La joven cantante, madre de 2 niñas, fue raptada por hombres armados al a puerta de su casa en Tuxtla Gutiérrez; ocultó a las menores antes del crimen
José Moreno
La tarde del jueves 22 de junio, Nayeli Cyrene Cinco Martínez se encontraba en su casa con sus dos hijas, cuando dos camionetas todo terreno con hombres armados, con cascos, chalecos antibala y goggles, se apostaron en los alrededores de su casa en el fraccionamiento Santa Clara, en Tuxtla Gutiérrez.
No se percató de lo que sucedía, hasta que los hombres empezaron a lanzar amenazas y a golpear con furia la puerta.
Desde la sala pudo ver la presencia de los hombres con fusiles, que llegaron hasta su hogar, y al momento que uno de ellos pedía que abrieran la puerta, oyó un estruendo, como un disparo de arma de fuego.
En ese momento, los hombres estaban cerca de capturarla. Nayeli corrió a la recámara de sus hijas de diez y cinco años de edad, les dijo que tenían que huir de ahí.
La más pequeña la llevó en brazos. Las tres subieron por una escalera hacia el techo y corrieron hacia la casa del vecino.
Eran tres los hombres armados que corrieron hacia la casa de la cantante con fusiles en mano.
Uno de ellos buscó tener visibilidad de la calle donde pudiera huir Nayeli. La camioneta de color negro se apostó en la entrada de su domicilio. Cuatro eran en total los que entraron a la casa, pero otros montaron vigilancia en los alrededores.
Para ese momento, las 18:30 horas de ese jueves, lo único que le importaba a Nayeli, era poner a sus dos hijas a salvo.
Las escondió atrás de un tinaco de la casa de su vecino, pero uno de los cuatro armados que habían entrado a la casa, estaba atrás de ella.
Nayeli trata de regresar para ver si no eran seguidas, pero siente un jalón de cabellos, para luego ser arrastrada hacia la escalera.
La cantante es subida en la camioneta gira y sale del fraccionamiento, seguida por la otra unidad.
Desde su escondite, las niñas pudieron ver el momento que los hombres abandonan el fraccionamiento. En ese momento solicitan ayuda de los vecinos que se habían guardado en sus hogares, temerosos de que algo les ocurriera.
A las 18:40 horas, los padres de Nayeli se enteran de lo sucedido y tratan de llamarle a su teléfono, pero está apagado.
Jorge Alejando Cinco Martínez, el único hermano de la cantante, cinco años mayor que ella se enteró del rapto y le telefoneó a su hermana, pero no tuvo respuesta.
A las 17:10 horas, la hija mayor de Nayeli le habló a sus abuelos, para contarles que estaban solas como todas las tardes. Su madre llegaría en pocos minutos a la casa. Hacia las 17:20 horas, dijo.
Desde niña, Nayeli soñaba con ser cantante, grabar un disco y presentarse en la televisión, pero ya en la secundaria cuando consigue sus primeros logros.
Con sus amigos formaron un grupo al que llamaron Mexican strip, de electro hip-hop. Después fue vocalista de varios grupos musicales de Tuxtla, entre ellos Escenario, pero su carrera ascendió, cuando fue contratada como vocalista del grupo de Enrique Virrueta que se presentó en La Academia.
Su nombre artístico Nayeli Cinco, se popularizó inmediatamente, además de que era fácil de recordar.
Sus padres le habían puesto también Cirene, como una ninfa griega y lleva la identidad de la más popular de las cinco colonias griegas que se fundaron en Libia.
Desde que los restaurantes botaneros de Tuxtla reanudaron sus actividades, al finalizar la pandemia, Nayeli había firmado contrato en el restaurante La palapa de mi mamá, ubicado en la Calle Central, a pocos metros del Libramiento Norte.
Una amiga de Nayeli, cantante como ella, cuenta que su día empezaba muy temprano para preparar el desayuno de sus hijas, que debía llevarlas a la escuela y estar pendiente de la hora de salida.
En sus ratos libres, para tener acceso a recursos para la manutención de las niñas, se dedicaba a vender “lo que pudiera para poder tener ingresos. Se la vivía trabajando. Trabajaba de lunes a lunes. Todos los días”, explica la cantante que conoció a Nayeli en un grupo musical de Tuxtla y exalta su talento. “Es una gran cantante. Creo que es una de las mejores que yo he conocido”.
Ese jueves las niñas se habían quedado solas en casa cuando Nayeli se fue a cantar a La palapa de mi mamá, a un kilómetro de distancia de su casa.
Hacia las 15:30 horas pasó a visitar a una amiga a la que invitó que fuera a verla. Nayeli y su amiga conversaron algunos minutos y ambas se sintieron contentas por volver a verse después de varios días que no se frecuentaban.
Nayeli tenía que estar antes de las 16:00 horas en el restaurante. Antes de que dieran las 17:00 horas, cuando terminaba el concierto, se despidió del público que departía entre cervezas y botanas.
Parecía una premonición, pero nadie reparó en ello, hasta que se supo que había sido raptada. Había terminado su contrato con el restaurante y cuando ella pareció despedirse del público que le aplaudió sus canciones.
Después de cobrar su salario, la joven le agradeció al gerente y se dirigió al estacionamiento para conducir su vehículo para dirigirse a su hogar.
Pudo ver por su lugar de trabajo donde había cantado temas de Rocío Durcal, Vicente Fernández, Ana Gabriel y otros cantantes. Sintió tristeza al dejar su centro de trabajo, porque no sabía cuándo volvería estar frente al público.
A las 17:20 horas Nayeli había llegado a su casa después de manejado durante cinco minutos en su auto, que aún permanece estacionado frente a su hogar.
Habló con las niñas. Les preguntó si tenían hambre para que les preparara algo. No parecía haber nada extraño esa tarde bochornosa en la ciudad.
A lo lejos se escuchaba el canto de algunos pájaros que descansaban en los árboles. A esa hora, los hombres de las camionetas Frontier de color verde y una Ranger negra, preparaban el operativo para su captura.
Neyeli la cantante que decía en su cuenta de Facebook: “Grande es aquel que para brillar, (que) no necesita apagar la luz de los demás”, lleva cinco días desaparecida y sus padres acudieron este día, al Ministerio Público para conocer si hay avances en el caso. Pidieron que peritos de la Fiscalía realicen el peritaje en el domicilio donde fue raptada. Están a la espera.