Hasta la fecha, la investigación sobre su muerte no ha avanzado, lo que ha llevado a la familia a cuestionar el proceso
Fredy Martín Pérez.
Por una presunta negligencia en el equipo, un buzo perdió la vida el 24 de septiembre, en el embalse de La Angostura, el más grande de México, cuando realizaba trabajos de mantenimiento en la cortina ubicada en el municipio de Venustiano Carranza, a unos 51 metros de profundidad, junto a otros dos buzos, pero tuvieron que pasar varias horas para que sus familiares que radican en Veracruz, se enteraran de los hechos, a través de un mensaje anónimo.
Valeria García Colorado dio a conocer, que su hermano Víctor García Colorado, de 31 años de edad, falleció el 24 de septiembre a las 17:00 horas, en el embalse de La Angostura, cuando realizaba trabajos de mantenimiento, junto con otros dos buzos de la empresa Ceamar, pero por un desperfecto en el equipo o presunta negligencia del personal, había provocado que se quedara sin oxígeno, cuando “un bypass se abrió”.
Aunque el accidente ocurrió en la tarde del 24 de septiembre, los familiares de Víctor, con diez años de experiencia y un año y cuatro meses trabajando en la Comisión Federal de Electricidad (CFE), se enteraron hacia las 23:00 horas de los hechos, a través de un mensaje de Facebook donde les decían que “Víctor había tenido un accidente” y que “se había caído y lastimado una pierna”.
Por esto, sus padres y Valeria trataron de llamarle a Víctor, pero el teléfono estaba apagado. Más tarde hablaron con superintendente de la presa de Malpaso, Gilberto Figueroa, quien confirmó que Víctor, esta vez, se había traslado a La Angostura, donde “sufrió un accidente”.
El otro teléfono era del contador de la presa La Angostura, pero fue hasta las 04:00 horas del 25 de septiembre que toma la llamada: “Los directivos (de la CFE) no quieren informar nada, pero mi lado humano no me lo permite (guardar el secreto)”. Confió que “había un 5% de posibilidades de sacarlo de donde estaba”.
Valeria supo que su hermano había bajado con dos buzos más, que lograron salir, pero en el caso de su Víctor “no estaba localizado”.
Entre su desesperación, los padres de Víctor y Valeria se trasladan al municipio de Venustiano Carranza, donde supieron que el accidente había ocurrido porque “un bypass se abrió” y por la presión, Víctor había quedado atrapado.
Supieron también que durante al accidente, hubo mala coordinación con el personal que maniobraba la grúa, incluso hubo un mal manejo de los cables que van con los buzos hacia el fondo.
“Yo no se de buceo, pero lo que me han dicho es que ese bypass no se puede abrir por si solo. Me dijeron que es como un tapón y esto lo abren mediante una grúa. El peleó con las personas de arriba, porque le estaban moviendo los cables. Todo esto me he enterado por otras personas, no por medios oficiales y como no tengo pruebas no puedo hacer nada”, explica Valeria.
Alguien tuvo que dar una orden para abrir el bypass. “Tuvo que tener una indicación. Me han contado muchas cosas, muchas irregularidades, que los compañeros, más adelante, ojalá puedan tener el valor de emitirlas, para que esto se esclarezca, porque es una negligencia de la CFE”.
La negligencia de la paraestatal inició desde el momento que los funcionarios no informaron a sus familiares del accidente, dice la hermana del buzo.
“Por eso estoy pidiendo que se me entreguen las grabaciones, las bitácoras, las planeaciones de este proyecto porque tengo conocimiento de que siguen intentando hacer este trabajo y que no les es posible porque la succión (de agua) sigue siendo mucha. Entonces tengo mucho miedo de que otra familia pase por lo mismo. Yo pelee y logré que me entregaran su cuerpo. Yo tuve la suerte de que un extraño se comunicó y me avisó”, dice.
En un informe que elaboró un buzo que participó en los trabajos donde falleció Víctor, explica que el warner de la grúa «noté que se le dio mantenimiento después del accidente de Víctor». «Antes de eso, tenía grasa rígida pegada en las poleas, y no había sido engrasada de forma interna repito, hasta después del fallecimiento».
Falla en equipo
El informe elaborado por el buzo Emilio Alcalde Saldaña, narra que los trabajos se realizaban a una profundidad de 51 metros. «Realicé el calafateo de la compuerta auxiliar, finalmente al tratar de alinear el warner (para quitar el perno de la compuerta), en vez de alinearse, así chueco (de lado) hizo el izaje (elevar la carga) y levantó el bypass, (pero) nunca alineó».
Entonces «comenzó una succión importante la cual, se puede observar en los videos de circuito cerrado de televisión que incluso se consideró riesgoso en el momento. Dicha succión agarró parte de los denominados chorizos de la parte superior de la compuerta, de lo cual ya no fue posible bajar de nuevo el bypass», detalla.
«Por instrucciones, aproveché dichas colchonetas que tenía a la mano para calafatear (cerrar las junturas) a aportación del bypass .Hice el calafateo y se detuvo la aportación». «Cabe mencionar que durante las operaciones de buceo en obra de toma (en mi buceo) había gente trabajando en la tubería de presión en la parte del rodete», dice.
Así, de haber sabido esto, «ni Victor ni yo hubiéramos entrado, por el riesgo que representaría para los compañeros más que por nosotros mismos y de no ser por el calafateo, hubieran sido nueve víctimas más, al trabajar de forma simultánea mientras se tenían operaciones de buceo».
Al momento del accidente estaban en la presa, Luis Hernández Oros, encargado supervisor habilitado; Victor Antonio García Colorado y Emilio Alcalde, buzos especializados; personal de buceo externo a CFE por la compañía contratista Seamar, con seis buzos y su supervisor, Aarón Díaz; y el dueño de Seamar, Eloy «N», que son «potenciales testigos para la investigación».
Pero a un mes de los hechos, ninguno de ellos ha sido llamado a declarar ante el Ministerio Público, solo Antonio Espinoza Bernabé, «quien siento que no está en posición de dar declaraciones, porque no son correspondientes a lo que pasó».
Al momento del accidente, fue cuando «se ordenaba el ascenso del bypass por parte del control con el objetivo de abrir el bypass (que se fuera el calafate que yo hice) y cerrarlo nuevamente, ya que ahora no había riesgo para las personas dentro de la tubería de presión que habían salido. Fue donde yo imagino, que levantaron de más el bypass y succionó a Víctor por la pierna».
Alcalde Saldaña pidió bajar para rescatar a su compañero, pero no se lo permitieron. «Fueron minutos que parecieron horas, ya que el micrófono estaba abierto y yo desesperado escuché como mi amigo moría».
«Victor estaba atrapado y entonces» se inició el descenso de compuertas principales (cómo plan de contingencia en caso de atrapamiento por succión) con el objetivo que se llenara el compartimiento e igualaran las presiones».
Emilio tuvo la tarea de tranquilizar a Víctor. «Así que me hicieron mentirle diciendole que ya se estaba llenando el compartimiento y que mantuviera la calma. Es una situación que me molesta, y me indigna en niveles que no pueden imaginar, porque ese plan, que desconozco quien lo hizo, nunca funcionó.
El plan de emergencia que se había platicado en la reunión previa al trabajo, no fue funcional. Un error de supervisión grave».
Víctor había fallecido a los dos minutos, como consecuencia de la hipovolemia (cuando los órganos no reciben suficiente sangre ni oxígeno), «por la succión».
Valeria sabe que en la carpeta de investigación únicamente se ha llamado a comparecer a una persona, identificada como Antonio Bernabé, pero no han comparecido los dos buzos con los que bajó Víctor el día del accidente, ni con el personal que estaba al tanto de la maniobra.
Aunado a presuntas las irregularidades, el Ministerio Público de Venustiano Carranza no toma las llamadas de la familia, por lo que ahora se busca que la carpeta de investigación la atraiga la Fiscalía de Homicidios en Tuxtla, con el fin de que se esclarezcan los hechos.
Durante diez años como buzo, Víctor trabajó como instructor en varios centros acuáticos del país. A raíz del derrumbe en la mina de carbón del Pinabete, Coahuila, donde quedaron atrapados diez mineros a 60 metros de profundidad, en agosto del 2022, fue llamado por la CFE a participar en el rescate de los cuerpos.
Fue hasta el 28 de septiembre, que el cuerpo de Víctor fue recuperado y trasladado hacia el Servicio Médico Forense (Semefo) de Tuxtla, donde fue recibido por sus familiares el día 29 a las 14:00 horas, para llegar a Veracruz a las 01:00 horas del día 30 de septiembre. La perrita del buzo fue recuperada de la casa donde había quedado sola.
A más de un mes de los hechos, aún está pendiente la recuperación de algunas pertenencias que tenía Víctor en Tuxtla, donde radicaba desde hace un año y tres meses, como aparatos eléctricos, libros, ropa, su auto y otros, pero ningún funcionario ha dada la cara para informar lo que realmente ocurrió. “Quisiera tener fe de que la CFE me va responder, pero ha pasado un mes y no veo respuesta”, puntualiza Valeria.