Golpeados por la inseguridad, por la falta de inversión pública y por la inoperatividad del cabildo municipal, los ciudadanos y ciudadanas de San Cristóbal de las Casas no salen de un asombro para entrar en otros.

Ya descubrieron que el gobierno municipal pretende contratar un crédito de 144 millones de pesos con la banca comercial. Pero sorprendidos, un grupo de ciudadanos “coletos” descubrió que la garantía en prenda para adquirir el millonario préstamo no son los “descuentos” en las partidas municipales. Más bien, la garantía en prenda son edificios públicos municipales.

La ciudad resiente los problemas del suministro de agua, de recolección de la basura, de la invasión de los humedales, del transporte público irregular, de la falta de empleo, de inversión pública y más lo que se acumule dicen indignados varios ciudadanos.

Cada vez más sancristobalenses están convencidos de que la clase política local sucumbió ante los grupos delictivos de la ciudad. La consecuencia es que estos grupos siembran el terror todos los días en la ciudad más turística de Chiapas.

Ayer mismo, un ciudadano fue apuñalado en las calles de la ciudad. Lamentablemente, la persona perdió la vida al llegar al Hospital de Las Culturas.

Foto: Especial

Los problemas son graves y no se ve en el horizonte una estrategia definida para resolverlos. Y es que el ayuntamiento local no tiene vías de comunicación ni colaboración con las autoridades estatales ni federales.

Pocos días antes de llevarse a cabo las celebraciones de Semana Santa y posteriormente la Feria de la Primavera y de la paz en San Cristóbal, el alcalde Mariano Díaz Ochoa recibió por parte de las autoridades estatales y federales un ultimátum de poner orden en su municipio.

Al término de la reunión llevada a cabo en Palacio de Gobierno de Tuxtla Gutiérrez; Díaz Ochoa fue abordado por numerosos compañeros reporteros. No pudo ocultar su molestia como tampoco su rostro desencajado, seguramente por los reclamos de los funcionarios estatales.

Lo concreto es que las semanas han pasado y aún no se siente que haya implementado alguna estrategia para sacar a San Cristóbal del caos en que ha estado inmerso en estos últimos siete meses. Por eso, los problemas y la molestia social son cada vez mayores.

La lista de los problemas -como ya mencionamos y hemos documentado en otras columnas- es muy larga, por eso le pidieron al alcalde Mariano Díaz Ochoa poner orden, y a la fecha, no lo ha hecho.

Es evidente que para decirlo coloquialmente, las finanzas municipales -están secas- y que hay que implementar una estrategia para que el ayuntamiento pueda invertir resolviendo los problemas municipales.

Sin embargo, al no existir colaboración con las autoridades estatales y federales, el cabildo de Díaz Ochoa eligió un camino que tendrá a la larga un costo muy alto; hipotecar el patrimonio histórico municipal.

Hace apenas unos días el presidente Mariano Díaz Ochoa solicitó al cabildo el apoyo para que la banca comercial pudiera otorgar un préstamo al municipio por 144 millones de pesos.

Hay todavía tiempo para que los ciudadanos puedan detener esta intentona de atentar contra la historia sancristobalense exigiendo que el alcalde pueda buscar la salida de cooperar con las autoridades estatales y locales.

Hay tiempo porque hasta el momento, el cabildo no se ha pronunciado por la aprobación. Y es que nada indica que se nieguen a la petición del alcalde. Solo si hay organización ciudadana se puede detener la intentona de acceder al crédito hipotecando el patrimonio histórico local.

La información disponible es que al momento, la banca comercial está dispuesta a otorgar el crédito. Sin embargo, el pleno del cabildo todavía no conoce a fondo las condiciones de los préstamos

Mariano Díaz Ochoa no se detiene. Buscar consolidar su poder local sin buscar el bien común. Pero precisamente, es la comunidad la que está resintiendo los efectos de sus pretensiones políticas. Díaz Ochoa no se detiene, porque no hay nada ni nadie que se le interponga en su camino.

Mientras tanto la ciudad se ahoga entre la falta de servicios públicos y una delincuencia que se adueña de sus turísticas calles porque tampoco a ellos nadie los detiene y eso solo significa incompetencia municipal o colusión.

Ante estos hechos de pretender hipotecar el patrimonio sancristobalense, el Congreso del estado debe solicitar una auditoria a la cuenta pública, y si existen inconsistencias se debe destituir al alcalde Mariano Díaz. Y también, la ciudadanía debe movilizarse.

San Cristóbal se derrumba y no encuentra todavía la salida.

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