Foto portada: La Jornada

El Subcomandante Galeano (antes Marcos), afirmó que Samir Flores Soberanes, opositor a la termoeléctrica y el llamado Proyecto Integral Morelos, fue asesinado el 20 de febrero de 2019 en Amilcingo, municipio de Temoac, “por defender la vida de generaciones que aún no son ni pensadas”.

“Para Samir, para sus compañeras y compañeros, para los pueblos originarios agrupados en el Congreso Nacional Indígena (CNI) y para nosotras, nosotros, nosotroas, zapatistas, la vida de la comunidad no es algo que transcurra sólo en el presente.  Es, sobre todo, lo que vendrá”.

Galeano afirma en un comunicado  que Samir fue asesinado “no por defender su vida individual, sino la de sus comunidades”, que “en Morelos se sintetiza la confrontación actual en todo el mundo: dinero versus vida.  Y en ese enfrentamiento, en esa guerra, ninguna persona honesta debería ser neutral: o con el dinero, o con la vida”.

“Así que, podríamos concluir, la lucha por la vida no es una obsesión en los pueblos originarios. Es más bien… una vocación… y colectiva”.

Señaló que “la vida de la comunidad es algo que se construye hoy, pero para el mañana.  La vida en la comunidad es algo que se hereda, pues.  ¿Usted cree que la cuenta se salda si los asesinos –el intelectual y el material- piden perdón? ¿Piensa que su familia, su organización, el CNI, nosotr@s, quedaremos conformes con que pidan perdón los criminales?”.

Galeano cuestiona: “pedirían perdón por la termoeléctrica, son los mismos del Tren mal llamado ‘Maya’, los mismos del ‘corredor transístmico’, los mismos de presas, minas a cielo abierto y centrales eléctricas; los mismos que cierran fronteras para detener la migración provocada por las guerras que ellos mismos alimentan, los mismos que persiguen al Mapuche, los mismos que masacran al Kurdo, los mismos que destruyen Palestina, los mismos que disparan a los afroamericanos, los mismos que explotan (directa o indirectamente) a trabajadores en cualquier rincón del planeta.

“Son los mismos que cultivan y enaltecen la violencia de género, los mismos que prostituyen a la niñez, los mismos que le espían a usted para saber qué le gusta y venderle eso -y si no le gusta nada, pues hacen que le guste-, los mismos que destruyen la naturaleza.  Los mismos que quieren hacerle creer, a usted, a los demás, a nosotr@s, que la responsabilidad de ese crimen mundial y en marcha, es responsabilidad de naciones, de creencias religiosas, de resistencia al progreso, de conservadores, de lenguas, de historias, de modos.  Que todo se sintetiza en un individuo… o individua (no olvidar la paridad de género)”.

Galeano, refiere que “en los pueblos originarios, hoy zapatistas, la muerte era una puerta que se plantaba casi al inicio de la vida.  La niñez se topaba con ella antes de los 5 años, y la cruzaba entre fiebres y diarreas.  Lo que hicimos el primero de enero de 1994 fue tratar de alejar esa puerta.  Claro, hubo que estar dispuestos a cruzarla para lograrlo, aunque no lo deseáramos.  Desde entonces todo nuestro empeño ha sido, y es, por alejar esa puerta lo más posible. ‘Alargar la esperanza de vida’, dirían los especialistas.  Pero vida digna, agregaríamos nosotr@s.  

Alejarla hasta lograr colocarla a un lado, pero muy adelante del camino.  Por eso dijimos al inicio del alzamiento que “para vivir, morimos”.  Porque si no heredamos vida, es decir camino, ¿entonces para qué vivimos?”

Finalmente aseguró que a Samir Flores Soberanes le preocupaba “heredar la vida” y “eso es lo que puede sintetizar la lucha del Frente de Pueblos en Defensa del Agua y de la Tierra de Morelos, Puebla y Tlaxcala, en su resistencia y rebeldía contra la Termoeléctrica y el llamado Proyecto Integral Morelos.  A sus demandas de detener y desaparecer un proyecto de muerte, el mal gobierno responde argumentando que se perdería mucho dinero”.

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