Por Enriqueta Burelo

Antes de que el país se vista de violeta, quisiera darle un ultimo vistazo a la marcha rosa mexicano, si nos sentáramos a platicar con nuestro presidente, ya sea desde una hamaca o una cómoda perezosa, disfrutando de un buen café chiapaneco y tamalitos de pejelagarto, un pancito de coita, y coincidiríamos en la necesidad de que el INE, necesita ser revisado tanto en lo adjetivo, como en lo sustantivo, así, en una charla tranquila, pacifica, sin embargo, el quid del asunto está en que alguien viene y te zangolotea la hamaca.

El problema reside en que tu juegas futbol y el otro beisbol y las reglas de ambos deportes no coinciden, en el futbol no se da esa jugada “home run con casa llena”, entonces los jugadores debemos decidir que juego conocemos ambos, las damas chinas o las matatenas, para poder seguir jugando, si uno solo sabe jugar damas, por supuesto que el otro terminará sin ninguna ficha.

El tema del IFE, INE, nace en 1977 cuando se expide la Ley de Organizaciones y Procesos Electorales (LOPPE) cuya principal aportación fue el permitir a la vida institucional de fuerzas políticas no incluidas, resultado de la reforma política impulsada por Jesús Reyes Heroles, quien hizo famosa la frase, la forma es el fondo. A partir de ahí se inician las discusiones, que terminaron dando origen al IFE, en donde destaca la presencia de seis consejeros sin filiación política y un numero variable de representaciones partidistas que se fijaban de acuerdo a los resultados obtenidos en la última elección.

Es el Primer consejero presidente del Consejo General del IFE, ya como órgano ciudadano autónomo de la Secretaría de Gobernación fue José Woldenberg. Estuvo en el cargo de 1997 al 2003. El grupo de consejeros que encabezó organizó la elección presidencial del 2000, que ganó Vicente Fox Quesada, la primera que perdió el PRI después de 72 años en el poder. Daba inicio la alternancia.

A partir de entonces las reformas electorales han sido objeto de duros debates, los resultados tal vez no eran los mejores, pero si las que podían alcanzarse en ese momento. Incluso la izquierda, ahora Morena, logró que se incorporaran elementos que consideraban necesarios para otorgar su consenso.

El punto de partida es que, si bien las mayorías pueden imponer su voluntad, cuando lo que se está discutiendo es la forma en que en el futuro van a ser definidas esas mayorías y esas minorías, se requiere una aceptación de todos los jugadores.

En estos momentos, el meollo del asunto reside en la consigna “no se cambia ni una coma”, el peligro reside en que las minorías, recurran a otros mecanismos, lo que significará un retroceso, y sobre todo está latente como hemos señalado el peligro de que aparezcan otros componentes en los procesos electorales que están a la vuelta de la esquina.

Quienes marcharon el domingo, creen sinceramente en que han sido o están a punto de ser atropellados sus derechos políticos, y algo que me parece deleznable en varios estados aparecieron pasquines sin dueño, criticando sin respeto a las personas que marcharon sobre todo las más conocidas en lo político y en lo económico, el juego político es serio y respetable cuando se da la cara.

En este Zócalo está la esperanza. Estamos listos para tomarnos de sus alas, para dar una larga, larga batalla a favor de la democracia y para volver a construir una gran nación. Somos uno, México es uno”, lanzó Beatriz Pagés, una de las oradoras de la marcha.

Para mi fue sorprendente que los priistas salgan a marchar, desafortunadamente después de 70 años en el poder, se acostumbraron al poder y no a pelear por él, se le puede criticar al PRI, pero no se le puede negar la creación de instituciones que como el actual INE han logrado dar certeza a la ciudadanía de que su voto cuenta.

Los chats del sábado por la noche estaban saturados de mensajes, te espero en el ángel, en la plaza, en el bicentenario, en cualquier punto des las ciudades donde la ciudadanía iba alegre como un picnic. Las personas salieron a dar la batalla por la democracia, la mayoría sin partido, salió por su propio gusto, lo cual es más valioso.

En la primera marcha, José Woldenberg, quien fue el orador principal, señaló: Estamos aquí reunidos con un solo objetivo claro y trascendente: defender el sistema electoral que varias generaciones de mexicanos construyeron, que ha de permitido la convivencia y competencia de la pluralidad y la estabilidad política, la trasmisión pacífica de los poderes públicos y la ampliación de las libertades.

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