Fredy Martín Pérez.
Guadalupe Tepeyac, Chis.- En la sala de espera, una mujer dormita en una de las bancas, otras conversan y un hombre conecta su teléfono a la red wifi de la CFE, para informar a los que se quedaron en casa, del estado de salud de su familiar internado en la clínica del IMSS de Guadalupe Tepeyac, que fue inaugurada en septiembre de 1993, cuatro meses después del primer choque armado entre zapatistas y el Ejército, por el entonces presidente Carlos Salinas y Luis Donaldo Colosio, que era titular de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol).
Han pasado 31 años desde de la inauguración del hospital de esta comunidad, donde vivió el Subcomandante Marcos, se organizó la Convención Nacional Democrática, en un intento por refundar a México a través de un constituyente, pero de los más de 600 habitantes que eran base de apoyo del Ejército Zapatista de Liberación (EZLN), solo siete familias pertenecen a la organización y 101 familias se alejaron.
En este pueblo del municipio de Las Margaritas, donde se estableció un campamento militar durante seis años, unos 170 hombres y mujeres han migrado a los Estados Unidos. Uno de los primeros que cruzó la frontera México-Estados Unidos, fue un insurgente que participó en la toma de Las Margaritas. Hoy está de regreso y con el dinero que ganó en los campos agrícolas, construyó su casa, compró y viste con sombrero tejano, botas y habla un poco de inglés: What is your name?, pregunta a uno de los visitantes.
Cuando las tropas se asentaron en este lugar, el Subcomandante Marcos, el comandante Tacho, el entonces mayor Moisés, milicianos y bases de apoyo huyeron hacia La Realidad.
Quienes han migrado a Estados Unidos, se distinguen en el pueblo, porque se mueven entre las calles del pueblo en cuatrimotos de más de 50 mil pesos, han levantado casas con acabados de mosaicos, ventanales de cristal y aluminio y conducen automóviles de reciente modelo.
De la “tienda autónoma” del EZLN que se levantó en la comunidad, solo queda un mural de la Primera Declaración de la Selva Lacandona, donde se ve un grupo de hombres, mujeres y niños que caminan rumbo a una montaña que es el cerro de Guadalupe Tepeyac y un grupo de zapatistas embozados que participan en un programa de radio. “7 de agosto del 2001”, plasmó el pintor.
El día que llegan los reporteros a la comunidad, un grupo de adolescentes y jóvenes acaba de llegar de la cabecera municipal, en una antorcha en honor a la Virgen de Guadalupe. Caminaron más de 90 kilómetros para manifestar su fe a la patrona que da nombre al pueblo.
Adentro de la parroquia, cuatro músicos entonan cantos y el corrido de la fundación de Guadalupe Tepeyac. “1940 este pueblo se fundó. Fue un día 7 de junio. Vinieron los federales para quitar las tierras, pero ellos muy decididos enfrentaron al gobierno”.
El catequista Artemio Jiménez Rodríguez rememora que en 1940, siete familias que estaban integradas por Isidoro, su padre, Amelia, Francisco, Soraida, Nicolás y Macaria, procedentes de La Soledad, municipio de Altamirano, llegaron a fundar Guadalupe Tepeyac, entonces una selva virgen, con venados, tucanes, jaguares y arroyos cristalinos.
Meses después, unos hombres de Las Margaritas quisieron apoderarse de las tierras para establecer un rancho y mandaron al Ejército para tratar de desalojarlos, pero durante el operativo, resultó herido Isidoro, con un disparo en el cuello, pero aún herido, lo llevaron a encarcelar. Un año después los habitantes tuvieron que pagar una multa de 71 monedas de a peso de plata 0.720, para lograr la excarcelación del detenido.
Entre 1984 llegaron los primeros hombres que les hablaron a los campesinos de la necesidad de organizarse para demandar justicia y democracia al gobierno mexicano. Poco a poco, las familias pasaron a unirse en su totalidad al EZLN, a diferencia de sus vecinos de El Carmen o Veracruz, que eran presbiterianos y se mantuvieron ajenos al movimiento.
Las siete familias que aún siguen fieles al EZLN no conviven con los disidentes, sus fiestas religiosas las celebran en su propia capilla y rara vez se registra algún altercado entre ambos grupos.
De aquí es originario el comandante Tacho, identificado como Humberto Trejo Jiménez, que hace tres años dejó el EZLN y ahora los pobladores dicen, “es propietario de un rancho” con caballos de cuarto de milla, que se encuentra en el camino que va entre Guadalupe Tepeyac a Maravilla Tenejapa. “Casi no lo vemos por acá”. Los que conocen a Tacho saben que ahora viaja constantemente “hacia Ciudad de México para reunirse con algunos conocidos”.
Ahora en Guadalupe Tepeyac puede verse algunos hombres que se congregan para ingerir bebidas embriagantes, lo que no tenían permitido hacer cuando eran zapatistas.
Pero ya sin las tropas militares y vuelos de helicópteros, ahora los habitantes de las comunidades de la Selva, despiertan en las noches con el paso de las caravanas de camionetas todo terreno, con hombres armados que se dirigen hacia Montes Azules, la reserva de 331 mil hectáreas, que donde dicen aterrizan avionetas y jets cargados de droga.
A principios de noviembre, un grupo de criminales desmembró a tres hombres y emboscó a soldados de la 12 Compañía de Infantería No Encuadrada (CINE), de Maravilla Tenejapa, a 50 kilómetros de Guadalupe Tepeyac, donde murió un cabo de transmisiones y dos más resultaron heridos. Esto provocó el desplazamiento de cientos de campesinos de más de cinco comunidades.
El 4 de diciembre 225 hombres y mujeres que habían dejado sus hogares, decidieron regresar a sus comunidades de Loma Bonita, Niños Héroes, Amatitlán, Nueva Argentina, Plan Río Azul y otras de Maravilla Tenejapa. Un día después, lideres de 37 comunidades anunciaron la creación de grupos de autodefensa para hacer frente a los criminales.
Esta propuesta la han hecho entre habitantes de comunidades por donde pasan las caravanas de los narcotraficantes, porque temen que los presionen a integrarse a ellos. “Yo hice la propuesta en una reunión para armarnos, pero no la tomaron en cuenta”, revela un campesino que pide no ser identificado.