GTuxtla Gutiérrez, Chis. A 13 días del asesinato del dirigente Noé Jimenez Pablo y de José Santiago Gómez Alvarez, integrantes del Movimiento Campesino Regional Independiente-Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional (MOCRI – CNPA – MN), el presidente municipal de Amatán, Manuel de Jesús Carpio Mayorga del partido Morena, y su cabildo, presentaron su renuncia, por lo que queda disuelto el ayuntamiento, confirmó el Congreso Local.
En las próximas horas, se integraría un Concejo Municipal, para que concluya el trienio que comenzó el pasado primero de octubre, señaló la fuente.
La solicitud de licencia de Carpio Mayorga y de los demás integrantes del cabildo se realizó este jueves en una sesión extraordinaria, un día antes de la Peregrinación por la Paz que habitantes de la localidad y e otros municipios de la región tienen programada para este viernes.
El sacerdote Marcelo Pérez Pérez, coordinador de la pastoral social de la diócesis de San Cristóbal de Las Casas, informó que la manifestación tiene también el propósito de solidarizarse y brindar su apoyo al párroco de Amatán, José Domínguez, quien en días pasados fue amenazado por partidarios de la familia Carpio Mayorga.
En Amatán, ubicado en la región Norte de Chiapas, Manuel de Jesús junto con su hermano Wilber de los mismos apellidos, se venían rolando el poder. Manuel fue primero alcalde por el PRI, luego lo fue por el Partido Acción Nacional y en las elecciones de 2018 regresó con la bandera de Morena; mientras que su hermano que gobernó del 2015 al 2018 con las siglas del Partido Verde Ecologista (PVEM), le entregó la estafeta.
Lo anterior, derivó en inconformidades, por lo que al ganar las elecciones del 1 de julio, pobladores y integrantes del MOCRI CNPA MN conformaron el Movimiento por la Paz, la Justicia y el Bien común de Amatán tomando desde agosto de 2018 la presidencia municipal, instalando plantones.
La situación se agravó el 17 de enero cuando un grupo de personas armadas, presuntamente ligados a la familia Carpio Mayorga, desalojaron violentamente a los manifestantes que tenían en su poder la alcaldía y cerrados los accesos a la cabecera municipal.
En esos hechos violentos fueron asesinados Jiménez Pablo y Gómez Alvarez, cuyos cuerpos aparecieron un día después, en un basurero, con señales de tortura.