De acuerdo con los prestadores de servicios turísticos, los extorsionadores exigen 150 pesos y mil pesos por vehículo, además de que presuntamente corrieron a la gente del INAH

San Cristóbal de las Casas, Chis. 28.- A la zona arqueológica de Yaxchilán, localizada en la zona de la Selva Lacandona, no se puede ingresar desde el pasado 12 de octubre, cuando a causa de la presencia de grupos del crimen organizado que pretendían cobrar derecho de piso, los habitantes de Frontera Corozal, anunciaron que no dejarían pasar gente extraña a su comunidad y que se suspendían las operaciones turísticas.

Herbert Castellanos, propietario de Anfitriones Turísticos de Chiapas (ATC), fundada en 1984, informó que lo anterior, obligó a cerrar los hoteles -los dueños de cooperativas como Escudo Jaguar o Nueva Alianza, los principales alojamientos turísticos en Frontera Corozal- y los pequeños restaurantitos.

Pero también señaló que hay un grupo de 20 guías que se han capacitado, y que se dedican a recibir turistas que quieren ir más allá de lo arqueológico y quieren ver flora y fauna, sobre todo pájaros que están sin trabajar.

Otro grupo fuerte de prestadores de servicios turísticos, es el de los lancheros, porque el único acceso a Yaxchilán es por el río Usumacinta; “hay tres cooperativas con 40 embarcaciones cada una. Son no menos de cien embarcaciones. En diciembre hacen hasta dos viajes diarios de Frontera Corozal a la zona arqueológica de Yaxchilán con diez pasajeros por lancha. El recorrido de ida tarda una hora; se están dos horas y luego regresan a la comunidad. Todas estas lanchas están detenidas totalmente”.

Las lanchas que se mueven entre Frontera Corozal y La Técnica, población del lado de Guatemala, cruzando turistas, viajeros que usan esa frontera; también cruzan una enorme cantidad de migrantes de diferentes países.

Herbert Castellanos, explicó que ni Bonampak ni Yaxchilán están cerradas oficialmente, sino que la problemática social y la inseguridad dificultan visitar esas zonas arqueológicas.

“En Bonampak sí se puede entrar pagando un dinero adicional, y con un mayor riesgo que antes, y en Yaxchilán, no hemos tenido problemas, sino que la comunidad decidió cerrar el ingreso a extraños y ya no hay servicios turísticos. En 40 años habíamos tenido problemas de diversa índole, pero esto es inédito”.

Debido a la situación, el pasado 20 de enero sostuvieron una reunión y “junto con las agencias francesas, británica y belga que representamos, decidimos ya no visitar esa región de la selva Lacandona “para no arriesgar ni alterar a los turistas; por lo que para este año quedan suspendidos los recorridos, los más de 30 grupos de europeos ya programados de esta fecha a agosto, cambiarán de ruta”.

El prestador de servicios turísticos precisó que no todas las agencias de viaje han decidido suspender las vistas a Bonampak, “pero lo hacen aceptando las nuevas condiciones que imponen los lacandones que están armados cobrando derecho de piso”, pero en ATC estamos dando a conocer nuevos sitios, nuevas propuestas.

“Al parecer, son jóvenes lacandones integrantes de un cártel que están en la entrada de Bonampak cobrando derecho de piso; los guías y choferes los conocen y saben quiénes son porque antes estaban cuidando o lavando vehículos en el estacionamiento, pero ahora ya están involucrados y armados como parte de estos grupos de control”, agregó.

En entrevista comentó que “Bonampak está controlada por la población lacandona que vive en la comunidad de Lacanjá, que es el punto de entrada a esa zona arqueológica; los pobladores, desde hace mucho tiempo lograron imponer que si uno va en su carro, ocho kilómetros antes de entrar, hay que dejar estacionado el vehículo, y te obligan a pagar un transportarte administrado por ellos hasta el sitio arqueológico.

“Si el turista entra a comer o a visitar Lacanjá, se pasa en una caseta y cobran 40 pesos por persona. Esos pagos están aceptados al igual que el del ingreso a la zona arqueológica que cobra el Instituto Nacional de Antropología e Historia” (INAH).

Pero eso no era problema, explica Herbert Castellanos, “lo grave ahora es que a partir de enero empezaron a exigir el pago de 150 pesos más y mil pesos por vehículo; pero los piden de forma agresiva porque están armados, y esto ocasiona que el turista se asuste”.

El empresario del ramo turístico explicó que en lugar de la Selva Lacandona, ahora están llevando a los turistas a un lugar llamado Candelaria, Campeche y a las ruinas del Tigre. “Campeche ganó las dos noches que perdimos en Chiapas. A Candelaria nunca la habíamos tomado en cuenta, pero están bonitos los balnearios, el río, la zona arqueológica del Tigre, donde mataron a Cuauhtémoc, y los manantiales Pedro Baranda.

Por lo que se suspende Yaxchilán y Bonampak. San Cristóbal de Las Casas y Palenque no podemos dejar de visitarlos.

También dijo que la zona arqueológica de El Lagartero, “un sitio bonito, impresionante” ubicado en el municipio de La Trinitaria, en la región fronteriza con Guatemala, está cerrado desde hace dos años. “Ya corrieron a la gente del INAH” los miembros de grupos criminales.

“Esta zona, en la que están los Lagos de Colón, ya cerrados también, también le interesan mucho a los turistas europeos. Esa zona tampoco puede ser visitada por la presencia de grupos del crimen organizado.

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