Desde el pasado 12 de octubre, cuando falleció por broncoaspiración, el cadáver de la migrante haitiana Marie Lovelly, permanece en el Servicio Médico Forense (Semefo) de Tapachula,  pues su pareja padre de su hija de tres años, Jean Jonas Monnier, no tiene dinero para sepultarla.

Jonas Monines narra que el 12 de octubre, Marie empezó a sentirse mal de salud, por lo que acudieron a una clínica particular en la que le pidieron 3 mil 800 pesos para atenderla, pero el solo contaba con 800 pesos.

Solicitó una ambulancia de la Cruz Roja Mexicana, pero llegó seis horas después de haber solicitado el servicio,cuando la mujer ya había fallecido. 

A la fecha, el migrante señala que funcionarios de la Fiscalía le dijeron que si tenía dinero para enterrarla, le daban el cuerpo. Otro de los problemas es que no le han entregado el cadáver, porque no estaban casados legalmente y las autoridades le argumentan que si viene algún familiar de Lovelly podría reclamarlo.

Marie Rose-Marie, madre de la difunta de 31 años, está solicitando la visa al gobierno mexicano para trasladarse a Tapachula, con la finalidad de recibir el cuerpo para enterrarlo y ver a su nieta, pero no se la han autorizado, por lo que Jean Jonas pide apoyo.     

“Si tuviéramos apoyo, la enterraríamos en Tapachula para terminar con esta historia, pero no tenemos dinero”, señaló.

Dijo que él tiene ya un permiso de un año para transitar por México, pero está en espera de que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) le autorice la residencia permanente.

Para el presidente del Comité Ciudadano en Defensa de los Naturalizados y Afroamericanos, Wilner Metelus, aseguró que Lovely, quien ingresó a México el junio pasado, murió “por negligencia médica y por falta de dinero”.

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